Lilia Arellano
“Una cosa es el respeto a las ideas ajenas y otra muy diferente la complicidad con criminales”:Álvaro Uribe
● ¿Qué nivel alcanza la complicidad con la delincuencia?
● Asesinatos, secuestros, extorsiones, trata, en la impunidad
● Reclama la Santa Sede dar seguridad y justicia en México
● 4T etapa de mayor crímen y violencia dentro de la historia
● Increpan al titular de Sedena por incumplir responsabilidad
Ciudad de México, 22 de junio de 2022.- La violencia y la delincuencia en México están fuera del control gubernamental: de las fuerzas federales, estatales y municipales; la impunidad predomina y los sicarios de los cárteles de la droga gozan de absoluta libertad para ejercer sus actividades criminales, sin el menor riesgo de ser castigados. De manera reiterada se ha reclamado al Ejecutivo el sembradero de cadáveres causado por los integrantes de la mafia, la violencia desatada en todo el territorio, las acciones llevadas al extremo de constituirlos como la única autoridad dentro de comunidades, municipios, de la tercera parte del país. El asesinato de dos sacerdotes y un guía de turistas, desnudó por completo la realidad del México de la 4T.
Sobre estos crímenes cometidos el pasado lunes 20 en el municipio de Urique, Chihuahua, el Papa Francisco expresó su consternación” por “tantos asesinatos en México que causan un sufrimiento inútil”. En efecto, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en los primeros tres años de gobierno del sexenio del presidente López Obrador, se han registrado 115 mil 299 víctimas de homicidio doloso y tres mil 362 feminicidios, llegando a la cifra de 118 mil 732 muertos hasta el mes de abril. En mayo se sumaron 2 mil 823 ejecuciones para hacer un total de 121,555 asesinatos.
Pero para el par de féminas llevadas al área de seguridad pública, todo parece parte de un evento en el cual lo más importante es dar con la clave, con el argumento, con el discurso bien plantado para ¡salvar al presidente! Está Rosa Icela Rodríguez comiéndose las uñas y Clara Luz Flores Carrales, secretaria ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, haciendo comparaciones y dando recomendaciones a las cuales ningún miembro de la Guardia Nacional, ni el jefe de las fuerzas armadas, les brindan alguna atención. El General Cresencio Sandoval, enfrentando los reclamos por su incapacidad, por la irresponsabilidad demostrada al marcar una entrega al gobierno lopezobradorista por encima de su deber y compromiso con el pueblo de México.
Los hechos en la pequeña comunidad de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua, no pueden considerarse aislados. En esa misma entidad tuvo lugar otra matanza, la de la familia Le Baron y sigue transcurriendo el tiempo sin tener a los asesinos materiales e intelectuales tras las rejas. Esta impunidad y la protección brindada desde la más alta jerarquía gubernamental, permite se sigan presentando tragedias como la llevada a cabo el lunes 20. En la mañanera del martes, el tabasqueño ni siquiera estaba enterado del nombre del asesino de los sacerdotes y el guía de turistas, cuando esto ya estaba, inclusive, publicado en los diarios locales.
Pretendió minimizar el hecho, abonar a convencer a los ciudadanos de ser Felipe Calderón el malo de la película y él y sus incapaces miembros del gabinete las víctimas. Porque no solamente se trata de haber permitido sea la célula del Cártel de Sinaloa liderada por Noriel Portillo Gil, alias El Chueco, quien gobierne en esa región, en el Triángulo Dorado, sino por prácticamente hacerse cómplice de sus operaciones al no atender denuncias, no ordenar a las diferentes áreas de gobierno se hagan presentes, acudan al rescate de una comunidad en las garras de la delincuencia.
Ahí, en Cerocahui, nada ni nadie se mueve si no es con autorización de El Chueco, han llegado al extremo de controlarlos a través de la dotación de agua no conformes con cobrar al estilo tributario oficial, protección y derecho de piso. Los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora, conocían a su asesino, intentaron convencerlo de no matar a Pedro Elidoro conocido por su actividad como guía de turistas. Todo fue inútil y el sacerdote sobreviviente, Jesús Reyes fue quien reveló paso a paso lo ocurrido, incluyendo la hora en la cual el sicario estuvo dentro de la Iglesia, se confesó, narró el momento y como llegaron hombres armados y se llevaron los cadáveres en una camioneta.
Por el recorrido durante décadas realizado por el Tren Chepe, se sabe es este lugar el preferido para llevar a cabo las ceremonias religiosas de los Tarahumaras, a quienes los jesuitas han atendido desde hace muchos años. Tiene un gran atractivo turístico pero, ni por asomo Miguel Torruco ha informado de la situación de gran peligro existente tanto para los ciudadanos como para los visitantes. López Obrador, pese a su dicho de ser el presidente de México el hombre más informado, quien conoce todo, tiene los ojos cerrados o, tal vez, y como también expresó, “si no hace nada, es cómplice”. Esto último ha sido la versión más socorrida en estas semanas junto con, el señalamiento sobre la actitud de brazos caidos frente a la delincuencia y del visto bueno dado a la impunidad.
CRITICA PAPAL
Al término de la audiencia general de los miércoles ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano, el sumo pontífice señaló: “Expreso mi dolor y consternación por el asesinato en México, anteayer, de dos religiosos, mis hermanos jesuitas, y un laico. Tantos asesinatos en México”, lamentó y agregó: “Me acerco con afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más repito que la violencia no resuelve los problemas sino que aumenta el “sufrimiento inútil”.
La comunidad jesuita también destacó los sacerdotes fueron asesinados “en el contexto de violencia que vive el país”, pues al menos siete sacerdotes han sido ejecutados durante el gobierno encabezado por el presidente López Obrador. Estas ejecuciones se enmarcan en una ola de violencia presente en México, pues se tiene registro de 15 mil homicidios en lo que va del año, después de los dos años más violentos de su historia, con 34,688 víctimas de asesinato en 2019 y 34,554 en 2020. Además, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la percepción de inseguridad de los mexicanos aumentó del 65.8% en diciembre de 2021, al 66.2% en marzo pasado.
TRAGEDIA ALIMENTA PLEITO DE “COMADRES”
Por el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar en la Sierra de Chihuahua, López Obrador y Felipe Calderón se confrontaron con declaraciones. Calderón escribió el martes en sus redes sociales: “¿Tocamos ya fondo? ¿Se olvidará este hecho sin precedentes en días por venir? ¿Prevalecerá la indiferencia de las autoridades o la risa cómica y sardónica de AMLO cuando se presentan masacres? Ejecuciones de sacerdotes, frente a los ojos de Dios”. En otro mensaje, este miércoles, el ex presidente expresó: “el no enfrentar a la delincuencia implica dejar a las comunidades abandonadas a su suerte, en manos de los criminales, sin la fuerza del Estado que las proteja. En ese contexto se da el homicidio de los Jesuitas. Quien delinque sabe que le espera el abrazo y no el castigo”.
López Obrador respondió : “Hasta Felipe Calderón se atreve a culparnos, en el colmo del cinismo y la hipocresía”. Manteniendo un actitud inexplicable, el mandatario justificó que el crimen en la Sierra Tarahumara, que duele tanto, no surgió ahora pues viene de tiempo atrás, cuando existía un contubernio completo entre las autoridades y la delincuencia. Sostuvo prioritario encontrar los cuerpos de los asesinados, entregarlos a la comunidad jesuita quienes los exigen para darles cristiana sepultura advirtiendo no permitirán se queden en la impunidad estos crímenes como ha sucedido con otros.
SACA LEÑA LA OPOSICIÓN
Los signos de mayor violencia, de alta criminalidad, de absoluta inseguridad para los ciudadanos no surgieron con los crímenes de los sacerdotes jesuitas, se vienen denunciando casi de manera permanente, diaria, a través de diversos medios, canales, redes sociales. Sin embargo, los partidos de oposición, sus líderes, se encuentran mucho más preocupados por salvar sus respectivos pellejos, por seguir haciendo grilla que por atender este renglón en donde se ha afectado a todos los ciudadanos. Saltan ahora las peticiones, las exigencias, se multiplican los reclamos y los calificativos pero ¿cuál es su propuesta de solución? El tema es lo suficientemente delicado como para exigir se pongan a trabajar, tienen representantes en las cámaras y salvo la voz de Ricardo Monreal señalando es obligación de los senadores revisar la estrategia de seguridad ante los nulos resultados presentados, no hay ninguna otra expresión cuerda.
El Partido Acción Nacional le exigió al mandatario “romper el pacto” con el crimen organizado pues acusó no ha servido de nada y solo ha agravado el número de homicidios en México. “El pacto de López Obrador con los criminales ha ocasionado más homicidios en 3 años que los que hubo en todo el sexenio de Felipe Calderón. ¿Cuál será ahora su justificación? Los abrazos sólo ocasionaron más balazos y echar culpas ya no sirve de nada”, fustigó su líder nacional Marko Cortés.
A su vez, Alejandro “Alito” Moreno del PRI, aseguró el gobierno de Morena debe resolver urgentemente la grave crisis de inseguridad existente en el país. “No podemos tolerar que México se bañe de sangre al amparo del poder”. También el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambranoi, exigió a López Obrador cambiar la estrategia de “abrazos no balazos” y calificó de “alarmante la violencia que se vive en territorio nacional que ahora ha cobrado la vida de dos jesuitas”.
Pronunciamientos, frases hechas, de fondo, nada.
VOCES AUTORIZADAS
La estrategia federal simplemente no funciona y la violencia se extiende como un incendio por el territorio nacional. Stephani Henaro, especialista en Geopolítica, Seguridad y Ciberseguridad, precisó: “La violencia en México se viene arrastrando de administraciones anteriores, pero definitivamente le está explotando a esta gestión, ya que contabiliza el mayor número de homicidios en la historia, creo que no hacer nada o negar la realidad solamente va a hacer que esto se ponga peor”.
“La manera en que el Presidente defiende su estrategia de “abrazos, no balazos” es absurda”, consideró el analista político Alfonso Zárate, quien calificó: “su simplicidad es risible, nadie pide que a esos criminales que torturan, descuartizan y disuelven en ácido a su víctimas se les haga lo mismo. Nadie exige que se enfrente el mal con el mal”. Explicó “al gobierno, depositario de la violencia legítima, se le exige que aplique la ley, no la de Talión, sino la que establecen los códigos. Que obedezca lo que protestó al asumir el cargo de Presidente: cumplir y hacer cumplir la ley, solo eso”. Desde su punto de vista, una de las claves para reducir la violencia delincuencial reside en aplicar la ley, “es decir, cerrar espacios a la impunidad y en nuestro país los niveles de impunidad son inauditos”.
Para el investigador en temas de seguridad Víctor Sánchez Valdez, al evitar las fuerzas del orden la confrontación con las células delincuenciales en algunas zonas del país y “dejar a los ciudadanos a su suerte en ciudades como Aguililla, Michoacán, o no persistir en el arresto de Ovidio (Guzmán López, “El Ratón”), pues no sólo manda una señal a las organizaciones criminales de que si aumentan la violencia pueden lograr sus objetivos, sino que deja en un estado de indefensión a los ciudadanos”. Este experto también llamó a una reingeniería urgente de la política de seguridad de este gobierno, que contemple más inteligencia, así como acciones para detener las fuentes de financiamiento de los grupos criminales, entre otras cosas.
DE LOS PASILLOS
Al arrancar las actividades de la Comisión para el esclarecimiento de las violaciones a derechos humanos en la llamada “guerra sucia”, el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, fue increpado por familiares de personas desaparecidas que estuvieron como invitados en el evento celebrado en el Campo Militar 1-A. Durante la intervención del militar en el explanada de la Brigada de Fusileros Paracaidistas, un grupo de personas lanzaron consignas: “¿Dónde están los desaparecidos y los culpables?”, “Queremos justicia para ellos”, mientras Sandoval refrendaba su lealtad al presidente Andrés Manuel López Obrador y afirmaba “las Fuerzas Armadas han permanecido subordinadas al poder civil, tal como lo establece la Ley Orgánica”