SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Luego de que hace un mes, dentro de un paquete de 20 iniciativas de ley, los senadores de Morena aprobaron la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, mejor conocida como Financiera Rural, este lunes se oficializó su extinción mediante publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Desde hace más de 20 años la Financiera Rural tenía como finalidad prestar y financiar a los productores del campo, agricultores y ganaderos. Esta institución dejó de otorgar préstamos desde el mes de diciembre, toda vez que el presidente de la República ya había tomado la decisión de desaparecerla, aun cuando esta decisión ocasionaría un gran impacto entre los pequeños y medianos productores del campo.
Este era el único apalancamiento con que contaban los productores del campo, que han vivido sumidos en una crisis económica y que requieren de financiamientos con intereses flexibles. De manera que, con esta decisión en vez de mejorar las condiciones de los productores, quedan desprotegidos y sin esperanza de salir de la crisis.
Tal parece que la intención de este gobierno es que los productores sean atendidos nada más por la banca comercial, toda vez que el único apoyo que les dará el gobierno es el de Sembrando Vida, que les otorga dinero a cambio de sembrar árboles, maíz y frijol para el autoconsumo.
HISTORIA DE LA FINANCIERA RURAL
La Financiera Rural se creó en 2003 a iniciativa del presidente Vicente Fox Quesada, con el objeto de reemplazar al Banco Nacional de Crédito Rural (Banrural), que estaba en una situación de insolvencia y el sector requería de una institución más eficiente que apoyara al campo mexicano. Mediante la Financiera Rural se logró consolidar un sistema de financiamiento en el sector agropecuario, con canalización adecuada de recursos financieros, así como prestación de capacitación y asistencia técnica.
Anteriormente ya se habían creado instituciones financieras destinadas a impulsar el crédito rural, como son en 1926 el Banco Nacional de Crédito Agrícola (Banco Agrícola), que posteriormente en 1935 se convertiría en el Banco Nacional de Crédito Ejidal (Banjidal), que otorgó préstamos individuales a las sociedades de crédito ejidal. El Banjidal fue desplazado posteriormente en 1965 por el Banco Nacional Agropecuario que se esforzó por mejorar el desarrollo del crédito rural, hasta que en 1975 se creó el Banco Nacional de Crédito Rural (Banrural) que estaría integrado por un banco central y doce bancos regionales en todo el país.
Fue en el año 2002 que un gran desequilibrio financiero provocó la liquidación de las sociedades nacionales de crédito, dando paso en el 2003 a la constitución de la Financiera Rural durante el gobierno de Vicente Fox y fue en septiembre de 2013 que vuelve a cambiar la denominación de la Financiera Rural, convirtiéndose en Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero. Hasta este 29 de mayo en que el presidente Andrés Manuel López Obrador decreta la desaparición definitiva de esta institución financiera, que deja al garete a los productores del campo.
Por cierto, para variar un poco, curiosamente el proceso de liquidación de la financiera estará a cargo del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, que será el liquidador único del gobierno y se hará cargo de pagar las líneas de crédito con organismos internacionales, recuperación de activos, cubrir pasivos y contingencias propias de la liquidación.
Con la liquidación de la Financiera Rural se da fin al único apalancamiento gubernamental que tenían los productores del campo, que hoy más que nunca necesitan de recursos para sacar adelante sus proyectos productivos y agropecuarios. Y ahora ¿quién podrá ayudarlos?, porque lo cierto es que los ganaderos y agricultores nunca han sido bien tratados por la banca comercial, de manera que no la tendrán nada fácil.