José SÁNCHEZ LÓPEZ
“Zetas”, “Golfos”, CJNG, Templarios y “Doña Lety”, se disputan ferozmente la Riviera Maya, Playa del Carmen, Cancún, Alfredo V. Bonfil y otros municipios de Quintana Roo.
¿Resultado?
El destino turístico internacional está inmerso en el tráfico de drogas, la violencia y en un baño de sangre.
Diez muertos, una veintena de heridos, atentados contra instalaciones policíacas y centros comerciales, narcomantas y cero detenidos –todo ello en menos de 24 horas–, es la prueba fehaciente de que el narcotráfico se aposentó en el otrora paraíso del caribe mexicano.
Pero los ataques no fueron al azar, no fueron sólo intimidatorios.
Tenían destinatarios directos que se salvaron, porque fueron alertados a tiempo y huyeron, en lugar de cumplir con su deber: combatir a la delincuencia, toda vez que para eso les pagan.
Testimonios de fuentes cercanas a la investigación, no de reportes oficiales porque esa información fue manipulada por los mismos involucrados, señalan que los ataques contra el “Blue Parrot”, (donde el licor y la droga corren a ríos), y contra la Fiscalía General de Quintana Roo y el Centro de Control, Comando, Cómputo y Comunicaciones de Cancún (C-4), fueron originados por las actividades de “Doña Lety”.
Pero no para rescatarla, porque no ha sido detenida, sino de enemigos de Leticia Rodríguez Lara, apodada también “La 40”; jefa del “Cártel de Cancún”, por la descarada protección que recibe de altos funcionarios y jefes policiacos.
El comandante de la Décima Región Militar, general de Brigada DEM, Gustavo Nieto Navarro, sin precisar nombres, admitió que hay un nuevo cártel en Cancún y Playa del Carmen y que ha dado muestra de su poder de ataque, tanto a la sociedad civil como a las mismas autoridades.
“Hay un cártel independiente que está aquí operando, es local del estado de Quintana Roo, obviamente seguimos buscando información de quiénes lo componen, que opera no sólo en Cancún sino también en la Riviera Maya”, dijo el general.
La pugna que sostienen el Cártel del Golfo y “Los Zetas”, a la que se sumó “Doña Lety”, ex agente de la Policía Judicial Federal, se debe principalmente, según nuestras fuentes, a que la plaza primero fue “vendida” a “Los Zetas”, quienes tras recibir varios golpes del Ejército y la Marina, se vieron obligados a replegarse.
Fue entonces que la plaza se “vendió” de nueva cuenta, esta vez al Cártel del Golfo, enemigo a muerte de los “zetas”.
En ese ínter, aprovechando el vacío, también hicieron acto de presencia e intentaron apoderarse de la zona “Los Templarios”, “La Familia Michoacana” y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Al regresar los “zetas” y ver que lo que consideraban su territorio ya era controlado por sus acérrimos enemigos, decidieron recobrarlo a sangre y fuego.
Las narcomantas, dejadas en diferentes puntos de Playa del Carmen y de otros lugares, tras el atentado al antro y el ataque a la fiscalía y al C-4, fueron más que claras:
“Esto es una muestra de que ya estamos aquí. Fue por no alinearte Philliph BPM. Es el inicio vamos a cortar las cabezas de Golfos, Pelones y Chapulines. El Fayo Z Vieja Escuela”, fue el texto de los narcomensajes, dejados a Phillip Anthony Pulitano organizador del Festival de Música Electrónica, evento que es celebrado en ese lugar desde hace más de 10 años.
Antes, el actual secretario de Seguridad Pública Estatal. Rodolfo del Ángel Campos, ya sufrió en 2011 un atentado, junto con su esposa, cuando intentaban ingresar a su casa, en el fraccionamiento Las Palmas en Playa del Carmen. “Los Zetas” le advirtieron que le ajustarían cuentas por haber vendido la Plaza a “Los Pelones”, apéndice del CJNG.
Se dijo que esa fue la misma causa de la ejecución del comandante de la Policía Turística de aquel municipio, Mario Enoc Gómez Frías y la del subdirector de la Policía Preventiva en Playa del Carmen, junto con su escolta.
Pero como señalamos líneas arriba, los ataques criminales tenían objetivos concretos: eran Adrián Valdovinos Rodríguez, polémico director de la Policía Ministerial de la Zona Norte y Carlos Mario Hernández Sánchez, ex comandante de la Policía Ministerial e inexplicablemente Ministerio Público local.
Ambos son señalados como eslabones del “Cártel de Doña Lety”.
Trascendió que los gatilleros, presumiblemente adiestrados por sicarios colombianos, llegaron en numerosas motos de las llamadas “motocross”, aptas para todo terreno. Se reunieron frente al estadio Andrés Quintana Roo y ahí fueron provistos de armas largas y hasta granadas.
Tenían como consigna liquidar a Carlos Mario y Adrián Valdovinos, a quienes señalan como los principales responsables de proteger a “Doña Lety”.
Durante el ataque a la fiscalía, al estilo de los sicarios de Colombia, se señalaba a Adrián como el quien había ubicado a “Doña Lety”, pero no para detenerla, sino para llevarla a un lugar seguro y de esa manera resguardarla.
Ese mismo día, en el interior de las instalaciones, elementos de la Policía Ministerial reclamaron a gritos a Carlos Mario proteger abiertamente a “Doña Lety” e incluso a jefes de mandos medios, a los que acusaron de mantener vínculos con la jefe del Cártel de Cancún.
Los responsabilizaron de encabezar la red de elementos policiacos que protegen a “La 40” y a otros grupos que operan en la zona norte.
El fiscal general del Estado, Miguel Ángel Pech Cen, quien salió a dar una explicación inverosímil sobre lo ocurrido, ha sido enterado reiteradamente de las acciones de Valdovinos Rodríguez y de Hernández Sánchez, pero no ha intervenido.
Esa es la situación, en la que al menos cinco grupos criminales, antagónicos entre sí, y servidores públicos corruptos, mantienen al pueblo quintanarroense entre el miedo y la zozobra, en tanto que para el mandatario estatal, la situación es distinta.
Sin embargo, ya solicitó el apoyo del Ejército y la Marina, que, por cierto, ya habían informado desde el pasado año, primero a Roberto Borge Angulo y después a Carlos Manuel Joaquín González, de que había sido detectada una fuerte presencia del crimen organizado en la entidad.
No obstante, para el mandatario Carlos Manuel las cosas no son así, sostiene que se trató de un simple pleito entre particulares o si acaso, son reacciones de los criminales por los golpes asestados “y porque las cosas ya no van a ser como antes”, dijo, sin explicar cómo eran antes.
El inconveniente de sus afirmaciones, es que en los cuatro meses que lleva al frente de la gubernatura, no ha dado un solo golpe de importancia al crimen organizado, como para argumentar que los “levantones”, los atentados y las narcoejecuciones, son respuestas de la delincuencia organizada por las afectaciones que le han causado.
El gobernador quintanarroense niega la presencia del crimen organizado en su entidad, sin embargo el miércoles 18, tras los sangrientos hechos, su seguridad se redobló.
No menos de 25 escoltas, fuertemente armados, a bordo de seis camionetas blindadas, custodiaron a Carlos Joaquín hasta el hotel Coral Beach.
Fue recibido por el gerente del hotel y vicepresidente de la Asociación de Hoteles de Cancún. Un grupo de empresarios participaría en la reunión.
El tema sería, supuestamente, los graves hechos ocurridos en Playa del Carmen y la Fiscalía.
Al mandatario lo acompañaba Selene Nava Gutiérrez, comisionada federal y Eduardo Bahena, coordinador de Seguridad Pública, así como Francisco López Mena, secretario de Gobierno del estado.
El cónclave, con carácter de urgente, fue convocado por el matrimonio formado por Cristina Alacayaga y Romárico Arroyo, por órdenes del secretario de Gobierno, quien les precisó que se trataba de avisar únicamente a los empresarios “amigos”. Nadie más podía asistir.
Las indicaciones de López Mena, fueron que no hubiera ningún medio informativo y menos crítico, tampoco el grueso del empresariado local y nadie que cuestionara a Carlos Joaquín por la situación en que se encuentra el Caribe mexicano.
“No pueden preguntar nada del narco, él señor viene hablar con nosotros y nada más, hay que agradecerle ese gesto que únicamente tendrá con nosotros”, dijo ALCAYAGA a la selecta concurrencia.
Minutos después de las 3 de la tarde, Carlos Joaquín irrumpió en el salón de eventos. Agradeció la presencia de los asistentes, culpó a Borge Angulo de todo lo que pasa, “porque estamos cambiando todo lo podrido y estamos combatiendo el crimen” y después se retiró.
Nadie se atrevió a hacer un sólo comentario, pese a que en los primeros 100 días de su gobierno, no ha habido detenciones importantes, cambios en la Fiscalía, ni tampoco recortes o remplazos de altos o mandos medios policíacos.
Esta fue la única presentación de Carlos Manuel Joaquín González, ante los empresarios cancunenses elegidos que no se atrevieron a preguntar cuestionar o emitir un comentario negativo en torno al gobierno estatal.
AM.MX/fm