CIUDAD DE MÉXICO, 16 de junio (Al Momento Noticias).- Haiga sido como haiga sido, pero las declaraciones del gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco”, exhortando a los padres de familia para decirles a sus hijas la realidad “a una niña gorda no la quiere nadie”, ha despertado una serie de quejas e indignación entre los organismo defensores de los derechos de las mujeres.
Sin embargo, en las redes sociales circula una carta escrita por Montserrat Pérez dirigida a todas las niñas que de alguna manera se sientan ofendidas por las declaraciones del gobernador regiomontano.
A continuación transcribimos textualmente la carta de Montserrat.
“Querida niña gorda:
Tengo un par de cosas que decirte, espero que las leas, si puedes, si quieres.
Hoy desperté enojada por algo que dijo un señor y las respuestas que hubo ante lo que dijo, habló de las niñas gordas, sin saber lo que significa habitar un cuerpo de niña gorda. Espero que no lo hayas escuchado, porque no vale la pena, pero si lo escuchaste, no le creas nada. No voy a repetir sus palabras, es darle importancia y no la tiene. Lo importante es que tú, hoy, mañana y pasado, te sientas bien contigo misma.
Sí, sí, yo sé que eso es algo que te lo dice todo el mundo cuando te quiere levantar los ánimos, pero es verdad. No, y te repito, NO tienes por qué satisfacer a nadie más que a ti. Tu cuerpo, tu salud, tu forma de vestir y de ser no le incumben a nadie. Solamente a ti.
Va a haber gente que se te acercará en la calle para darte recetas mágicas para bajar de peso, personas que jamás has visto en tu vida o gente cercana a ti (amistades, familia, maestros), que te van a decir que serías más bella, si fueras más delgada. A todas esas personas, mándalas al diablo. Cualquier comentario sobre tu cuerpo que no hayas pedido, es una forma de acoso. No tienes por qué tolerarlo, no tienes por qué sonreír, no tienes por qué agradecerlo, no tienes por qué escucharlo.
Escúchate a ti. Cuida de ti de la forma que mejor te acomode. Nunca dejes de hacer las cosas que te gusten. Si te gusta correr, corre. Si te gusta bailar, baila. Si te gusta dibujar, dibuja. No abandones tus pasiones para encajar mejor en el mundo.
No hagas cosas que dañen tu salud para ser más aceptada, más querida, más deseada. No sirve, el sistema está hecho para que no seas feliz, para que siempre quieras ser algo más, algo diferente, algo, no alguien.
Recuerda que no eres un producto de consumo, ni naciste para complacer a los hombres. No existes para ser usada, no giras entorno a los deseos de extraños en la calle, ni en tu casa, ni en tu escuela. No eres una cosa. No eres una cosa. No eres una cosa.
Dale gracias a tu cuerpo por lo que hace diariamente. Cuídalo, apapáchalo, aliméntalo con cosas que lo nutran, hidrátate y disfruta todo lo que puedes hacer gracias a ese cuerpo que tienes. Sea como sea, es tuyo y es el único espacio-territorio que habitarás toda la vida, no coloques nada que pueda dañarlo, no lo maltrates, no lo humilles.
Date tiempo para respirar, para estirarte, para acariciar tu piel, para estar contigo, escucharte y, sobre todo, hacerte caso. Disfruta el mundo que te rodea, camina segura, defiéndete, enójate, toma el sol, come helados con tus amigas, crece al ritmo que tengas que crecer, no te apresures a nada.
No te voy a mentir, hay días en los que no te vas a sentir genial. En los que la sociedad y sus mandatos van a pesarte sobre la espalda. Días en los que te vas a mirar en el espejo y no te vas a gustar. Pregúntate de quién es la imagen que buscas ahí. Permítete llorar y enojarte y estar de malas y luego déjalo ir.
También entiende que puedes cambiar tu cuerpo, pero sin dañarlo. Y no me refiero a que pierdas kilos (aunque también lo puedes hacer, si te da la gana). Me refiero a que tienes dentro la capacidad de hacer muchísimas cosas, explota esa capacidad y ve hasta dónde llegas, igual y te sorprendes.
Reclama la palabra “gorda”. ¿Qué tiene de malo? Aprópiatela, quítale la carga de significado negativa. Gorda, gorda, gorda, gorda, gorda. Es bella, si la repites mil veces, es redonda, fuerte, rueda por la lengua y sale. Gorda. ¿Y qué? Gorda. Sí.
Por último, sábete amada. Hay quienes te quieren, y te quieren muchísimo, si no las hay, quiérete tú. Por mi parte, te amo, te amo muchísimo, aunque no te haya visto jamás. Te abrazo, te recuerdo que eres valiosa, muy valiosa y que todo pasa. Siempre. Lo único constante es el cambio. Tarde o temprano todo mejora.”
Autora: Montserrat Pérez
AMN.MX/fm
Powered by WPeMatico