Eduardo Sadot
Parte de esta colaboración fue escrita antier, antes de conocer la decisión de la Junta de Gobierno para publicarse ayer antes de que se nombrara rector, por prudencia universitaria y en virtud de que hubo voces que acusaron a este escribidor de hacerlo por consigna, se equivocaron igual que la junta de 1996, como también este escribidor se equivocó cuando hace días, dio por hecho que la Junta de gobierno había decidido el nombramiento de una rectora por consigna.
Hasta el último rincón del mundo donde hay oficinas de la UNAM hasta en las once sedes de nueve países del mundo se percibe el olor a PUMA a la UNAM a nuestra Universidad Nacional Autónoma de México, y desde luego en todo el país donde tiene presencia, desde el Observatorio Nacional San Pedro Mártir en Baja California, hasta la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales en Puerto Morelos Quintana Roo además, en los cuatro continentes con representaciones en Berlín, Alemania; Beijing, China; San José, Costa Rica; Madrid, España; París, Francia; Londres, Reino Unido; Johannesburgo, Sudáfrica; Canadá; y Los Ángeles, Seattle, Tucson, Boston, Chicago y San Antonio, Estados Unidos.
Así de grande es nuestra UNAM, así de excelsa es la presencia de los universitarios en el mundo. Así de poderoso es el espíritu universitario por el que habla nuestra raza, ésa raza de la que habló Vasconcelos, esa raza de bronce teñida de blanco y negro – ah porque no hay que olvidar a nuestra tercera raíz – así de imponente el entusiasmo universitario por su alma mater, por su patria y por la solidaridad latinoamericana.
En diciembre de 1996 quien esto escribe con Don Carlos Ramírez, también investigó y describió el comportamiento de la Junta de Gobierno de entonces, compuesta por: Arcadio Poveda Ricalde, Alfredo Adam Adam, Javier Padilla Olivares, Adolfo Martínez Palomo, Julio Labastida Martín del Campo, Gustavo Adolfo Chapela Castañares, Carlos Chanfón Olmos, Donato Alarcón Segovia, Ignacio Chávez Rivera, Ignacio Carrillo Prieto, Daniel Díaz Díaz, Graciela Rodríguez Ortega, Beatriz Ramírez de la Fuente, María Esther Ortiz Salazar.
Entonces los compromisos de los miembros de la junta de gobierno con el entonces rector Sarukán Kermes y con su sucesor de entonces, se hicieron evidentes, los únicos miembros de la Junta que no tenían cercanía eran: Graciela Rodríguez Ortega, María Esther Ortiz Salazar, Ignacio Carrillo Prieto, Sergio García Ramírez y Julio Labastida Martín del Campo.
Y la predicción de entonces que quien sería el rector en 1996 resultó cierta. Sin embargo en ese entonces el rector sucesor no tenía vinculación con el presidente de México en turno, ni con el partido ni el grupo en el gobierno, lo que aunque resultaba una bola cantada quién sería el rector, no ponía en peligro a la autonomía universitaria, el único error, como el de muchos funcionarios fue la arrogancia de su equipo cercano de colaboradores.
Ahora en éste proceso de selección de rector, la junta de gobierno, estuvo frente al dilema de nombrar a una mujer, obedeciendo a la moda y a las presiones del presidente de México, de la 4T del Partido MORENA y de miembros del actual gobierno como Juan Ramón de la Fuente, del subsecretario de Educación Superior Luciano Concheiro, Claudia Sheinbaum, su mamá la Doctora Pardo y los sindicatos, la junta corrigió y privilegió a la UNAM y al Puma, que tuvo en riesgo su cabeza. Así se privilegió la autonomía universitaria se nombró a un rector que podrá regir los destinos de la UNAM en el momento más turbulento y difícil de estos tiempos, dando continuidad a un proyecto institucional alejado de continuismo, un rector con capacidad para dialogar al interior con todos los grupos universitario y al interior, en un ambiente de universalidad y multidisciplinariedad y del exterior de igual manera con cualquiera que encabece el gobierno de la república, distintivo de los dos hombres que transitaron en la ruta final de designación.
Finalmente la Junta de Gobierno de la UNAM consolidó su posición como institución eficiente e imparcial para ejemplo nacional, que privilegia a la UNAM por encima de modas de equidad de género y arribo de mujeres por ser mujeres. La UNAM y la Junta de Gobierno enfrentaron con dignidad y responsabilidad que más allá de las modas se privilegió el interés de la institución, la excelencia para ejemplo de México y también se privilegió la formación de cuadros 100% pumas, que se estaba perdiendo.
Al final hubo tres distinguidos universitarios finalistas los tres con méritos reconocidos ampliamente sin menospreciar a los otros siete que seleccionó la Junta de Gobierno; Doctor Raúl Juan Contreras Bustamante, Doctora Patricia Dolores Dávila Aranda y Doctor Leonardo Lomelí Vanegas.
La Junta de Gobierno acreditó su eficiencia, la UNAM su solidez, volvió a confirmar porqué es nuestra máxima casa de estudios y porqué el sistema de selección democrática indirecta, que privilegia su naturaleza “La excelencia” para orgullo y ejemplo de los mexicanos y honró una vez más su lema “Por mi raza hablará el espíritu”
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