In principio erat Verbum©
Simón Vargas Aguilar©*
“Navidad eres tú cuando iluminas con tu vida el camino de la bondad, la paciencia, la alegría y la generosidad”. Papa Francisco
Para un servidor se ha hecho tradición año con año dedicar este espacio para reflexionar de los significativo de la Navidad, y es que en estas fechas de forma casi imperceptible los días se llenan de recuerdos que nos impulsan a no darnos por vencidos, a continuar en la construcción de cada sueño y nos instan a vencer obstáculos, pero además, por unos días tenemos la oportunidad de volver a casa, de ver a quienes nos apoyan, a quienes sin importar lo cansados o abatidos que nos encontremos nos inspiran con abrazos a no declinar y a continuar esforzándonos.
El próximo domingo conmemoraremos un año más del nacimiento de Jesús de Nazaret, es cierto que la fecha hace que las compras y los regalos se hagan con más frecuencia, sin embargo, en un mundo donde el consumismo pareciera posicionarse cada vez con más fuerza es necesario que resignifiquemos la época y recordemos lo verdaderamente importante: el amor al prójimo, la empatía, la generosidad, la compasión y el perdón.
Recientemente su Santidad el Papa Francisco, durante el concierto Navideño hizo un llamado a defender del consumismo este hermoso momento y a alejarnos del modelo tecnocrático, y es que hoy es necesario que vivamos la Navidad, que tomemos este tiempo como una oportunidad para redimirnos, para reflejarnos en los ojos de aquellos que nos aman, para fundirnos en un abrazo cargado de sentimientos que probablemente, hemos aplazado durante 11 meses, porque es justamente esta fecha la que nos permite abandonar la melancolía, y recuperar aquella vivacidad que creíamos olvidada, y que convencido estoy nos renueva la esperanza.
La Navidad no sólo debe enfocarse en los regalos o la comida, debe llamarnos a la solidaridad y a la humildad, pero además debe ser un tiempo para renovar nuestro amor por Jesús. Estoy seguro que, aunque los obsequios son importantes, este es un momento que nos permite poner atención en situaciones que en la cotidianidad pasamos por alto y que realmente son significativas para nuestra vida.
Regresemos la mirada a lo verdaderamente importante, a la felicidad de un hogar lleno de amor y comprensión, a la paz de abrazar a los que queremos, a la alegría de tomar de la mano a quien amamos, al agradecimiento de contar con un trabajo y a la dicha de haber tenido oportunidades para renovarnos y fortalecer nuestra fe.
Es probable que consideremos que los pequeños actos de bondad hechos solamente una vez al año no surten el efecto dominó que requerimos para revertir la maldad que en ocasiones nos rodea, pero ¿por qué no empezar por una vez al año?, ¿por qué no tenderle la mano a quien nos pide ayuda? O ¿por qué no escuchar el desconsuelo del prójimo? Porque estoy seguro que cada acción compasiva siempre tendrá un fruto positivo.
Fue un año complicado, con eventos que estoy convencido significarán un parteaguas en la historia, lamentablemente, continuamos inmersos en guerras, violencia y agresiones; situaciones complicadas como los fenómenos extremos derivados de los cambios climáticos siguen golpeando y las condiciones económicas no son las mejores, sin embargo, aunque suene trillado la Navidad nos recuerda que a pesar de los momentos complicados siempre nuestra fe nos permitirá continuar avanzando y encontrar soluciones a aquello que se considera imposible.
Deseo que esta conmemoración sirva para olvidar el ruido de la vida y que en silencio encontremos la voz del amor y la empatía. Que el espíritu de Jesucristo inunde nuestros corazones. ¡Feliz Navidad!
*Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.
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