Considerado uno de los principales representantes del nuevo expresionismo en la plástica mexicana, la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artees y Literatura (Inbal), recuerdan al pintor zacatecano Rafael Coronel este 7 de mayo en el cuarto aniversario de su fallecimiento.
La obra del artista zacatecano se ha exhibido en diversos museos y recintos culturales, nacionales y extranjeros, como el Museo del Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno (MAM), el Museo de Arte Contemporáneo de Tamaulipas, el Museo de Arte de Zapopan, el Chiesa di San Stae, en Venecia, Italia; The B. Lewin Galleries, en Los Ángeles, y en el Instituto Mexicano de Cultura, en San Antonio, Texas, y el Museo de la Universidad de Puerto Rico, entre otros.
En la VII Bienal de Sao Paulo obtuvo el Premio Córdoba al mejor pintor latinoamericano y en la I Bienal Internacional de Pintura Figurativa 1874 de Osaka, Japón, ganó el primer premio.
En su trayectoria expuso en cuatro ocasiones en el Palacio de Bellas Artes. La mayor parte de su acervo en la Ciudad de México se encuentra bajo la custodia del Inbal, como parte de las colecciones del Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo y del MAM.
Nacido el 24 de octubre de 1931, siendo el menor de ocho hermanos se interesó en el dibujo a una corta edad, oficio para el cual mostró grandes habilidades.
A los 20 años fue enviado por su padre a la capital del país para concluir su secundaria. Por esa época encontró la convocatoria del Concurso Nacional de Artes Plásticas del Instituto Nacional de la Juventud. El premio consistía en una beca de 300 pesos y estudiar durante un año en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, donde tuvo como profesores a Carlos Orozco Romero y Francisco Corzas.
A partir de su primera exposición individual, en 1956, a los 25 años, en la Galería de Arte Mexicano comenzó a exponer en diversas recintos de México y del extranjero.
En 1959 presentó su obra en el Palacio de Bellas Artes. Al año siguiente se casó con Ruth Rivera, hija del muralista Diego Rivera y Lupe Marín. Vivieron en la casa estudio del pintor guanajuatense ubicada en la calle de Altavista, en San Ángel Inn.
Etapas: figurativa y abstracta
Generalmente se ubica a Coronel dentro de la generación de La Ruptura (al lado de Lilia Carrillo, Vicente Rojo, Manuel Felguérez, Francisco Corzas y José Luis Cuevas, por mencionar algunos), pero a decir de especialistas, su obra se considera inclasificable, debido a que participó en varias corrientes y estilos artísticos.
En su trayectoria artística se distinguen dos etapas: una figurativa, desde sus inicios hasta 1960 y, la segunda, a partir de los años setenta, abstracta, caracterizada por un inusitado manejo del color y la luz.
Autor de obras como El Quijote, Tras de ti, Los amigos, Horizonte, Gallo, Peregrinos, El universo rojo, El reposo y Tiziano el moro, revela la influencia de autores como Goya, Rembrandt, Uccello, Vermeer y Caravaggio.
En 1990 fundó el museo que lleva su nombre, el cual alberga una gran colección de arte, desde máscaras y títeres hasta obras de su creación y de otros autores. En 1994 ingresó como miembro a la Academia de Artes.
Según el escritor Salvador Elizondo, “las imágenes de Rafael Coronel no pertenecen ni a la realidad ni al sueño, alientan en esa zona intermedia entre uno y otro en que parecen sueños, pero son reales, en que parecen reales pero son soñadas”.
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