Joel Hernández Santiago
Estamos en pleno enero y el invierno nos pega fuerte en México. Norte y sur estamos en las mismas, o casi. Hay mucha nieve en el norte y seguro que allá habrá agua suficiente este año. La lluvia inesperada en el altiplano llega y trae bendiciones que se transformarán en comida para muchos, y tanto que hace falta. El frio nos atosiga en parte del sur caluroso de por sí, y nos obliga al recogimiento nacional… Bueno.
Estos cambios climáticos en estaciones distintas nos mandan señales de que algo hemos hecho mal y la naturaleza comienza a fastidiarse. A ver hasta cuándo. Por lo pronto todo es novedoso y se sospecha que habrá más cambios si seguimos siendo esa plaga que ya aniquila a este planeta…
Pero mientras son peras o son perones, las precampañas de los candidatos que quieren ser el mandamás de este país, o el legislador que saciará su sed de poder levantando el dedo, o gobernadores de tal o cual partido que se sacrificarán en nombre de su entidad y su presupuesto, así como presides municipales a lo “¡Ay Anselma!”: todos juntos están vestidos de San Candidato y nos prometen todo el oro de Fausto, para nuestro futuro nacional…
La pre campaña-campaña de José Antonio Meade Kuri-Breña no levanta. Por más que cada día le cambian el discurso y el estilo: pues no, no y no. No le pega ni al corazón ni a la maceta de los mexicanos que lo ven como a un ser llegado de otro planeta y al que no entienden, pero sí entienden de dónde proviene y quién lo puso ahí, así que en el pecado lleva el castigo…
Su campaña está basada en dos ejes centrales: su amplia formación académica y su experiencia burocrática “de calidad”. Y sin embargo lo académico no quita lo consecuente y discreto.
El haber cursado en nuestra gran universidad, el haber estado en el ITAM forjador de la nueva generación de funcionarios públicos y el haber cruzado los céspedes de Yale es meritorio pero no suficiente para identificar a un buen candidato y mucho menos a un buen presidente. ¿Todos esos méritos escolares le dicen algo a los mexicanos en el hecho cotidiano, en su bolsillo y en su expectativa para un futuro más sólido-seguro-justo-y con todo cumplido para todos?…
Lo que sí se sabe que como resultado de esa formación académica, ha sido funcionario público durante largo tiempo, ya panista ya priista: lo mismo chicha que limonada. Y se sabe que por su escritorio pasaron muchas decisiones que hoy resentimos en la mesa y en el bolsillo, la propia y la de la familia, y eso tiene un costo político…
Luego, el mismo señor Meade no se siente a gusto. Y, para apoyarlo trajo del PAN a Javier Lozano que se ha convertido en su vocero-bravucón-atrabancado-grosero, aunque hoy vestido de oveja. Y sin embargo sin respuestas. No termina por explicar su presencia ahí. No termina por explicar por qué no levanta la campaña Meade-Presidente. No termina por explicar el enojo de las huestes priístas que no levantan la mano para apoyar a su presunto candidato…
Y, por supuesto, no termina por explicar aquello de que gobernadores y políticos priistas se sirvieron con la cuchara grande presupuestal mientras era Secretario de Hacienda.
Por México al Frente (PAN-PRD-Movimiento Ciudadano) echó a andar la campaña de Ricardo Anaya, tan odiado por miles de panistas, tan apoyado por panistas, pero sobre todo vestido ya de amarillo PRD se lanza al ruedo con un discurso de descalificaciones y en base a su propio desconocimiento del país cree su gran logro propagandístico el defender al país en inglés y francés y que sus hijos ya estudian en México y que un día llevó a uno de ellos a su escuela, en tanto que hay un éxodo panista hacia otros partidos…
El PRD aquella fuerza insospechada que aglutinó a la izquierda mexicana y que se construyó con la intención de ser el guía mayor del progresismo mexicano, pues nada: ‘Sombras nada más’. Hoy está en calidad de rémora y permite que la batuta frentista la lleve el PAN-Anaya. Un día ese mismo Anaya los va a traicionar: es su costumbre. Ha dejado huellas por aquí o por allá.
Andrés Manuel López Obrador está convertido en San Francisco de Asís. Y deja que todos se acerquen a su partido Morena. Sin importar su origen ni destino. Su discurso sigue siendo el mismo, diría Juan Gabriel. Acaso porque los problemas siguen siendo los mismos.
Pero hace acopio de todo lo que se acerca a él, aunque quienes se acercan no siempre quieren fortalecerlo, sí fortalecerse. ¿Por quién votar ahí? AMLO dice que es incluyente y plural y va a la cabeza de las preferencias en este momento. Está bien. Pero, cuando dice ‘Plural’ ¿significa que abdicó de su propensión hacia la izquierda, aunque sólo sea propensión?
Así que las precampañas-campañas están a todo lo que da. Pero es una hoguera de vanidades. Es una feria de personalidades, unas frente a otras, y como dijera el comercial: ‘¿Y las ideas, señores? ¿Y todos nosotros en dónde estamos en esta feria de dimes y diretes? Hasta aquí al momento. Ya iremos deshojando la margarita en adelante.