Eduardo Sadot
Muchos años los mexicanos sufrimos los abusos y represión de la policía judicial los “judas” como eran conocidos en el lenguaje popular. La policía que dependía de las procuradurías, a las personas les quedó el mal sabor de boca de los abusos de las policías, gracias a ello se desarrollaron mecanismos de control y vigilancia que permitieron que los ciudadanos tuvieran mejores mecanismos para proteger sus derechos, así surgieron las contralorías, creadas durante el sexenio de Miguel de la Madrid y las oficinas de disciplina en las policías, temidas por los elementos policiacos cuando eran acusados ante lo que hoy son Asuntos Internos, pero en aquel tiempo las sanciones disciplinarias eran inconmutables.
El ejemplo cundió durante muchos años en los diferentes gobiernos de la república, tanto que modificó la composición del crimen organizado, como ejemplo podemos mencionar que cando fue gobernador de Sinaloa Francisco Labastida Ochoa tuvo que despedir a setecientos miembros de las policías lo que le valió la amenaza de asesinato por lo que tuvo que salir del país.
Las mafias de las procuradurías, hoy fiscalías con el control en aquel entonces de las policías judiciales hoy de la policía ministerial y la guardia nacional donde los ciudadanos ni conocen ni tienen la confianza de exponer – si no es con una buena asesoría jurídica basada en los derechos humanos – temas de abusos de los elementos de la guardia nacional o policías ministeriales, bueno ¡vamos!, ni siquiera frente a las foto-multas, hay respuestas eficientes, en las fiscalías menos, tenemos documentados casos que no solo no apoyan a los ciudadanos sino que inclusive los tratan con soberbia y arrogancia desde lo que ellos consideran la altura y privilegio de su cargo.
Toda la mala fama de la policía judicial se la transfirieron al poder judicial, a quienes no saben la diferencia – que son la gran mayoría – les vendieron el cuento de lo “mal” que es el poder judicial y eso les sirvió de pretexto para instrumentar la demolición del Poder Judicial que tuvo su última sesión histórica por su dignidad y sapiencia – bueno con cuatro excepciones etiquetadas por corruptas – , el Estado de Derecho, el equilibrio de poderes, para instituir la supremacía del poder ejecutivo por encima del poder Judicial en una malhadada reforma perversa y violentando el Estado de derecho y pretendiendo justificar una elección sucia con acordeones y un mínimo de participantes, poco menos del mínimo que hoy pretenden justificar e imponer inclusive para juzgar temas del tratado internacional celebrado con Canadá y Estados Unidos.
Nos vienen con el cuento de que “ahora si el pueblo bueno y sabio” elige a sus juzgadores, la peor estulticia conocida, ahora resulta que las masas, los tumultos, las muchedumbres, las esos mismos que hace dos mil años juzgaron y sentenciaron a Cristo hace dos mil años son los mismos que en una consulta popular cancelaron el NAIM y cancelan al poder judicial.
El engaño está consumado, porque en la suprema corte piensan como jueces respetuosos del derecho, pero estamos frente a una banda de delincuentes que piensan como delincuentes que los tienen como brazo armado del gobierno, así ésta semana se ordenó al más famoso grupo delincuencial de la CDMX, actuar contra Atypical, precisamente previo a la intervención de Estados Unidos para comenzar el operativo contra terroristas incluido éste grupo delincuencial y al encabezado por Adán Augusto alias el virreydel fentanilo.
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