La recarga integral de los mantos acuíferos es de suma importancia para el abasto de agua del Valle de México que vive por la crisis hídrica que se registra en la región por los bajos niveles del Sistema Cutzamala y será fundamental aprovechar la temporada de lluvias que han dejado los recientes huracanes que han impactado en el país.
¿Qué son los acuíferos y cómo es el proceso de recarga natural?
Los acuíferos son formaciones geológicas bajo la superficie, a través de las cuales el agua puede desplazarse y que actúan como filtros naturales, reteniendo sedimentos y otras partículas, proporcionando así una purificación natural del agua subterránea que fluye a través de ellos.
Mientras que la recarga del acuífero ocurre naturalmente a través de mecanismos de infiltración directa de la precipitación pluvial, de escurrimientos superficiales en cauces, del agua almacenada en cuerpos de agua, de los arroyos y ríos perennes, arroyos intermitentes, así como de la recolección de agua de lluvia.
Sin embargo, debido a cambios en la cubierta vegetal y a la creciente erosión del suelo, el crecimiento urbano desordenado, y los desarrollos inmobiliarios irregulares, las tasas de infiltración tienden a disminuir.
La importancia de la recarga de acuífero radica en que permite el acceso a fuentes cercanas de agua, el uso sostenible de aguas subterráneas, desarrollar estrategia de manejo integral del agua en una cuenca, almacenar agua en los acuíferos para su uso futuro, suavizar las fluctuaciones en la oferta/demanda de agua, disponer/reusar el agua de las tormentas, almacenar agua en el subsuelo cuando no hay espacio superficial disponible para la construcción de presas, mejorar la calidad del agua y suavizar sus fluctuaciones, entre otros.
Bosque de agua y su importancia en la recarga de acuíferos
El Bosque de agua es una reserva natural importante para el abastecimiento de agua en el Valle de México, debido a que el 70% de agua que se provee a la Ciudad de México se extrae de esta reserva, de acuerdo con datos de Oxfam México y no sólo eso, también es una amplia zona de recarga de acuíferos que abastecen del líquido a la población capitalina y de la zona metropolitana.
Se trata de una gran zona con una extensión aproximada de 250,000 hectáreas, que se ubica desde los municipios del Estado de México como Villa del Carbón, Chapa de Mota, Nicolás Romero, Jilotzingo, Naucalpan, Huixquilucan; otros en el Valle de Toluca, algunas alcaldías de la Ciudad de México y municipios de Morelos, que permiten la recarga de acuíferos y de mantener un ecosistema saludable.
El bosque retiene el agua de las lluvias gracias a su suelo que funciona como una esponja y esa agua recarga los mantos acuíferos de donde se extrae el agua en pozos y también el agua que escurre a través de arroyos o manantiales, y que van a dar a presas como la de Valle de Bravo y Villa Victoria, que a su vez suministran del líquido al Sistema Cutzamala.
Además, es cabecera de cuatro cuencas y salvaguarda el ciclo del agua conectado a dos de los ríos más grandes del país, el Lerma y el Balsas, además de que alimenta a 10 acuíferos en donde se desarrollan las actividades económicas que generan cerca del 30% del PIB del país.
No obstante, su capacidad para suministrar agua al Valle de México están seriamente amenazadas y está en vías de sufrir daños irreversibles por la tala ilegal, prácticas agrícolas contaminantes y el desarrollo irregular, lo que ha provocado la reducción del 40% de esta zona boscosa en los últimos 30 años.
Plantas tratadoras de agua, otra opción para recarga de acuíferos
Además de la recarga de acuíferos natural y ante la problemática del crecimiento urbano desordenado, los desarrollos inmobiliarios irregulares o la tala ilegal, también existen acciones y tecnologías para la introducción artificial de agua de recarga adicional en el sistema de aguas subterráneas a través de mecanismos de infiltración que incluyen agua potable tratada mediante plantas de tratamiento instaladas en desarrollos sustentables y regulares, aguas subterráneas, aguas pluviales, entre otros.
De acuerdo con el “Manual de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento”, elaborado por la Conagua, una de las alternativas tecnológicas para la recarga artificial de acuíferos es el tratamiento de aguas residuales, pues son consideradas tecnologías avanzadas novedosas que permiten dar soluciones a la remoción de contaminantes emergentes que pudieran estar presentes en el agua.
“La recarga artificial puede ser directa, mediante pozos de inyección, o indirecta (también denominada superficial) mediante la infiltración a través de la superficie de la tierra y difusión en el suelo que puede proporcionar un tratamiento adicional del agua antes de llegar al acuífero”, exponen en el documento.
En ese sentido, explican que se requiere la construcción de nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales, su modernización (cuando son antiguas) y su mantenimiento, todo ello para cumplir los estándares necesarios.
Por esa razón, actualmente cada vez más desarrollos inmobiliarios sustentables en el Valle de México, sobre todo en el municipio de Naucalpan, buscan crear edificaciones que sean habitables, saludables, y amigables con el medioambiente, implementado plantas de tratamiento de aguas residuales para reducir su consumo del recurso hídrico y apostar por la reutilización.
Las plantas de tratamiento de aguas residuales son una valiosa oportunidad para enfrentar la crisis hídrica en la zona al ahorrar hasta 95 por ciento de agua, y que luego pueden ser usadas para el baño, el riego y otras actividades o para su posterior incorporación a un cuerpo lacustre natural.
Es importante tener en consideración los escenarios de cambio climático y reconocer que los acuíferos representan las fuentes seguras de abastecimiento, con las que se deberá diseñar estrategias que mitiguen efectos de las sequías o variación de la lluvia.