Cayó al suelo mientras era izada la bandera de México, durante la ceremonia de inicio del desfile del 204 aniversario de la Independencia, de apenas este martes.
El lábaro patrio se desprendió casi en su totalidad y se derrumbó al piso de la plancha multiusos del Zócalo capitalino, pero elementos de las Fuerzas Armadas actuaron de inmediato sobreponiéndose a la sorpresa de ver que “el número” se salía de ruta.
Es cierto que cuando uno cree en algo y ve sus signos o símbolos afectados, algo pasa a nivel conciencia.
Estoy segura que más de uno sintió algo de pánico inexplicable cuando la bandera nacional cayó al piso.
En mi caso particular, sentí que era el anunció de algo peor que está por venir para México. Ojalá me equivoque pero fue como un sentimiento premonitorio.
Ahora que el nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México, se dice pasará a ser el símbolo tangible que nos identifique ante el mundo: ¿Qué pasará con nuestros símbolos patrios o con todo aquello que culturalmente nos identifica?
Quizá suene a exageración, pero un nuevo símbolo tan del mundo desarrollado puede ocultar de un plumazo la verdadera historia del país como sí a pulso de tanta corrupción no se hubiera gestado un mal casi imposible de atacar que se llama pobreza, al que se le agregan muchos más como la ignorancia, las pocas oportunidades de empleo, de salud y vivienda propia y digna.
Entre los símbolos del desarrollo y los de la historia, la premonición apunta a que el país será sólo cascarón y nada de buen relleno.
La caída accidental de la bandera monumental de México en una fecha tan señalada para la historia y el presente del país, suena a aviso del destino fatal que pudiera esperar a México, si más allá de los buenos negocios no hay buenos oficios.
Ojalá y mi mal presentimiento quede sólo en eso.
Acta Divina…El presidente Enrique Peña Nieto señaló que el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México será el símbolo de la modernidad.
Para advertir... Hay quienes ni siquiera saben emitir el saludo de forma correcta al lábaro patio.
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