En Guadalajara ante los dueños de los supers y las tiendas departamentales, los tres candidatos, hasta ahora registrados ante el INE, hablaron de la corrupción, de acabar con ese mal endémico que en cada campaña presidencial sale a la luz pública pero que cuando llegan al gobierno se olvidan y volvemos a lo mismo, los roedores hacen y deshacen con los recursos públicos que la ciudadanía aporta mediante el pago de sus impuestos.
Los tres, Andrés Manuel López Obrador, el puntero, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, aseguran tener la varita mágica para enfrentar a los corruptos sean del partido que sean, cada quien trae bajo el brazo la fórmula para acabar con ese mal que corroe a las instituciones.
Hace seis años el entonces candidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto propuso una Comisión Nacional Anticorrupción que con el paso del tiempo se convirtió en Sistema Nacional Anticorrupción, que sigue en lista de espera mientras que el gobierno del mexiquense llega a los perores niveles de corrupción en la historia moderna de nuestro país.
¿Cómo creer las promesas de que ahora si van en serio? ¿Cómo creerle a Andrés Manuel López Obrador que terminará con la corrupción cuando no hay un solo país en el mundo en donde se haya erradicado totalmente?
¿Cómo creerle a José Antonio Meade que con dotar a los Ministerios Públicos de autonomía para que le entren de lleno al problema? ¿Y a Ricardo Anaya esa promesa de que meterá a la cárcel al presidente Peña Nieto si se le comprueba que incurrió en actos de corrupción?
Promesas, puras promesas que después del primero de diciembre se las llevará el aire. A su paso por la entonces jefatura del Gobierno del Distrito Federal, López Obrador no le hizo ni cosquillas a muchos corruptos que siguen medrando en el gobierno, ahora de la Ciudad de México; en el breve tiempo que estuvo al frente de la Secretaría de Desarrollo Social Meade no se dio cuenta de las corruptelas de Rosario Robles y su caterva de corruptos y Ricardo Anaya, primero que demuestre que su riqueza no es producto de corruptelas. Ni cómo creerles.
****
Ante el desabasto de agua que sufren más de media docena de delegaciones, el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera dice que es consecuencia de que están cerrado las válvulas con fines políticos, cuando su obligación es investigar quienes lo están haciendo y meterlos a la cárcel, no es un asunto cualquiera, pero como ya se va no quiere entrarle al toro, se la vaya a escapar la senaduría que le dará la protección que necesita en el futuro. Por cierto Mancera se va y deja un tiradero como lo señalé la semana pasada en este espacio, hoy en el Día Internacional de la Mujer se da cuenta de que tan sólo en lo que va del 2018 se han registrado 14 femenicidios…Bienaventurados los que tienen “hambre y sed de justicia”: sermón de la Montaña de Jesucristo, el pueblo tiene “hambre y sed de justicia”: discurso de Luis Donaldo Colosio, que no dio crédito al origen, pero el refrito no quedó ahí, este domingo, José Antonio Meade hizo un refrito en su discurso con motivo del 89 aniversario de la fundación, el más preparado le adjudico la autoría al sonorense, como el sonorense, el más preparado seguramente que tampoco sabe el origen dela frase.
circuitocerrado@hotmail.com