México suele confundir más gasto con mejores resultados. Cada año se anuncia “reforzamiento de la seguridad” con más patrullas, operativos y conferencias de prensa, pero los indicadores apenas cambian. El motivo es claro: se invierte en fuerza y se descuida la capacidad técnica. El Paquete Económico 2026, impulsado por el gobierno de Claudia Sheinbaum, repite ese patrón. No es que falte dinero, faltan prioridades tecnológicas, justo el tipo de enfoque que el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, ha reconocido como indispensable para hacer sostenible la reducción de delitos.
La seguridad actual requiere datos, ciencia aplicada y cómputo. Si el presupuesto 2026 no destina recursos a capacidades tecnológicas medibles, todo quedará en espectáculo. Y ese show, además de costoso, es peligroso, ya que crea una falsa sensación de control mientras el crimen organizado usa analítica financiera, triangulación de dispositivos y mercados de datos robados.
Tres verdades incómodas
1) La seguridad sin tecnología es gasto corriente.
Sin forensia digital, analítica de datos y ciberinteligencia contra extorsión y fraude, el presupuesto se va en despliegues que terminan en nada. Cámaras sin IA, centros de mando sin interoperabilidad y ministerios públicos sin herramientas para preservar evidencia digital son ineficiencia total. Mientras tanto, el Paquete 2026 contempla un aumento de alrededor de 6 % en seguridad para rematar el traslado de la Guardia Nacional a la Sedena, mientras que ciencia y educación superior sufren recortes de 5 % o más, según el CIEP.
2) El nearshoring no tolera incertidumbre ni opacidad.
Las cadenas de suministro tecnológicas se instalan donde hay redes eléctricas confiables, datos integrables y procesos de justicia que entienden la evidencia digital. Un país que castiga la innovación con trámites, bloqueos discrecionales o fiscalización errática ahuyenta el capital; uno que mide, integra y predice, lo atrae.
3) El talento técnico no aparece por decreto presidencial.
La seguridad moderna requiere matemáticos, ingenieras, criminólogos de datos, peritos digitales y equipos DevSecOps (profesionales que combinan desarrollo de software, operaciones y seguridad desde el inicio) en gobiernos locales. Sin becas, laboratorios, salarios competitivos y una carrera técnica clara en fiscalías y policías científicas, terminamos rentando soluciones opacas que nadie sabe operar. El contraste: mientras la educación básica sube apenas 3 % real, con un 4.1 % más por alumno y un 58.5 % en la Beca Universal Rita Cetina, la educación media superior, superior y el Gasto Federal en Ciencia, Tecnología e Innovación (GFCTI) se reducen, justo donde se forma el talento que podría blindar la seguridad con innovación.
El rediseño que sí sirve (y cabe en 2026)
A) 1 % del gasto de seguridad a un “Fondo de Inteligencia y Tecnología para la Seguridad”
Recurso etiquetado, auditable y competitivo para:
• Laboratorios de forensia digital (móvil, financiera, OSINT) en cada estado.
• Plataforma nacional de datos con interfaces y estándares abiertos (911/089, carpetas, balística, vehículos, catastro, comercio informal), con gobernanza y trazabilidad.
• Mapas de riesgo que combinen fuentes públicas y privadas bajo reglas claras de privacidad y proporcionalidad.
B) Compras públicas orientadas a desempeño
• Pilotos modulares de 6–9 meses con KPI obligatorios; quien no cumple, se va.
• Contratos que paguen por resultados: menor tiempo de respuesta, mayor tasa de vinculación con evidencia tecnológica y reducción verificada de fraude/extorsión (auditoría de terceros).
C) Justicia que hable datos
• Tableros públicos para ministerios públicos y juzgados: oportunidad procesal, cadena de custodia, razones de no vinculación y tiempos de audiencia.
• Catálogo único de evidencia digital y protocolos de conservación para evitar nulidades por forma.
• Formación obligatoria (y bien pagada) en evidencia tecnológica para peritos y MP.
D) Ciberseguridad ciudadana como servicio básico
• CERTs estatales conectados con banca, fintech y telcos para cerrar circuitos de fraude y extorsión en horas, no en semanas.
• Campañas permanentes de alfabetización digital con métricas de impacto por segmento (jóvenes, adultos mayores, comercio).
Métricas o es marketing
Sin medición, todo es propaganda. Cinco metas concretas para 2026:
1. Evidencia digital rápida: En al menos 85 % de los casos, la información digital (videos, mensajes, registros) debe quedar integrada en la carpeta de investigación en menos de 72 horas.
2. Más casos que lleguen ante el juez: Cuando exista evidencia tecnológica, la proporción de carpetas que logran vinculación a proceso debe aumentar entre 10 y 15 puntos porcentuales en un año.
3. Respuesta de emergencia más veloz: El tiempo promedio de llegada del 911 en las colonias con mayor incidencia delictiva debe reducirse 30 %.
4. Menos fraudes y extorsiones: Los casos de fraude y extorsión telefónica o bancaria deben bajar 20 % por cada 100 mil cuentas o líneas en un año.
5. Talento que se quede: Las fiscalías y policías científicas deben retener a más del 85 % de su personal técnico especializado cada año, para que no se pierda experiencia.
Sobre fiscalización digital: reglas claras
El Paquete 2026 quiere que el gobierno pueda vigilar en línea a las plataformas y servicios digitales para asegurarse de que paguen impuestos. Esto está bien si se hace con reglas claras, supervisión independiente y procesos legales. Pero sería un error si se usa para bloquear páginas o aplicaciones a discreción, poner trabas a nuevos negocios o cobrar sin un sistema transparente. La economía digital necesita reglas estables y plazos razonables para que las empresas sepan cómo cumplir. Cobrar impuestos, sí; asfixiar la innovación, no.
Objeciones de siempre (y por qué no aplican)
• “Primero pacificar, luego innovar.”
Error: innovar es pacificar. La certeza de castigo aumenta con mejor evidencia, no con ruedas de prensa.
• “No hay dinero.”
Hay para lo que se prioriza. Mover 1 % a capacidades tecnológicas con auditoría ciudadana es decisión de Estado.
• “La IA es peligrosa.”
Lo es sin estándares, auditoría y trazabilidad. Con reglas claras, la IA puede servir para revelar patrones.
El Paquete Económico 2026 debe invertir en certeza, no solo en gasto.Certeza significa datos que se puedan compartir, laboratorios que operen, peritajes sólidos, contratos que paguen por resultados y talento que permanezca. Si la seguridad recibe 6 % más de presupuesto y Pemex 260 mil millones para capitalizarse, la ciencia y la educación superior pierden recursos. Hasta que ciencia e innovación sean prioridad, el país seguirá gastando más sin volverse más seguro.