Sara Lovera*
En cien años solamente hubo una mujer como titular de la Secretaria de Educación Pública (SEP), y en toda la historia, de Valentín Gómez Farías (1833) —fundador de la primera dirección de Instrucción Primeria— a la fecha, únicamente dos normalistas ocuparon esa posición: Moisés Sáenz (1928) y José Ángel Ceniceros (1952). La maestra Delfina Gómez Álvarez, convertida en secretaria, es la primera integrante del magisterio, en ocupar el cargo.
Opiniones, surgidas en unas horas, dicen que la egresada de la Universidad Pedagógica Nacional no necesariamente garantiza mayor conocimiento o experiencia. Que sea mujer, tampoco es garantía. Hay opiniones favorables, también.
Militante leal de MORENA y la 4T, me escribió una amiga conocedora del Sistema Educativo Nacional, probablemente obedece al proyecto de los duros y radicales del partido del presidente.
Lo importante es la gobernabilidad de la SEP. Ahí trabajan un millón 200 mil docentes de educación básica, incluyendo especial, intercultural, normales; sumen media superior, superior, personal de apoyo, hasta del INBA. Total: aproximadamente dos millones. Presupuesto 2020: 4 mil 226 millones 784 mil 942 pesos, el mayor de todo el gasto público, tras la Secretaría de Defensa con la mitad.
Ese el tamaño y responsabilidad de la maestra, frente a un drástico cambio en la vida escolar. ¿Es mucho poder?, pregunta obligada o reto.
López Obrador, ¿nueva ocurrencia? No exactamente. Él fraseó su cometido: “Yo creo que nunca había ocupado la Secretaría de Educación Pública una maestra de primaria”. Maestros de primaria de grupo nunca o pocos. “Pero, de primaria y mujer, no creo”, agregó. Novena en un gabinete de 19.
Además, la realidad: desigualdad y violencia contra las mujeres, de raíces profundas en la visión que la sociedad tiene de ellas. Parafraseando al secretario Esteban Moctezuma Barragán: la educación pública, un bastión de lucha por la igualdad, por la inclusión, por el respeto y la construcción de un tejido social en favor de las mujeres. La educación —dijo— es esencial para que las mujeres alcancen el pleno goce de libertades y se conviertan en agentes de cambio.
Estará en la responsabilidad de la senadora, exdiputada, excandidata al gobierno del Estado de México. Pesará en ella miles de maestras de la educación primaria, su participación en la primera ola del feminismo, liberarles y promotoras del voto ciudadano, punteras promotoras del conocimiento para las niñas, desde 1887, cuando Rita Zetina fundó la escuela de niñas en Yucatán.
Al peso histórico, el panorama: 46 por ciento de mujeres mayores de 15 años no terminaron la primaria, 20 por ciento tiene estudios de secundaria, solo 18 de cada cien llegan a la universidad y 60 millones de mexicanas tienen 7.9 años de educación. Reto gigante. ¿Lo tendrá en mente la maestra Delfina?
Pregunto podrá con la gobernabilidad de la SEP, con la presencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), consentida del régimen, especialista en la toma de vías férreas que paraliza la educación de la infancia más pobre. Oaxaca y Guerrero lo saben. También no debe omitir a los cientos acusados de hostigadores y abusadores. ¿Podrá con ello Delfina? Veremos
*Periodista, directora del portal informativo SemMéxico.mx