José Newman
Bien dicen que es la Gravedad la fuerza que está detrás de las caídas, que es grave pues eso de caer, que si del suelo no pasa, al suelo llega y, que para de nuevo alzar lo que ha caído, se requiere una fuerza superior a aquella que Oh Gravedad ! lo tiró al suelo.
Las hojas de los árboles caen pero con el aire vuelan, el agua al derramarse cae pero llega el sol y volando la evapora. No así lo más pesado que, caído, ahí queda pues muy difícil es hallar esa fuerza más que grave que venga lo levante y lo ponga de nuevo en el lugar que antes tuvo y que perdió.
Peor es aún la suerte de aquel que, por empellón o por tropiezo, acabó en el piso como es de un tiempo a esta parte el caso de todo un país – territorio, pueblo, lengua, leyes, instituciones y costumbres -, del país México que entre empellones ( “ Al diablo con sus instituciones!”) y tropiezos ( “ Ya ni modo !”) ha caído llevado por el tenaz propósito de Unos, que en ello cifran su objetivo, y por la aterradora pasividad y nefasta negligencia de Otros que, sin oponer ni detener la precipitación, la prisa por tirar, sumamos gravedad a lo ya de suyo grave de quienes no cesan de ir tirando lo que en otro tiempo habíase levantado y se hallaba en pie y andando.
Es tal el afán de tirar de los Unos q no fallan en fallar y tal su devoción por durar que para no fallar no admiten falla. Igualmente pertinaz la indolencia de los otros que miramos lo tirado y nos alzamos de hombros sin alzar !
Grave de toda Gravedad lo que en nuestro entorno se derrumba, cae o repta, arrastra o a duras penas se detiene. Hasta dónde, cuánto durará este tiradero ? Ir tirando no es vida sino pena, séase por quienes van tirando todo lo que encuentran, seamos aquellos que de alzar no atamos. Con la pena !