Se cuenta que “cuando Jesús cruzó caminando sobre las aguas para dar alcance a sus discípulos que antes habían zarpado en una barca surcando el lago, Pedro intentó caminar también sobre las olas y sólo logró hundirse en el agua, luego el maestro le señalaría al discípulo su falta de fe” yo soy de los que creen el otro final, en el cual el maestro le dijo al discípulo ¡por las piedritas, no seas pendejo!
Lo anterior es un claro ejemplo del porque no actuar sin consciencia plena de nuestro entorno, pero ante todo conocer las intenciones de a quienes pretendemos seguir y emular.
Ayer y debido al gasolinazo se derivaron una serie de actividades “vandálicas” que afectaron a empresas y consorcios como Walmart y Soriana. Esto evidentemente es prohibido y castigado por la ley, por más que las leyes estén al servicio del poder de las oligarquías y no al servicio del bienestar social.
Y es que, efectivamente, a pesar de las implicaciones del grupo Soriana en el fraude electoral que se tradujo en lo que hoy son los “beneficios” del pacto por México que desbordan el malestar social con el gasolinazo, y la cantidad de pruebas en contra del grupo Walmart (corrupción, malas prácticas laborales, y un sinfín de ilegalidades documentadas) es menester establecer un estado de derecho. ¡Por que eso si, somos muy celosos del derecho! sobre todo del derecho de los poderosos, empresarios, políticos, presidentes, diputados, senadores, jueces, gobernadores, y toda esa caterva de parasitos que nos tiene arrodillados como pueblo.
Pero aún con tal reconocimiento, el pueblo no puede conducirse desorganizadamente, inconscientemente, como un atajo de bárbaros y salvajes. Es cierto e indiscutible, el ánimo popular está muy alterado, hay molestia y deseo de venganza, a cambio de ausencia de justicia ¡¡y basta de hacerse pendejo, esto es culpa del estado, específicamente del gobierno en contubernio con la clase empresarial!!
¿Cuántos no quisiéramos ver a tanto hijo de puta gobernante o empresarios explotadores colgados por los huevos, adornando las plazas de las principales ciudades de México?..
Pero como no estamos, para fortuna de ellos, en el medievo europeo, existe la condicionante de comportarnos, sino con civilidad, si con muchísima inteligencia y consciencia.
Hay desde hace tiempo un llamado a boicotear las actividades económicas que al gobierno y principalmente a la oligarquía (la casta dorada) les benefician directamente, dejar de consumir determinados productos y bienes es un excelente principio ¿por qué no hacerlo con más empeño?
También se ha sugerido hasta el cansancio el dejar de hacerle el caldo gordo a las televisoras, y esto parece ha surtido efecto, la influencia de la televisión, al menos la televisión abierta ha menguado.
El otro flanco ha sido el más difícil de cubrir, la enseñanza, el convencimiento de un estilo de vida más modesto que abandone el consumismo y la dependencia a un sistema hedonista, discriminatorio, esclavizante y crematístico como el capitalismo.
Se necesita reencontrar el rumbo hacia el bienestar social, es seguro que eventualmente se llegará a eso más por necesidad que por voluntad, pero también se requiere aprender a participar más activamente en la verdadera política de un país que pide a gritos ser rescatado.
Debemos desechar esa idiosincracia del indio evangelizado que mira al güero, al cielo y a cualquier hijo de puta con biblia en mano como el salvador de su miseria e ignorancia.
Y aunque en lo particular considero las creencias religiosas junto con cursilerías como amor, optimismo, compasión, resignación, fe, esperanza, etc. un lastre para el bienestar social e individual, admito son escenciales para muchas personas, pero su práctica no debería rebasar la intimidad, la soberanía de cada persona.
Dejemos a Dios, a la virgen, a la corte celestial, a Cristo en su nichos, altares, cadenas, rosarios y templos, a cargo de los curas hipócritas y las monjas gandallas que medran con su malsana influencia, miremos la realidad que abofetea y lacera la vista, olfato, oído, tacto y gusto hacia donde volteamos y actuemos coherentemente.
Las marchas no sirven, son sólo peregrinaciones disfrazadas, las manifestaciones son oraciones grupales, que como las que se dirigen a Dios sirven para calmar el ansia de la ambición y el deseo.
Lo que se necesita es cortarles el flujo de dinero, dejar de seguirles el juego, oponerse a seguir manteniéndoles, pero sobre todo a seguir sustentando este sistema de su creación y explotación, no les gastemos un sólo peso de más en sus empresas, negocios y servicios. Tratemos de volver a ser autosuficientes localmente.
Y lo más importante no endiosemos a cuanto pendejo se suba al tapanco del patriotismo, la nación, mucho menos cuando mienta a Dios, al amor, al perdón, o peor aún, a las inversiones privadas. ¡Qué si a estas alturas no nos ha violado y sodomizado un sacerdote o un ejecutivo, es por que el turno lo tiene un político!
Salgamos adelante organizados y con consciencia, habrá mucho pendejo, gandalla, ratero y la casta dorada, pero sólo hace falta ignorarlos y reconocerlos aun cuando siempre intentarán seguir mamando de nuestra sangre, sudor y lagrimas, porque son parasitos.
-Victor Roccas