Francisco Medina
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de septiembre (AlmomentoMX).- El porrismo o grupos de choque, es un fenómeno social que está vivo y presente en escuelas y universidades públicas de todo el país. A pesar de su complejidad, estamos frente a un fenómeno esencialmente político que se sustenta en prácticas violentas y de delincuencia.
Es un fenómeno político que sobrevive a partir de una serie de pacto de poderes que garantiza impunidad y protección a cambio de servicios de carácter político que tienen como objetivo último controlar, amedrentar, desorganizar y por ende subordinar a un sector naturalmente contestatario y crítico: el estudiantado de niveles medio superior y superior.
Una de las principales funciones de los grupos de choque, financiados por las mismas instituciones académicas por medio de becas o recursos asignados para sus actividades “deportivo-culturales” es romper huelgas y protestas estudiantiles
Generalmente son elementos que están matriculados en la misma institución, pero nunca pasan de año, convirtiéndose así en “fósiles” pero listos para actuar cuando se les requiere.
Se caracterizan por obstaculizar la vida estudiantil mediante actos de vandalismo, asalto, extorsión económica y golpizas sistemáticas a cambio de beneficios económicos, prestándose como grupos de choque que desprestigian a las más importantes instituciones de educación como la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional
El ser porro implica portar un jersey de fútbol americano (los denominan yercos o trapos) con el logotipo, el número de plantel de la escuela y el nombre de la organización. Perder en una pelea o robárselo (tumbárselo, en jerga porril) a otro porro es considerado como un triunfo y como una deshonra para el perdedor, que es castigado con una golpiza por la misma organización.
El fenómeno de delincuencia y pandillerismo corporativo característico del porrismo clásico de los años cincuenta y sesenta se ha transformado sucesivamente a partir de los años setenta. Estas transiciones han dado lugar a grupos porriles de distinta naturaleza en el orden social y a diferentes expresiones de porrismo en la diversidad regional e institucional.
El fenómeno del porrismo se remite a los años 20, cuando el rector Alfonso Pruneda organizó un grupo de prefectos conocidos como “Gorilas”, y en los treinta, el rector Luis Chico Goerne, al primer grupo de choque de la universidad, conocido como “Pistoleros de la rectoría”. A partir de los años 40, con la llegada de Rudolfo Brito Foucher, se oficializa la contratación de “guardaespaldas juveniles” para el rector.
En la historia del porrismo las autoridades universitarias han sido claves (contrario a lo que se pensaría) para el desarrollo y consolidación de estos grupos, veamos algunos ejemplos: en 1933 ya existía un grupo de choque en la UNAM de la Unión Nacional de Estudiantes Católicos, este grupo se llamaba Los Conejos y estaba dirigido por Manuel Gómez Morín (rector en 1933-34) y por Rudolfo Brito Foucher (rector en 1942-44). En 1935, Luís Chico fue el primer rector con una política institucional apoyada en guardaespaldas, contratados por Aurelio Vallado El Fóforo así, se formó el grupo “Los Pistoleros de la rectoría”.
Existe una postura oficial de rechazo ante el porrismo por parte de las autoridades universitarias, misma que se repite en cada entrevista, declaración, campaña o foro “por una escuela segura”, esta postura dista mucho de la práctica de algunas autoridades.
En la década de los cuarenta en la UNAM, al promoverse desde las autoridades de la misma la intervención de pistoleros como contención a las corrientes estudiantiles opositoras de izquierda gestadas dentro de la institución.
Es a partir de la década de los cincuenta en que dichos grupos inician una etapa de expansión en la UNAM y el IPN, adquiriendo apoyos y estructuras semejantes al sindicalismo oficial bajo la denominación de federaciones universitarias.
Estas agrupaciones combinan prácticas clientelares y arribismo político con el ejercicio del control estudiantil y la “disuasión” violenta de la disidencia y los grupos opositores.
En los años 50, los grupos porriles consiguieron transformar una organización estudiantil del IPN, la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos, con lo que “pierde su carácter representativo y popular y adquiere los rasgos de corporativismo, violencia y supeditación al partido oficial que habrían de caracterizarla durante el resto de su existencia. En otros estados, varias federaciones estudiantiles se transformaron en el mismo sentido.”
En el sexenio de Miguel Alemán, a través de las porras deportivas, el porrismo encontraría la forma de mantener nexos con los movimientos estudiantiles de izquierda con el fin explícito de tratar de controlarlo y mediatizarlo. Los grupos más famosos de aquellos años 60 y 70 son el MURO (anticomunistas y fascistas) y los “Halcones” (sí, aquellos que estarían involucrados en “El Halconazo”, la matanza de estudiantes en la Ciudad de México).
En la década de los sesenta hay una vinculación entre los integrantes de los tradicionales grupos de animación de los equipos estudiantiles de fútbol americano, en México denominado “porras”, tanto de la UNAM como el IPN, con grupos de choque, por lo que popularmente son comenzados a ser llamados “porros”.
Durante los noventas nació en el CCH-Vallejo el grupo porril más fuerte y violento de la UNAM, El 3 de marzo, este grupo se formó y consolido durante el periodo de Jesús Salinas director del plantel de 1989 a 1997 y cuya Secretaria General fue Lucia Laura Muñoz Corona. El 3 de marzo estuvo vinculado al Frente Juvenil Revolucionario del PRI muy cercano a Roberto Madrazo. Entre sus principales dirigentes se encuentran Edgardo Moreno Toledo alias El Marmota, Giovanni Xochipa Cano alias El Mega y Alfredo Margarito Benítez Gonzales alias El He-Man, Marco Antonio Muñoz y Edgar Carranza alias El Escorpión entre otros.
Por otro lado durante la administración de Ramón Adán Paredes director del plantel de 1997 a 2005, el 3 de Marzo adquirió más fuerza e impunidad; con una protección al interior debido a las pocas o nulas iniciativas de las autoridades para combatirlo y al exterior del CCH con el apoyo de las autoridades delegacionales, el 3 de Marzo se perfilo como el grupo de choque perfecto, esto antes de la huelga estudiantil de 1999-2000.
Tras el rompimiento de la huelga algunos grupos de porros forman la Alianza Universitaria, una especie de federación cuyos principales promotores son el Grupo 3 de Marzo (CCH Vallejo), la Federación de Estudiantes de Naucalpan, el Grupo de Reflexión de Estudiantes Universitarios (GREU) –organizado por Othón Pérez Fernández del Castillo, profesor de la Facultad de Derecho y presidente del Colegio de Notarios de México–, el Alfonso Peralta del CCH Azcapotzalco, el Pedro de Alba de la Prepa 9 y el Apocalipsis de la Facultad de Derecho.
Para el año 2003, el 3 de marzo representaba el grupo porril más fuerte de la UNAM, y es precisamente en este año cuando se da el golpe más fuerte al porrismo en mucho tiempo y se comienza a erradicar a este grupo del CCH-Vallejo lo cual (a sorpresa de muchos) lo hizo la comunidad en su conjunto, expulsando a más de 80 porros, tomando la seguridad en sus manos durante los días de paro y sobre todo dejando a un lado el miedo.
El cuerpo directivo se mantuvo al margen del movimiento que exigía la destitución de su cabeza: Ramón Adán Paredes. Lo anterior no es casualidad, la demanda de destitución de director/a se repite en muchos movimientos de las escuelas de la UNAM que se han alzado contra los porros.
AM.MX/fm
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