Héctor Calderón Hallal
Fueron, a pesar de ser planteadas desde diferentes perspectivas, visiones, diagnósticos y miradas al futuro, orientadas hacia puntos comunes, las que expresaron los cuatro aspirantes a coordinar el Frente Amplio Por México, la tarde de ayer en un salón del Hotel Fiesta Americana.
La diferencia estribó en las formalidades con que se presentaron las principales metas: paz pública, reconciliación nacional, progreso material y humano para el país e igualdad de oportunidades.
Formalidades que delataron las prioridades que cada uno de los cuatro aspirantes tiene… así como el respectivo orden que les da a esas prioridades.
Porque como lo dejó escrito el ideólogo más connotado de los últimos tiempos de la Revolución Mexicana, Jesús Reyes Heroles, “la forma es fondo”….
…y como sabiamente reza también el aforismo popular: “En la forma de agarrar el taco se conoce al que es tragón…”
De los cuatro expositores, Beatriz mostró la pasión que solo puede tener quien está inventariado en los haberes del PRI y en la entraña nacional misma, a propósito de las causas progresistas de México. Enrique De la Madrid, Santiago Creel y Xóchitl Gálvez por su parte, lucieron bien y manejaron tesis conceptuosas, pero la “joya de la corona” fue la tlaxcalteca Beatriz Paredes, que se ha venido imponiendo más aún en los últimos días.
Beatriz conoce y ha vivido el lenguaje de la democracia, en las “buenas” y en las “malas”. Y conoce también el lenguaje de ese sector del Estado llamado Gobierno, al que los cuatro aspirantes a la nominación aliancista voltearon a ver anoche con signos de alarmante preocupación… no solo Beatriz.
Los cuatro pidieron para México, al unísono, un Gobierno donde impere el “Estado de Derecho”.
Y como los atributos de El Príncipe señalados por Maquiavelo, Beatriz posee los más importantes a juicio del pensador florentino: virtud (brillantez) y fortuna (suerte).
Ayer a Beatriz Paredes se le “acomodaron los astros” y hasta tuvo en su primera intervención, una justificación discursiva por demás propicia para reafirmar su condición de mujer mexicana indignada por el deplorable hecho del último feminicidio en México.
Un caso más de violencia de género, que muestra entre otras cosas porqué en México, debe ser ocupada esta vez la Presidencia de la República por una mujer… por un acto de justicia… porque los varones no hemos sabido dar respuesta a un hecho tan básico de atender como lo son un par de delitos como el feminicidio y la violencia de género.
Y de ahí partió la elocuente exposición que hizo Paredes Rangel, para rematar en su última intervención, recordando que ella ha ido durante su propia vida, combatiendo “jettaturas” y superando paradigmas propios de un mundo de varones que, históricamente, han ocupado el poder mayoritariamente en México y el mundo:
Si fue ahora, cuando dijeron que una fractura en el tobillo derecho que lleva tiempo de rehabilitación era un asunto que “la incapacitaba para siempre”, cosa que como se ve, es totalmente falso; como cuando otros dijeron que por ser tlaxcalteca, quienes tenían una memoria histórica trasnochada no permitirían que participara yo en la Ciudad de México; la historia se encargó de refutárselos; como cuando dijeron que no podría ser Gobernadora porque era hija de una familia de San Esteban Tizatlán, indígena de origen y tenía 32 años; o como cuando dijeron que no llegaría a dirigir la Confederación Nacional Campesina porque era la primera mujer que pretendía liderear a los machos mexicanos, ejidatarios que tenían la tierra gracias a la Revolución Social que distribuyó más de la mitad el territorio; también como cuando dijeron que el PRI no sabría asimilar la derrota en el año 2000, que no tendríamos la capacidad de conducir la transición democrática y ella, precisamente liderando la Cámara de Diputados, fue la responsable de un proceso de transición estable y sin contratiempos.
También los otros pretensos se expresaron, conforme a sus prioridades y bajo sus propias técnicas:
Enrique De la Madrid preguntó al público si se podían imaginar a Un México sin violencia, en paz, donde las familias pudiésemos transitar por sus carreteras en unas vacaciones ordinarias y disfrutar de sus diferentes pueblos mágicos. Habló de la necesidad de un impulso a la inversión, para generar empleos bien remunerados en aras de alcanzar un México en la senda del crecimiento, tras de sustentar sus críticas al actual Gobierno, por las políticas fallidas en materia seguridad y de salud.
Xóchitl Gálvez, hizo un recuento de lo que hizo cuando fue funcionaria en el gobierno de Vicente Fox, en el que como Coordinadora de Pueblos Indígenas, encabezó los trabajos para electrificar la Sierra Tarahumara en sus diferentes regiones; para construir diferentes carreteras y caminos vecinales para interconectar a diferentes etnias del país. Fustigó en más de un 60% de sus intervenciones al presidente Andrés Manuel López Obrador, por estarla agrediendo e incriminando y defendió la política social, al tiempo que se autoproclamó como la mejor opción.
Y Santiago Creel autocrítico, al reconocer que los tres principales problemas de México, violencia, pobreza y desigualdad, son históricos y los gobiernos anteriores del PAN y el PRI no los resolvieron. El abogado, exsecretario de Gobernación y actual diputado federal, exconsejero del IFE, bordó de aspectos jurídicos con sustento constitucionalista toda su intervención, le arreó cuestionamientos muy duros al Presidente de la República y al Gobierno actual y sin pretenderlo, se proyectó como Fiscal General de la República, según lo quie dijeron muchos de los asistentes al evento.
Campeó un espíritu conciliador entre los ponentes y se pidió al PRD y a su dirigente nacional Jesús Zambrano, que abandonen su “pausa” y que retornen al Frente Amplio Por México.
Los cuatro ponentes, cada uno con su estilo propio, fustigaron las acciones gubernamentales que han sumido a nuestro país en una formidable crisis durante los últimos cinco años. Se habló fuertemente de la inseguridad y de las políticas fallidas en esa materia, de los rezagos educativos y en la materia de salud, del abandono del campo, de la producción de alimentos y de la eliminación de los apoyos a la productores agrícolas y se mencionó, como un punto de inflexión de la política fallida, la cancelación de las obras del nuevo Aeropuerto Internacional de la CDMX, al tiempo, que se pugnó por fortalecer al IMSS y se defendió a la SCJN y al INE.
Todos tocaron tangencialmente y en calidad de reproche, la posible identificación de este Gobierno de López Obrador con el narcotráfico y la necesidad de reforzar el Estado de Derecho en nuestro país.
Pero al final, la experiencia y el oficio se impusieron: Beatriz Paredes, indiscutible ganadora del Primer Foro “Visiones de México, diagnóstico y mirada al futuro”. Su arenga discursiva, sentó un precedente que será inolvidable, pues volvimos a presenciar a una estadista de gran oratoria con sustento y capacidad de debate, pero sobre todo su brillantez, prácticamente dejó impactados tanto al público asistente, a los representantes de los medios de comunicación social y a los mismísimos compañeros que aspiran a nominación opositora, quienes –insisto- tuvieron un desempeño también relevante, que evidencia el porqué son finalistas en esta etapa pre-electoral del Frente Amplio Por México.
Queda para el devenir, la propuesta de reformar el sistema político mexicano y de reformar el poder, que recordando a Luis Donaldo Colosio, hizo la senadora Beatriz Paredes, lo cual generó un aplauso muy sentido en el evento.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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