CIUDAD DE MÉXICO, 31 de diciembre, (AlMomentoMX).- En el marco del cierre del año y con el compromiso de ofrecer a sus clientes información oportuna para la mejor toma de decisiones en inversiones, SURA Asset Management México presenta sus principales proyecciones sobre el desempeño que se espera de los mercados y los principales indicadores macroeconómicos en 2018.
Balance 2017
En 2017 la economía mexicana sorprendió por su resistencia ante los siguientes eventos: los riesgos asociados a una probable disolución del TLCAN derivado de la retórica proteccionista del presidente de Estados Unidos Donald Trump, potencial degradación de la calificación crediticia ante la situación de las finanzas públicas, inflación alta por efecto de la debilidad cambiaria acumulada en años, el ajuste al alza de las gasolinas, escándalos de corrupción, repunte de la violencia a niveles históricos, elecciones estatales de relieve y desastres naturales que azotaron diversas partes del país. Éstas, entre otras amenazas, fueron insuficientes para descarrilar la dinámica de crecimiento de la economía de la forma en que muchos analistas pronosticaban. “Al final cerraremos el año cerca del 2% de avance, muy cerca del pronóstico hecho a principios de este año”, señaló el equipo de inversiones de SURA.
Los componentes de crecimiento revelan un sector externo fuerte y un consumo de las familias mexicanas sorprendentemente bien comportado; “estimamos que estas tendencias seguirán durante 2018 debido a una economía global boyante, la debilidad que aún veremos en el tipo de cambio y la desaceleración de la inflación”, indicaron los expertos de SURA.
Para los analistas de SURA, las mayores trabas durante al año seguirán afectando las cifras en 2018: el sector petrolero y el de construcción. En el primer caso, PEMEX enfrenta enormes retos por estabilizar su plataforma de producción; en el segundo, la fuerte caída de la inversión pública ha arrastrado consigo la privada, deprimiendo al sector. “En conjunto, creemos que la economía nacional avanzará por debajo de 2% en 2018”, estimaron.
La depreciación real de la moneda hizo su parte durante 2017, reduciendo el déficit comercial y el déficit de cuenta corriente. El próximo año, las mejoras secuenciales dependerán incisivamente del balance comercial petrolero, ya que la caída de la producción petrolífera en México ha motivado crecimientos relevantes en la importación de gasolina. La contracción del déficit de cuenta corriente, en conjunto con la reducción del déficit fiscal que se espera en 2018 y una política monetaria restrictiva, permiten cierto optimismo sobre la paridad cambiaria. Sin embargo, los riesgos que aquejaron al tipo de cambio en 2017 continuarán en la primera mitad de 2018.
A continuación los eventos que marcarán la marcha de los mercados:
1. Renegociación del TLCAN
La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha tenido altibajos que se han transmitido casi de inmediato al tipo de cambio. Nuestro escenario base, que el TLCAN no es abandonado e incluso se moderniza a lo largo de este periodo, parte de las diferentes presiones políticas que la Casa Blanca está enfrentando tanto de grupos empresariales como de sus pares congresistas y en los gobiernos estatales para mantenerse dentro del acuerdo; por supuesto, eso no impide que veamos una alta volatilidad en el tiempo que tome el proceso.
2. Ruido político electoral
El ruido político y electoral será agudo dada la ventaja que mantiene el candidato del partido Morena, Andrés Manuel Lopez Obrador sobre sus rivales y su crítica a las reformas estructurales. Nuestra visión en torno de esto se centra menos en quién será el nuevo presidente y más en la configuración del Congreso de la Unión, que parece estará muy dividido. En consecuencia, será un verdadero reto que la agenda de reformas faltantes, particularmente las relacionadas con el fortalecimiento del Estado de Derecho, se propongan y aprueben durante el próximo sexenio.
3. Presiones inflacionarias en EU
El dólar estadounidense deberá verse fortalecido globalmente a cuenta de una política monetaria relativamente menos laxa que la de sus contrapartes desarrollados. Además, la aprobación de los recortes impositivos en Estados Unidos supondría un impulso sobre la economía que ya no se requiere al encontrarse en pleno empleo, provocando presiones inflacionarias que la Fed tendría que contrarrestar con mayores incrementos en tasa de los que actualmente está esperando el mercado.
Lo anterior, en suma, supone un tipo de cambio volátil y débil hasta la aprobación del nuevo TLCAN y los resultados de la elección para elegir Presidente de México en julio de 2018. A partir de ahí, y después de una posible sobrerreacción, el tipo de cambio tendría converger gradualmente, a lo largo de un par de años, hacia su valor fundamental, cercano a 15.5/16.5 unidades.
Inflación
La inflación no tuvo un buen año a raíz de la debilidad cambiaria que se ha acumulado desde mediados de 2014 y el ajuste fiscal sobre las gasolinas de enero como preparación a la liberalización de sus precios, la cual ya ha arrancado en todo el país a partir del 30 de noviembre.
Otro proceso de encarecimiento sostenido del dólar y otro fuerte encarecimiento de las gasolinas como los vistos no deberán repetirse en 2018, permitiendo que los efectos base jueguen a favor de la inflación. Existen elementos de incertidumbre provenientes de la inflación en servicios que podrían estar reflejando una brecha de producto positiva que el Banco de México no ha identificado del todo, o efectos de segundo orden derivados de una pérdida en la confianza del poder adquisitivo de la moneda y/o los incrementos en salarios mínimos, que de 2015 a la fecha acumulan un crecimiento de 34% (20% ajustado por inflación).
Asimismo, la volatilidad y debilidad cambiaria que veremos durante la primera mitad de 2018 incidirá en la inflación en mercancías al elevarlas. Por último, existe evidencia de poder monopólico en la asignación del precio de gas L.P. en numerosos estados del país lo que ha provocado un incremento anual desorbitado; a menos que las autoridades en competencia tomen cartas en el asunto, las presiones por este flanco seguirán. Todos estos elementos impedirán que la inflación llegue al objetivo de 3% el siguiente año, pero no descartamos que se consiga en 2019.
Esta multiplicidad de factores ha afectado el comportamiento de la Junta de Gobierno de Banxico, que continuó el ciclo de endurecimiento monetario arrancado a fines de 2015 y puso en pausa en junio de este año. Durante la segunda mitad de 2017, Banxico asumió una postura menos activa pero igualmente cauta al arrancar un programa de coberturas cambiarias junto con la SHCP que le permitiera hacer frente a la debilidad cambiaria, con relativo éxito.
No obstante, la reciente reconfiguración de la Junta de Gobierno, que parece más inclinada a asumir posturas duras, la debilidad cambiaria que se ha reiniciado y la re-aceleración de la inflación subyacente, amenazan la expectativa de lograr el objetivo del 3% que aún guardan sus miembros. Esto provocará un tono más duro en los comunicados y minutas del banco central, por lo que posiblemente habrá incrementos adicionales en tasa y limitará seriamente la posibilidad de recortes en los últimos meses de 2018.
Estrategia de inversión
Lo anterior expuesto tiene fuertes implicaciones en los mercados locales. Los expertos de SURA AM México señalan que en cuanto a los instrumentos de deuda, las presiones inflacionarias, indefinición transitoria del TLCAN y las elecciones presidenciales son los riesgos a seguir. “Debido a la incertidumbre asociada a estos eventos, y la volatilidad consecuente, privilegiamos una estrategia conservadora, durante la primera mitad del año: en tasas nominales beneficiamos duraciones defensivas en los portafolios mediante incorporación de instrumentos de tasa revisable ante elevados niveles en la parte corta de la curva; en tasas reales preferimos posiciones neutrales ante lecturas de inflación más elevadas pero atentos a disminuir posiciones si los datos comienzan a descender gracias a los efectos base ya mencionados”, estimaron.
En cuanto al desempeño de la Bolsa Mexicana de Valores, el entorno en 2017 complicó las expectativas de crecimiento, márgenes y utilidades de las emisoras mexicanas. Aun así, las valuaciones de muchas empresas se mantuvieron elevadas con crecimientos implícitos difíciles de alcanzar. Estas valuaciones se fueron ajustando a niveles más razonables conforme fue finalizando el año, debido entre otras cosas al ruido proveniente de la renegociación del TLCAN y el ambiente de las pre-campañas presidenciales.
La visión de los analistas de SURA de cara al comienzo a 2018 en este tipo de activos resulta bastante similar a la del año anterior en cuestión de incertidumbre. Prevalecen algunos de los principales riesgos, sin embargo, el tipo de cambio, las expectativas de inflación y las finanzas públicas generan un escenario más benévolo para el mercado accionario.
Aunado a ello, las valuaciones ya se encuentran en niveles más razonables. Los expertos estiman que las utilidades de las empresas podrán alcanzar un crecimiento de doble dígito que junto con un múltiplo Precio/Utilidad de 17.5x darían elementos para que el IPC alcance un nivel de 52,500 puntos en 2018. Cabe destacar que, particularmente la primera mitad del año, la volatilidad podría repuntar con fuerza y los estimados del mercado variarán en función de la evolución del tipo de cambio y las preferencias electorales.
AM-MX/mla
(Con información de SURA)
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