Claudia Rodríguez
No es ninguna novedad que mientras en los países desarrollados van cerrando la puerta a la construcción y operación de cárceles privadas o de manejo del Estado; en México tanto los Gobiernos panistas como el de Enrique Peña Nieto, se empeñaron en el gran negocio de la edificación de cárceles concesionadas, mismas que justificaron como parte de la guerra contra el narcotráfico y más genéricamente con posterioridad, en contra de la delincuencia organizada y el aumento de la violencia.
Hay que anotar que la administración de un centro penitenciario e incluso un reclusorio, es el gran negocio que va desde las operaciones legales, hasta el aún más jugoso e ilegal cobro de cuotas a los retenidos y sus familiares o afines.
Tampoco son novedosos los diversos planteamientos que se han colocado sobre la mesa de análisis y opiniones entre la sociedad, ante las propuestas –y construcciones terminadas– de penales, cuando en México lo que se necesitan son más y más escuelas públicas que operen bajo estándares de calidad de la enseñanza, y por supuesto igual se requiere, puestos de trabajo que sean justamente remunerados, sobre todo aquellos que se traten de contratos profesionales y especializados.
Este espacio del Acta Pública no cederá en advertir que no existe hasta ahora en la historia de la humanidad, correlación directa exitosa sobre que a mayores penas carcelarias, menor número de delitos cometidos en una sociedad determinada.
Lo anterior se hace relevante nuevamente, ante la propuesta en el ámbito legislativo de que el feminicidio debe ser castigado con la pena de muerte no vigente en nuestro país, abolida en 1929 y ratificada su desaparición, en el año1969, luego de que el Gobierno mexicano signara el Pacto de San José, progresista en la protección de derechos humanos.
El oportunista Partido Verde Ecologista de México (PVEM) con sus ya conocidas prácticas para hacerse visible con propuestas espectaculares ante situaciones coyunturales de la vida política y social de nuestro país, propone, muy a la ligera, que el feminicidio se castigue con la abominable, pena de muerte.
La justicia no debe ser en ningún caso, una venganza.
Acta Divina… “No alcanzarían juzgados ni cárceles para corruptos del pasado”: Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Para advertir… A Jorge Emilio González Martínez ya le resulta la propuesta de su partido, un verdadero búmeran.
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