La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Ante ciertos políticos, la única preparación necesaria es para el: ¡apunten, fuego!
Cada vez que se acerca un proceso electoral, los interesados, según sea el género, edad y/o (in)habilidad, salen a decir: México está preparado para ser gobernador por una mujer; Veracruz está preparado para ser gobernado por un inexperto, Nuevo León está preparado para ser gobernado por un influencer, así podemos agregar decenas de ejemplos.
Pero ¿es la sociedad quién debe estar preparada?
Por supuesto, que el aserto es falso. Al hablar en el marco de un futuro proceso electoral, no suponemos a grupos humanos en Estado de Naturaleza, por lo tanto, la inferencia es lógica: si hablamos de presidir, estamos ante una comunidad bajo un Pacto Social, en la que, los únicos renuentes a someterse al imperio de la ley, son los criminales organizados.
En este sentido, el que debe estar preparado, es el que busca ejercer determinado cargo de elección popular, ese es el quid de la cuestión: no el género (o identidad sexual, como prefieran), la edad, el ‘amor’ por el pueblo o los hobbies.
Los problemas que agobian a la ciudadanía, se resuelven con políticas públicas planificadas, resultado de un análisis histórico de las causas y efectos del fenómeno, es decir, el trágico asunto de los feminicidios no se combate poniendo a una mujer, per se, al frente de una fiscalía, se puede disminuir la incidencia, insistimos, con las políticas públicas adecuadas y con funcionaria(o)s que tengan experiencia en el tema.
En realidad, cuando alguien sugiere que determinada entidad federativa o el país, están preparados para ser gobernador POR, lo que están sugiriendo es que somos un grupo de débiles mentales que al fin logramos evolucionar, para asumir el ser gobernados POR.
Así pues, cuando escuchemos la mentada cantaleta, debemos tomarlo como un mal presagio o, para ser pragmáticos, una señal de POR dónde vendrá el dedazo.