homopolíticus
- Crucifixión Política al Obispo Emérito
Si como Massive Caller midió la victoria de Andrés Manuel López Obrador en 2018, la presidenta de México lo será Xóchitl Gálvez. En ambos momentos faltaba un mes para las votaciones, por lo que descalificar los resultados de la encuesta del uno de mayo resulta ocioso.
Antes se decía que el PRD era el partido del todo o nada, pues estaba en contra de todo y a favor de nada, y no había fuerza alguna que hiciera reconsiderar a sus dirigentes y militantes, aunque hubiera alguien que ni los oyera ni los viera. El partido fue dirigido por el hoy presidente de México, tras haber abandonado al PRI —votando en 1988 por Carlos Salinas— a invitación de Cuauhtémoc Cárdenas —se lo presentó Graco Ramírez—, que lo hizo candidato del Frente Democrático Nacional a gobernador de Tabasco. Luego fue candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal, sin residencia ni mica electoral actualizadas.
Con sus contadas excepciones, ese PRD es hoy MORENA, con exmilitantes del PRI y del PAN que tanto se criticó desde las izquierdas, principalmente la radical, la revolucionaria y la democrática de falso progresismo. Ese coctel variopinto, sin ideológica ni doctrina, reprueba el resultado del 1 y 2 de mayo de la atinada encuestadora, porque la puntera no es de casa, es decir, Claudia Sheinbaum.
Pero cuando la casa encuestadora de Carlos Campos Riojas dijo que LO sería ganador hace cinco años, casi todos brincaron de gusto, los mismos que hoy no aceptan que Gálvez sea puntera, a 29 días de la votación. Incluso, hay más simpatías entre mexicanos que residen en el extranjero por Xóchitl que por Claudia, en redes sociales. Sólo hay que echarse una buena asomada a ecs, instagram y feisbuc para darse cuenta.
No hay que buscar mucho. Los mismos que utilizan el lado rojo del bicolor contra la encuesta, son los mismos que repudian hoy los dichos de un delincuente motejado como el Grande, personaje de los libros de la periodista y escribiente Anabel Hernández. Cuando escribió Hernández los testimonios del criminal contra el presidente Felipe Calderón —uno de esos libros, Los señores del narco, lo presentó en la Cámara de Diputados de Cuernavaca—, quienes se dicen honrados por estar del lado de Obrador replicaban todo contra la presidencia dual Calderón-García Luna. Incluso, luego de obsequiar 320 ejemplares que repartió principalmente entre panistas, Fernández Noroña llamó «Asesino» a García Luna. Andaban locos de contento.
No es lo mismo los resultados de una encuesta que una obra literaria basada en declaraciones de un facineroso, pero la masa le da el mismo valor cuando se trata de ir perredistamente contra todo y a favor de nada. En 29 días Sheinbaum puede volver a tener los 30 millones de votos que presumía para sentarse a gobernar con independencia intelectual, según calculan sus huestes, aunque no vaya a ser así, si es.
Lo único cierto es que, en sueños, Xóchitl Gálvez, la candidata del PAN, PRI, PRD, en caso de ganar Palacio Nacional, invitaría a su juramentación del cargo a los expresidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña, como testigos de calidad, mientras López Obrador le transmite la Banda Presidencial, y cumplir así, si existe, el pacto con Peña.
letraschiquitas
Después de la crucifixión política de Salvador Rangel, la Conferencia del Episcopado Mexicano recordó su obispado emérito de Chilapa-Chilpancingo al decir «La Diócesis hermana donde estuvo sirviendo», y firma su secretario general, Ramón Castro, seguramente tomando nota de todo Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco jefe del Estado Vaticano***. Dice José Luis Urióstegui que después de más de dos años en la silla presidencial de Cuernavaca se empezó a poner orden. Si las familias de Cuernavaca votan por él, dice, seguirá la ruta de trabajo y organización, es decir, igual o peor***. La síndica Verónica Atenco, después del ataque armado en el mercado central, quiere tapar el pozo de la violencia consuetudinaria sin resultados de prevención casi tres años, «reforzando la seguridad».