La caída del precio del petróleo, la contracción del comercio mundial, lo competitivo del mercado, la delincuencia “organizada” (término que ni en película, solo en México), y últimamente Donald Trump, son solo algunos de los miles y miles de pretextos que escuchamos diariamente de nuestros dirigentes, voceros y locutores, tratando de explicar porque las cosas andan mal, situaciones quede momento puede hacer que nos sintamos parte de una colonia y no un país independiente.
Estamos gobernados, no por administradores, no por políticos, no por economistas, no por los “robatesis”, estamos gobernados por pretextos.
Nuestro país luce como una nave sin rumbo que destruidas sus velas, gira en cualquier dirección al roce del mas suave viento, y su tripulación no atina más que a sacar excusas del porqué de nuestra zozobra, pero no toma medidas para recuperar el rumbo.
Haciendo a un lado las acusaciones de siempre, podemos ver como a diferencia de otros países, el nuestro no tiene un rumbo fijo, se escucha a muchos decir que es parte de la globalización, que otros países sufren lo mismo, que todos estamos relacionados, pero no debería ser justificante, para un país que se encuentra, de ser aun así, dentro de las 20 primeras economías del mundo, claro que se podría entender que hubiera factores externos que en alguna manera crearan ajustes, pero de eso, a que cada mañana nos levantemos recibiendo la noticia de una nueva afectación a nuestra economía, a nuestro desarrollo, es algo que no debería estar sucediendo en un país medianamente independiente.
Hasta con twitter nos hacen daño.
¿Hacia dónde va México?