No hace falta quebrarse demasiado la cabeza para detectar las enormes fallas de la planeación presupuestal que los hacendarios de la tolucopachucracia y sus dirigentes políticos metecos quieren asestarle a la población. Los favoritismos y las interpretaciones torcidas de la realidad campean a lo largo y ancho del documento.
Pero hay una que irrita contundentemente a los habitantes de la Cuenca de México y de su Megalópolis: el despiadado tratamiento que se da al presupuesto de la Capital de la República y que inclina la balanza en favor del gasto inicuo del Estado de México, sin razón alguna. Simple argucia para rellenar ánforas en su próxima elección local.
Cualquier analista superficial percibe que está fuera de proporción el tratamiento perverso e injusto para ambas entidades, en favor de la capital del chorizo y de la carne de obispo. Sobre todo, cuando se observa que en materia de desarrollo urbano, equipamiento de servicios, armado de infraestructura básica, educación y gasto social son tan dispares como los dedos de una mano.
El Fondo de Capitalidad no es capricho; es necesidad
La Ciudad de México está equipada para albergar a nueve millones de habitantes, pero sus necesidades se duplican cuando debe atender las insuficiencias de ciudad laborable, de tránsito y dormitorio de los habitantes del Estado de México que requieren solventar sus apremios en la Capital de la República, a falta de política local… no obstante los despliegues publicitarios del tal Eruviel Ávila.
La Megalópolis, así considerada, no sólo debe atender sus propias necesidades, sino las de veintiún millones de habitantes reales que pueblan sus suburbios y requieren de trabajo, educación, vialidades, alimentación, desplazamientos, agua, drenaje, habitabilidad, movilidad y uso de sus redes de comunicación.
Así como los problemas políticos que, al no ser resueltos en Toluca, provocan que sus decenas de organizaciones demandantes de tierra y todo tipo de soluciones, estallen sus lamentos en las calles de la CDMX, sin al parecer importarle un comino a las autoridades toluquitas.
De ahí, el Acuerdo Presupuestal de integrar el Fondo de Capitalidad que, desde hace casi una década, está pactado con las autoridades hacendarias federales para solventar los requerimientos de la magna concentración urbana del país y una de las mayores del mundo.
La capital nacional soluciona broncas del EdoMex
Independientemente de los recursos fiscales que aportan los habitantes de la CDMX, el pacto federal en materia hacendaria está obligado a acatar esta solución, que, en otros países, con menor presión urbana se respeta, como el caso español, donde Madrid goza del concepto de capitalidad. De ninguna manera es un capricho, sino una necesidad de urgente resolución.
No debe estar sujeto a discriminación, ni formar parte de un juego de espejos como el que el guasón José Antonio Meade quiere esgrimir para liberar al presupuesto de esta obligación. Tampoco debe ser un birlibirloque, rehén de las ambiciones presidenciales de los miembros del gabinetito, que sólo andan viendo dónde meten la zancadilla para quedar solitos.
Si le va mal a la Ciudad de México, le va peor a todas las entidades circunvecinas que tienen en el asentamiento de la Capital de la República el colchón preciso para resolver lo que sus autoridades no pueden. No se necesita ser un adivino para intuir el desastre político que se le vendría encima a los toluquitas si estuvieran al frente de esta Ciudad.
Lo que pasa en desarrollo urbano y en falta de oficio político, sucede también en materia de contaminación, provocada en gran parte por emisiones tóxicas de autos y camiones que más allá de los Indios Verdes, la Sierra de Guadalupe y la Cabeza de Juárez no están obligados a someterse a reglas estrictas de regulación para moderar sus excrecencias ambientales.
Vastos reconocimientos mundiales a la metrópoli
Sin embargo, la envidia reconcome al gabinete mexiquense en pleno cuando observan absortos que, pese al exiguo presupuesto de la Ciudad de México, ésta produce el 17% de la riqueza nacional. Que genera anualmente más de noventa mil empleos formales, más del 20% del total del país.
Que, de acuerdo al buscador Google, la Capital de la República es uno de los cinco mejores sitios para viajar en el mundo. Sólo competida por La Habana, Tokio, Reikiavik y Toronto. Que ha sido designada capital del diseño urbano, una distinción que no la tiene ninguna ciudad del Continente americano.
Que es sede de más de treinta eventos deportivos de talla mundial, desde sede de la Fórmula 1 y de la E, hasta lugar preferido por los deportistas internacionales de la NFL, la NBA, la LPGA, la Tour de France y ha convertido su Maratón en uno de los diez más importantes del planeta. No es poco decir.
Políticas sociales para los más necesitados
Que tiene las primeras clínicas latinoamericanas de Alzheimer, Parkinson, Geriatría, Autismo, Labio y Paladar Hendido, y que sus programas médicos con sentido social, de apoyo a las franjas vulnerables, son reconocidos y aplicados en más de una docena de grandes ciudades de China, Estados Unidos, Lituania, Ucrania, Cuba y Brasil, entre muchos otros.
Que ha destinado un presupuesto de cinco mil millones de pesos para llevar agua potable al cien por ciento de su población y que, gracias a sus programas de interconectividad en los servicios públicos, forma parte inminente de la lista de las ciudades inteligentes del mundo.
Que, para colmo, sus programas educativos tienen una cobertura indiscutible y que la instrucción pública de calidad es inaguantable para los impávidos toluquitas, que en este rubro y en ningún otro han acertado a dar una. Lo único que saben es pagar a sus textoservidores para que lancen invectivas contra los gobernantes distintos.
Peña Nieto a Hinojosa: ¡que extraña Toluca!
Hace poco, el ruin Peña Nieto le confesaba a Juan Armando Hinojosa, su prestanombres en la constructora oficial Higa, que ¡extrañaba Toluca! Desde luego, no era debido a su amor por el terruño o porque extrañara las tortas de chorizo, sino a la inmunidad con la que manejaba los presupuestos y la opinión pública con sólo soltar el dinero local.
Por toda respuesta, Hinojosa le contestó que si eso era lo que buscaba (creo que podía haberle dicho que el único destino posible del Estado de México para él sería el penal de Almoloya), entonces tendría que invertir más dinero en Toluca, en el EdoMex, no sólo para mochar$e, usted sabe, en carreteras de primera. A mayor abundamiento, vías más rápidas para que la población se desplace… ¡hacia la Ciudad de México!
Y aumentar los problemas de presupuesto para la Megalópolis. Las soluciones son las de siempre: llevarse la parte del león y cargarle a otros sus propias pulgas. Una visión de mercachifles y de avorazados.
No irán muy lejos por las respuestas. El ciudadano medio de la Capital de la República está demasiado encabronado con estos fariseos de pacotilla, y no tardará en poner a cada quién en el lugar que le corresponde. Por lo pronto, su veredicto es harto conocido. “¡Fuera Peña!” gritaron a coro 200 mil asistentes al Zócalo a corear las canciones de Roger Waters.
Ése es el tamaño del repudio general. Falta aún el del peso de la ley.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Me escribe un conocedor de temas castrenses: “Para dimensionar el nivel de peligrosidad de la gente que emboscó a los militares, los sanguinarios responsables, cuando estaban peleando la plaza de Caborca, Sonora, asesinaron en el 2014 a los jóvenes Trini Payán, Alfonso Payán, y Gonzalo Araujo, quienes fueron encerrados vivos en una jaula con leones, los que los devoraron. Con esa crueldad pelean las plazas… Por cierto el Alto Mando Militar restringió la venta, solo a jefes (Mayor, Teniente Coronel, Coronel y Generales Brigadier, de Brigada, y de División), la venta de las pistola 5.7 ( conocida como mata-policías) y de metralletas automáticas 5.56 . A los Oficiales no se les vende. Estas pistolas que penetran el blindaje no las pueden adquirir los oficiales, restringiéndose la capacidad de respuesta de las características balísticas de potencia y volumen de fuego, a sabiendas de que el narco las usa.Tal parece que dudan de la preparación de los oficiales en el manejo de las armas en las propias escuelas militares del Ejército.” + + + “¡¡Y lo que nos falta!”, dice don Miguel Ramírez, quien escribe desde Torreón: “Su reciente declaración bíblica, Peña Nieto la hace como si él fuera suizo o finlandés o extraterrestre, pero no mexicano, ya que no se incluye en lo que menciona acerca de la corrupción, siendo que es el prototipo más claro de ella. Pero no se crea que esta muestra de cinismo es lo máximo a que puede llegar el mexiquense. Pronto nos saldrá con algo peor.”
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