DE LINDES
En los últimos años los cuestionamientos contra el desempeño de la policía alrededor del mundo, han ido en aumento. En ocasiones por situaciones justificadas y en muchos otros porque en medio de alguna detención, la policía ha hecho uso de las armas para capturar o neutralizar a un criminal, en dichas ocasiones la opinión pública se divide entre quienes aplauden y agradecen a la policía el hecho de mantener la paz con la estrategia elegida, sin importar cuál sea esta, y entre quienes le exigen a la policía que eviten a toda costa el uso de la fuerza, y critican las detenciones realizadas por medio de ésta.
Sin embargo hasta el momento, Gran Bretaña se había mantenido al margen de este tipo de polémicas, pero todo cambió el 5 de septiembre del 2022, con la muerte de Chris Kaba, la cual fue a causa de un disparo realizado por un agente de la Policía Metropolitana, que en medio de un operativo disparó su arma en contra del auto de Kaba, resultando en la muerte de éste, y a partir de este momento comenzaron los cuestionamientos en contra de la policía, cuestionando su capacidad para combatir de manera efectiva a la delincuencia, y hasta el momento la policía se había mantenido en silencio, pero cuando el pasado jueves 21, el agente en cuestión compareció ante la corte, en el juicio que se sigue en su contra, las voces policiales dejaron atrás el silencio y comenzaron a levantar su voz, sobre todo un grupo de 100 agentes, que como protesta decidieron dejar de portar sus armas porque dicen sentirse desprotegidos por las autoridades, quienes a decir de ellos, no reconocen que día a día ponen sus propias vidas en riesgo con tal de proteger a la población, y en ocasiones su arma es completamente necesaria tanto para proteger a la población como a ellos mismos, por lo que piden el respaldo de las autoridades para poder seguir haciendo de forma correcta su trabajo.
Ante la polémica, el jefe de la policía londinense abogó por los suyos y señaló que en solamente el 0.05 de las operaciones policiacas han habido disparos por parte de la policía, por lo que señalar su desempeño como un error o una incapacidad, es no darse cuenta que los 34,000 agentes que sirven a los 9 millones de londinenses, están haciendo un gran trabajo al mantener el orden, y darles la espalda podría cambiar todo el ánimo policial y por lo mismo la seguridad del lugar.
Hasta el momento el gobierno no ha respondido a esto, quizás porque busquen que el tiempo calme las cosas, o porque no sepan cómo responder ante un problema que los pone entre la espada y la pared, confirmando lo dicho por H.L. Mencken; “La vida es una oscilación constante entre los cuernos afilados de los dilemas.”
JESSICA WOOLRICH