CIUDAD DE MÉXICO.- La inflación es un fenómeno económico inevitable, por ende, el impacto y el riesgo en las inversiones estará presente mientras se sea inversionista. En esta nota informativa SURA explica qué es la inflación, cómo se relaciona con las inversiones y algunas recomendaciones para enfrentarla. Algunos de los puntos que se expondrán más adelante serán: ¿Qué relación hay entre la rentabilidad de un producto financiero y la inflación? y ¿qué herramientas de inversión se pueden utilizar para enfrentar una inflación al alza?
¿Qué es la inflación?
Para empezar, la inflación es un fenómeno económico relacionado con el aumento de precios de los bienes y servicios que se intercambian en un país durante un periodo determinado de tiempo. Dependiendo de la oferta y la demanda, los precios suben o bajan, lo cual a su vez impacta a la oferta y la demanda. Es decir, si la inflación está al alza significa que – además de otros factores diversos – principalmente hay una demanda por encima de la capacidad productiva que, por tanto, genera escasez y aumento de precios.
En México el INEGI se encarga de publicar mensualmente el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que registra los precios de insumos básicos que consumen en general las y los mexicanos. A partir de estos datos se calcula la inflación (qué tanto subieron o bajaron los precios en un mes), lo anterior sirve como referente al Banco de México para implementar medidas generalizadas que frenen o estabilicen los cambios de precios, como puede ser la modificación de la tasa de interés de referencia. En consecuencia, cualquier persona o institución que participe de esas tasas a partir de créditos, préstamos o bonos se verá afectada.
Inflación oficial e inflación personal
Una manera muy sencilla de identificar cómo la inflación afecta negativamente a las personas es cuando se dice, coloquialmente, que “el dinero ya no alcanza como antes”. Si la inflación está al alza, la distribución de gastos y ahorros en un mes ya no puede ser la misma al siguiente mes porque se pierde la referencia de precios con la que se asigna el dinero para comprar bienes y servicios, ahorrar y/o invertir; los precios distorsionados dificultan la planeación financiera.
Ahora, la inflación por sí misma no afecta de manera uniforme a toda la población. Hay una diferencia entre la inflación oficial – que publica el INEGI – y la que denominamos inflación personal. La inflación oficial representa datos generalizados de la población, mientras que la inflación personal se puede calcular a partir de los gastos propios en los bienes y servicios específicos en los que se gasta, no se toman en cuenta precios que sí podrían ser considerados para la población en general. Por ejemplo, si una persona no consume gas, y este mes el precio de gas fue el que más influyó en el alza de la inflación, entonces esta persona no será tan afectada por la inflación como una persona que sí lo consume.
Es muy importante tomar en cuenta esta diferencia en los tipos de inflación, porque al fin y al cabo la planeación financiera depende más en cómo la inflación afecta a nivel personal que oficialmente. De esta manera, la rentabilidad que un producto financiero pueda tener en relación con la inflación no se da por sí misma, sino que también se tienen que considerar factores particulares. Es decir, para poder mantener el poder de compra de los recursos financieros sin que la inflación afecte negativamente se deben realizar inversiones que aspiren a superar tanto a la inflación oficial como la inflación personal.
¿Cómo enfrentar la inflación desde las inversiones?
La relación entre la inflación y las inversiones no es lineal. En el muy largo plazo hay inversiones como las acciones y los bonos de largo plazo que suelen tener rendimientos superiores a la inflación, pero en períodos cortos, dicha relación suele romperse.
Generalmente las inversiones a corto plazo no logran superar la inflación personal porque ésta tradicionalmente es muy superior a los rendimientos que ofrecen los instrumentos de corto plazo.
En ese sentido es importante tener inversiones con rendimientos que en el largo plazo tradicionalmente hayan superado a la inflación oficial y que aspiren incluso a estar por encima de la inflación personal y, así, no perder poder adquisitivo de tal suerte que al menos pueda comprar en el futuro la misma cantidad de bienes y servicios que adquiría en el pasado.
5 recomendaciones para enfrentar la inflación
Las siguientes recomendaciones permitirán a las y los inversionistas enfrentar periodos de alza en la inflación:
Siempre es recomendable mantener un portafolio globalmente diversificado:
Incorporar inversiones de distintos tipos como bonos de mediano y largo plazo, de tasa nominal o real.
Acciones locales e internacionales.
Materias primas como el oro.
FIBRAS (o REITS en EE. UU.)
Considerar incluir bonos que cuentan con componentes de protección contra la inflación. En México son los Udibonos, en EE. UU. se llaman TIPS.
El portafolio tiene que contar con estrategias de inversión a largo plazo cuyos rendimientos tradicionalmente hayan superado la inflación.
Saber la diferencia entre la inflación oficial y la personal y tomarla en cuenta al elegir productos financieros.
Elegir inversiones que aspiren a superar la inflación oficial e incluso la personal, siempre considerando que se ajusten a nuestro perfil de riesgo.
AM.MX/fm
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