DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
El próximo año se cumplen dos centenarios de que México decidió convertirse en República y la mejor forma de festejar es que sea una mujer la que asuma la Presidencia del país.
De acuerdo a lo que se viene observando en el concierto nacional de las corcholatas, taparroscas y corchos, la elección presidencial habrá de darse, posiblemente, entre mujeres, cuando menos de las dos principales fuerzas políticas representadas con frentes y coaliciones.
Conforme avanza el tiempo, los políticos varones se van diluyendo, aunque no se puede cantar victoria todavía de las féminas participantes, pero el tres y seis de septiembre se conocerán los nombres de los o las abanderadas del Frente Amplio por México y la coalición de MORENA y sus dos satélites.
Todo hace suponer que los resultados serán favorables con cierta holgura para Xóchitl Gálvez por la alianza del PAN, PRI y PRD, mientras que Claudia Sheinbaum se asiente en las cifras de MORENA, Verde y PT.
Cada uno de esos dos grupos confían en salir fortalecidos de sus consultas internas y que los vencidos se sumen sin tantos problemas alrededor del candidato (candidata todo hace suponer) y hagan valer sus respectivas fuerzas.
Claudia y Xóchitl, Xóchitl y Claudia, una de ellas habría de convertirse en la primera Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, una posición a la que México accede muy tarde en comparación con otras naciones.
La llegada de una mujer al gobierno federal todavía es vista con resistencia por algunos sectores de la sociedad que buscan demeritar la figura de la mujer en el acontecer nacional y remiten solamente a la equidad de género, aunque en este rubro no encaja la Presidencia de la República.
Argumentan la dificultad que enfrentará la mujer que gane con las fuerzas armadas, donde sobrevive el machismo y la discriminación a las mujeres, sin embargo, las fuerzas armadas han dado muestra de lealtad y obediencia con quien ejerza el cargo de Ejecutivo federal, en todos los tramos difíciles por los que ha pasado el país.
Las mujeres han tenido desde el advenimiento del Siglo XXI y poco antes de que culminara el XX papeles fundamentales como han sido el liderazgo de ambas cámaras y la presidencia de la Corte, además de cargos directivos dentro de los diversos sectores que componen la vida activa del país y el liderazgo de varios partidos políticos.
Desde 1982 varias mujeres han participado como candidatas presidenciales de diversos partidos, aunque ninguna de ellas pudo obtener la confianza del elector.
Ambas mujeres son representativas del México moderno y provienen de dos sectores distintos. Claudia es una científica, con estudios más avanzados que Xóchitl que es una mujer empeñosa y trabajadora.
Sheinbaum proviene de una familia construida por una pareja con estudios universitarios, en tanto que Xóchitl es productos de su propio esfuerzo, con el que alcanzó el rango de licenciatura y se convirtió en una empresaria de buen rango, sin alcanzar los niveles de tantos millonarios que pululan en México.
La eventual candidata de MORENA y la del Frente Amplio por México, son egresadas de la misma universidad (UNAM), aunque difieren en la forma como obtuvieron sus grados universitarios. Claudia con una familia de clase media acomodada y Xóchitl a base de superación personal, al venir de una familia de recursos limitados. Las dos hicieron su mejor esfuerzo y por eso se encuentran ante la oportunidad de convertirse en la primera mujer que gobierna al país.
Es difícil adelantar quién ganará, pero dos mujeres compitiendo por un cargo que durante doscientos años lo han detentado hombres, suena interesante en una nación que busca dar el paso definitivo hacia la modernidad.
En 1824 se eligió a José Miguel Ramón Fernández Félix (Guadalupe Victoria) primer presidente de México, exactamente en la conmemoración de los doscientos años, una mujer puede emerger como la primera mujer Presidenta.
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