La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Los moditos para resolver el fenómeno son: una disculpa y un minuto de silencio
En un lapso de tiempo muy corto, nos enteramos de tres eventos, que pintan de cuerpo entero la podredumbre de la Seguridad Pública en Veracruz. Veamos.
Comenzamos con la recomendación, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, emitida el pasado dos de octubre, en la que se afirma que la policía del estado, es responsable de la muerte de dos jóvenes, mediante tortura, en el Cuartel de San José en Xalapa.
Luego, viene el asunto de los Guacamaya Leaks, filtración por la cual supimos, que la Inteligencia del Ejército Mexicano, diagnosticó que funcionarios de la administración de Cuitláhuac García, concretamente Seguridad Pública y la Fuerza Civil, favorecieron la entrada del Cartel del Noreste a la entidad.
El más reciente, ocurrió el pasado martes y se trata de la detención de policías estatales de Puebla y Veracruz, cuando estaban saqueando un tractocamión en la autopista que viene de la CDMX a la Cuatro Veces Heroica, la Guardia Nacional los agarró retacando las bateas de las patrullas con la mercancía sustraída, no tuvieron ni como justificarse.
Desde luego, esta descomposición viene de años atrás, pero, lo cierto, es que los mandos designados en la 4T, le han entrado ‘a la piñata’, porque algo es irrebatible, la tropa ‘pasa corriente’ a sus superiores, no es que nadie se haya dado cuenta.
Esta es la realidad, estamos indefensos, a merced del crimen organizado y de los malos elementos de la oficialidad, los discursos de los políticos, son mera demagogia para tratar de dorarle la píldora a los ciudadanos. ¡Joder!