José Luis Parra
Los promotores de la función Supernova pueden dormir tranquilos. Ya tienen a sus estelares: Alejandro “Kid” Moreno y Gerardo “El Escurridizo” Fernández Noroña. Vaya que sí arrastran público, sobre todo si el boleto incluye show, circo y algo de vergüenza ajena. La pelea será en el ring de siempre: la Cámara de Senadores, recinto donde se honra al arte de la payasada y, ocasionalmente, al de la traición.
—¡Pero si son políticos! —dirán los puristas de la democracia, esos que aún creen que el Congreso es para debatir ideas y no para ver peleas sin técnica y con exceso de saliva.
Bah. En estos tiempos ya no hay diferencia entre influencer y legislador. Ambos se deben al rating y a las redes sociales, no al pensamiento.
Los dos gladiadores ya calentaron la lona. En una esquina, “Kid” Moreno, fajador, lengua suelta, experto en esquivar preguntas y golpear desde las sombras. En la otra, “El Escurridizo” Noroña, más conocido por sus arengas que por su capacidad para lanzar un uppercut sin perder los lentes.
¿Quién ganó el primer round? Según los videos, Noroña tiró golpes al aire y fue noqueado por su propio ego. Pero no hay problema. Esto da para una revancha. Y para otro clip viral. Ya se imaginan: nueva escenografía, luces led, narrativa épica y un público dividido entre los que aplauden la decadencia y los que la monetizan.
Para cuando llegue el segundo asalto, ojalá Noroña ya haya entrenado algo más que su lengua. Porque el respetable quiere ver sangre, aunque sea metafórica. O simulada. O del ego. En el fondo, todos lo saben: el Senado dejó de ser una cámara alta. Ahora es un reality show con curules.
¿Y si los gringos deciden invadir México? No se preocupen. En vez de llamar al Ejército, bastará con enviar a estos aguerridos senadores como primera línea de defensa. Unos con el puño en alto, otros con el celular para grabar su hazaña patriótica en TikTok. A la voz de “¡mejor muertos que fuera de tendencia!”.
En una de esas, hasta AMLO les dedica un mañanero. Aunque sea para reclamar que la pelea no se transmitió por el canal del Congreso.
¡Ánimo, senadores! A seguir demostrando que en estos tiempos, la frase “de lengua me como un taco” ya no es solo un dicho… es un programa legislativo.