La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Parajoda idiomática: no es greñudo ni ‘pito loco’, pero, es Putin
Sobre la perspectiva, de que Rusia utilice armas nucleares tácticas en Ucrania, la doctrina militar de ese país, indica que sólo usarán dicha estratagema, si ven amenazada su existencia o lo que es lo mismo: en caso de que las empleen contra ellos.
Ya lo habíamos hablado antes: la Destrucción Mutua Asegurada, mecanismo que disuade sobre la recurrencia de tales elementos.
Hasta aquí, el tema parecería bajo control, pero: ¿tenemos certeza de que Vladimir Putin se sujetará a dicho precepto?
En términos reales, es imposible saberlo, todo se remite a conjeturas, sin embargo, existe la posibilidad de que, al autócrata, le importe un bledo la viabilidad civilizatoria y decida actuar como el bíblico juez Sansón.
Humillado, por sí mismo (dada su proclividad para el adulterio), por la astuta Dalila y sus paisanos, el fortachón personaje pidió a Dios una última concesión, al obtenerla, como forma de redención, decidió dar fin a su vida y la de sus adversarios: ¡Muera yo con los filisteos!, nos narra el libro de Jueces 16:30.
Seguidor, del concepto, Moscú como la tercera Roma, admirador del filósofo-ideólogo-propagandista Iván Ilyín y paneslavista confeso, con el tío Vladi, no hay forma de establecer escenarios: el Estado, Rusia, la Weltanschauung, todo es él.
Putin sabe de la frase de Jrushchov: ‘con la guerra nuclear no hay ni vencedores ni vencidos’…perdemos todos. No obstante, el mandón milenarista nunca se ha enterado, al parecer, de la siguiente máxima: ‘
Respice post te! Hominem te esse memento
’. ¡Jolines!