Claudia Rodríguez
Seguridad: asunto particular
Sería utópico que no nos pasara por la mente a los mexicanos, que las armas por cientos con las que cuentan los diferentes cárteles y grupos de delincuencia en el país no detonen de vez en vez, y sobre todo, cobren víctimas.
México no es un terreno fácil para cubrir por quienes deben protegernos y brindarnos seguridad, mucho menos cuando los vacíos los han ido llenando con espectacular tecnología quienes a la mala o legalizando lo ilegal, intentan adueñarse del país. El reto es mayúsculo, pero cuando hay una promesa de por medio de pacificar al país, además que la tarea del Gobierno hacerlo incluso sin compromiso adquirido; no hay excusa alguna que los exima.
Cuando inició la guerra contra el narcotráfico con el muy belicoso Felipe Calderón por orden del Gobierno estadounidense, en las ciudades surgieron de manera explosiva y exponencial, los servicios de seguridad privada que, además, se convirtieron en un gran negocio, incluso para quienes se desempeñaban como funcionarios públicos, en áreas tácticas de seguridad. Se llegó a esbozar que al servicio de la seguridad privada, le beneficiaba el crimen, y era posible que ayudaran a avivarlo.
Pero la oferta de un guardia con adiestramiento del Ejército, la Marina o de la Policía, en los tiempos del calderonato, no eran nada accesibles ni lo son ahora. Se siente protegido quien puede pagar, y al final, ni eso los eximía de un robo o hasta un secuestro. Sólo habría que recordar los penosos momentos que sucedieron durante la Administración de Calderón, a Nelson Vargas y Alejandro Martí, por los secuestros y asesinatos de Silvia Vargas y Fernando Martí, respectivamente, sus hijos.
Llegaron las autodefensas
No sólo en las urbes del país, había que cuidarse del crimen, por lo que en el ámbito rural los mismos pobladores constituyeron sus autodefensas ante el crimen organizado, que incluso desataron entre la opinión público, cuestionamientos encontrados sobre su legalidad.
El hecho es que las autodefensas aún se multiplican en muchos puntos del territorio nacional y están en vigía para proteger a los suyos y sus posesiones, ante el vacío de seguridad que no proporcionan los distintos niveles de Gobierno.
La existencia de estos grupos que se constituyen de los mismos pobladores no sólo ayuda a resguardar lugareños, existen casos en donde también proporciona beneficios más allá de lo inimaginable.
Aunque para muchos, los grupos armados fuera de lo establecido legalmente no deben existir por más que se erijan como defensas de poblados; habría que preguntar a los habitantes de diferentes puntos del país en donde hasta las fuerzas de seguridad trabajan con los grupos delincuenciales, si vale más alguien que los defienda con todo y lo ilegal o se quedan desprotegidos, simplemente como si no existieran entre los mismos mexicanos.
También protegen al consumidor
Han sido meses en los que los pobladores del centro del país, no dejan de sorprenderse del precio del kilo de aguacate, conocido por muchos como “el oro verde”, no sólo por el elevado precio al consumidor, sino porque los pequeños agricultores se han visto en la necesidad de gestionar autodefensas armadas para proteger su producto ante las extorsiones de los cárteles de la droga que quieren participar del pastel de la exportación del aguacate, que sólo el año pasado, representó 2 mil 200 millones de pesos y sigue creciendo.
Además de “el oro verde”, otros productos del campo siguen la misma suerte ante la amenaza y la poca saciedad de control de los grupos delincuenciales de todo aquello que tenga símbolo de dinero y ganancia. Casi cualquiera que trabaja en el campo y vive de éste, también está asolado por quienes buscan la ganancia del cobro de piso, o de plano, el robo de su producto.
No hay luz que nos deje tranquilos con la estrategia de los cuerpos de seguridad del Gobierno, por lo que la autoprotección sigue siendo el único camino que dé un poco de certidumbre.
Acta Divina… “No nos importa que los conservadores, los autoritarios quieran que se gobierne de otra manera, ya ellos lo hicieron y no dio resultado. Al contrario, enlutaron a México, convirtieron a México en un cementerio, esa estrategia de querer apagar el fuego con el fuego, de acabar la violencia con la violencia, nunca más. Jamás vamos nosotros a reprimir al pueblo de México”: Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Para advertir… Rumbos inciertos.
actapublica@gmail.com
www.indicepolitico.com