Por Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata 8
Los hay que no sueltan la liana en la que algunos se han mecido en pos de las dietas legislativas durante casi cuatro décadas. Otros, que pretenden superar el record: Ahora se les conoce como chapulines. Otrora había más elegancia: Walenda, era el titulo en mérito de célebre familia de trapecistas.
Antes, los llamados padres de la patria (Senado) o niños conscriptos (Cámara de Diputados) sudaban la camiseta dándose baños de pueblo en los distritos electorales de su residencia. Hoy, las quieren peladitas y en la boca: Las candidaturas plurinominales. Esas que se denominan de representación proporcional aunque nunca sepa a que proporción de votantes representan.
Los listos de las listas van a la segura
Los listos prefieren ir en las listas, de lo que resulta que los militantes de base visten la mona para que otro la baile. Épocas hubo en que los legisladores se conformaban con dietas netas de unos seis mil pesos mensuales. Hoy le tiran a unos 200 mil pesos al mes; moches y bonos “de productividad” aparte.
Los listos en las listas son invariablemente aquellos que, cincho, se harán cargo de las Juntas de Coordinación Política de cada cámara; las coordinaciones de bancada partidista y las presidencias de las comisiones de dictamen. Los cargos con manejo libre de caja.
Que se vaya Enrique, que se vaya
La rebatiña temporalera se da en todos los partidos. Pero el tema que nos ocupa fue el espectáculo que ayer ofrecieron los priistas en San Lázaro que, por ser excluido de las candidaturas al Congreso de la Unión, exigieron la renuncia del dirigente nacional de su partido, Enrique Ochoa Reza, y hasta amenazaron con huelga de brazos caídos cuando José Antonio Meade haga campaña en sus estados.
“El irracional enojo” de esos priistas viene desde enero a causa de que la Comisión Nacional de Procesos Internos del PRI empezó a rasurar la lista de aspirantes: De 71 al Senado, quedaron fuera 60; de 564 a la Cámara, fueron descartados 288. Es el primer descarte.
Por supuesto, entre los favorecidos con pluris seguras para el Senado aparece el mexiquense Cesar Camacho Quiroz, ex pastor de la bancada, y el amigocho yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, quien acababa de dejar la presidencia de la directiva de San Lázaro y perdió la nominación a la gubernatura de Yucatán.
Apenas se supo de la rebelión de los tricolores, su ahora coordinador, el otro mexiquense Carlos Iriarte Mercado se apresuró a darle un voto de confianza a Ochoa Reza. ¡Que alivio!
Las metáforas de Meade
Sin aparente relación con el brote de sublevación lazarina, Meade subió ayer un mensaje a las redes: Esto es como en el fútbol. Hay quienes se plantan en la cancha con estrategia y saben jugar en equipo; hay quienes se agandallan el balón y no lo prestan. Hay quienes meten autogoles, no saben perder y la cargan contra el árbitro. Por no dar nombres, el saco puede quedar a la medida a los rejegos priistas.
A propósito de deportes, va una de Meade: La última semana de proselitismo, el precandidato estuvo en Culiacán, Sinaloa. Ahí se dejó a querer por la raza. Algunos quisieron adornarle con un uniforme del equipo de béisbol Los Tomateros. La novena se presentó días después en la Serie del Caribe. Perdió los primeros tres juegos e ipso facto quedó eliminada del torneo. Hay que saber escoger las compañías.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.