DIARIO DE ANTHONY
Era de mañana. Abría la página del “Índice Político”. Luego de terminar de leer el artículo del día de Don Paco; okay, me puse a revisar artículos pasados: sus títulos. Okay. ¿Estaba yo bien? Quizás. Físicamente quizás. Un poco libre del dolor físico. Pero por dentro; me sentía idiota, sí, I-DIO-TA. Ya sabes. Todo lo pasado; ah.
Sentía que ya no podía NADA. ¿Leer? ¡Qué! ¡¿Acaso las estúpida revista de Krauzito?! Ah; todo me hartaba ya. Que si esto o lo otro; artículos pendejos que nada decían ya. Que si esta mujer y sus novelas, que si bla bla bla bla; bla bla bla bla. Ayer lo había medio leído, el artículo de una mujer que bla bla bla bla; bla bla bla.
Y hoy, al venir a este lugar; ahhh. Después de ya haber revisado el “índice político”, decidí “ir” a revisar la página editorial del “Diario de Yucatán”. Ah, ¡qué flojera! ¡Y qué artículos estúpidos encontré! Leí algunos títulos, que en lo absoluto me interesaron. Allí estaba la foto de ese otro imbécil, carlitititos loret culo de mota. Un imbécil, y otro imbécil…
Fui bajando la página con el cursor. Mis ojos hastiados iban mirando todo lo demás; los artículos de la catona loka, que hacía ya mucho tiempo yo no revisaba ninguno. Ah, loka presuntuosa, cara de culo vanidoso, seudo escritor, INVENTOR DE LOS CHISTES MÁS CULEROS ESCRITOS JAMÁS… ¡Para VOMITAR!
Me sentía PERDIDO, EXTRAVIADO… Sentía que ya no podía seguir estando en el tiempo, que pasaba sin pena ni gloria. El tiempo, ah. Pensaba en la catona loka. Y es que, la verdad es que, creo que me habría gustado ser como él; ah, un tipo SUPER INGENIOSO, que ya no sabía CUÁNTOS LIBROS HABÍA ESCRITO YA. J aja. ¡Estúpido vanidoso con cara de culo!
También había un artículo del wanna be gringo niuyorkino; o sea hello: jojorgitito castaneda put-man. Siento que no puedo seguir. Ah, pero la catona loka me inspira: asco, repulsión… Qué diva más genial de los chistes culeros… Aquí te dejo unas muestras de su gigantesca genialidad. Unos chistes súper ingeniosos:
Dos amigas se casaron más o menos por la misma fecha. Pasaron tres años y ninguna de las dos había encargado familia. Poco después se encontraron en el súper, y una de ellas lucía las evidentes señas de un próspero embarazo. “¿A qué médico viste?” —le preguntó la otra, interesada. “A ninguno —respondió la que se hallaba en estado de buena esperanza—. Oí hablar de un brujo, un tal Pitorro. Fui a verlo, y mírame”.
Dos meses después las dos amigas se toparon nuevamente. Dijo la que no estaba embarazada: “Mi esposo y yo fuimos con el brujo Pitorro, y no dio resultado”. Le aconsejó la otra bajando la voz: “Debes ir sola”
“Bravo, catona! Tu genialidad inmensa me inspira mucho…” Tus chistes deberían ser premiados con el no-vel de los chistes más culeros”.
Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, vio en un centro comercial a una linda y salerosa chica. Fue tras ella y le dijo sin más: “Te invito a salir hoy en la noche”. Ella lo rechazó, molesta: “¿Acaso piensas que voy a aceptar la invitación de un perfecto desconocido?” Repuso Afrodisio, modesto: “Estoy muy lejos de ser perfecto”.
Oh, catona. Sentado ahora mismo frente a esta pantalla, sintiéndome míseramente SOLO y abandonado, me pregunto “¿¿De dónde te surge TANTA PERO TANTA GENIALIDAD?!” Tus chistes culeros, cielos, son lo wow de lo wow. También me pregunto si has de tener CONCIENCIA DE TU IMPORTANCIA. Es decir que, NO CUALQUIER IMBÉCIL CREA UNOS CHISTES ASÍ, que a mí tanta repulsión me causan, pero tú, wow, eres TODA UNA CELEBRITY de los libros… Culeros. Te invitan a todas partes. ¡Estuviste en Yucatán! ¡No lo puedo creer! Oh, catona… ¡Eres grande! ¡Grande!
La esposa de Empédocles Etílez lo abandonó a causa de sus continuas borracheras. El ebrio redobló sus ebriedades. El buen padre Arsilio le aconsejó: “Hijo mío, no uses la botella como sustituto de tu mujer”. “Eso es imposible, señor cura —replicó Empédocles—. Ni siquiera cabe”. (No le entendí).
Oh, ¡catona! En este último chiste culero, te la rifaste. Desbordaste tanta pero tanta GENIALIDAD. No sé qué esperan para rendirte honor en vida… Eres tan pero tan genial… ¿y qué es eso al final de “no lo entendí”? Oh, catona, aparte de ser un imbécil super genial, también eres ¿super modesto….? Wow. Y todas estas porquerías te las publica, no sólo el diario de Yucatán, sino que además… Wow, catona. ¡Qué envidia siento por ti y por tu gran TALENTO…! Estoy que ardo de la envidia cuando leo tus chistes culeros…
Doña Jodoncia se esforzaba en enseñarle al gato de la casa a traerle sus pantuflas. Su hija se burló: “Estás perdiendo el tiempo, mami. Jamás podrás enseñarle eso al gato”. “¡Uh! —exclamó con tono de suficiencia la señora—. Tu papá era más difícil de entrenar, ¡y míralo ahora!”
Oh, catona. Definitivamente eres uno de los grandes. Mira que este último chiste; guau. Estoy estupefacto. ¡¿Cómo puede ser posible en ti TANTA PERO TAN GENIALIDAD?! Quisiera ser como tú, catona loka, ¡te lo juro! Pero yo, a comparación tuya, solamente soy un tonto, quien jamás ha de poder INVENTAR un chiste tan genial y tan culero como los tuyos…. ¡Te envidio! ¡Te lo juro! ¡Eres grande! Y me das GANAS DE VOMITAR… pero vamos. Eres una diva, y como tal… no creo que alguna vez logres ver lo imbécil que eres…
Tu más grande admirador: A. Smart
Mayo/21/2019