Claudia Rodríguez
Pasando la página de la misiva en la que solicita el presidente Andrés Manuel López Obrador, el perdón público a la Corona española y a la Iglesia católica por abusos a las culturas nacionales en nuestro territorio durante La Colonia, y todo lo que informativamente ha provocado y provocará; habría que revisar el derecho que ahora tenemos los mexicanos a poseer armas en nuestro domicilio, para seguridad y legítima defensa; como lo señala el decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en razón de la reciente Guardia Nacional Civil, aprobada.
Por muchos años, los mexicanos hemos tenido en nuestra mira, el derecho de los estadounidenses a portar armas, lo cual a juicio de distintas voces, provoca matanzas inexplicables a manos de civiles, que las más de las veces deciden suicidarse. Tales hechos se convierten en tragedias dolorosas con finales realmente amargos. El derecho a portar armas y comprarlas hasta en un supermercado, gracias a la industria bélica con la que igual, defienden su hegemonía mundial los estadounidenses, es tema hasta de derechos humanos
La aprobación de la Guardia Nacional, ya ha sido publicada en el Diario Oficial de la Federación, en donde se advierten algunas precisiones con las que queda en claro, que mucha de la responsabilidad de combatir al crimen, recae en el ciudadano común. Desde la permisión de poseer armas dentro de nuestro hogar, excepto las prohibidas por la ley federal en la materia y las reservadas para el uso exclusivo de las fuerzas armadas y los cuerpos de reserva, así como que hoy cualquier persona puede detener a un indiciado en el momento en que esté cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido, para ponerlo a disposición después, de la autoridad civil más próxima y hasta el Ministerio Publico. Claro que también tienen ese derecho, soldados y marinos.
Se resta en razón de la Guardia Nacional, que sea el primer respondiente sólo y exclusivamente un elemento de la Policía, pero ahora cualquiera de nosotros debería, en teoría, detener al delincuente.
¿Un arma en casa? ¿Capacidad para detener a un criminal o más? ¿Con costo a quién el arma y la instrucción de defensa e inmovilización de un delincuente o más de ellos?
Es la tarea del Gobierno brindarnos seguridad. Armarnos es cosa mayor.
Acta Divina… Se agrega al artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el que “Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a disposición de la autoridad civil más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio Público”.
Para advertir… ¿Cualquier persona? Este barbaridad constitucional, también es responsabilidad de la oposición.
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