En la actualidad, una de las alternativas más buscadas para sustituir el cigarro son los productos libres de humo, ya que por la ausencia de combustión representan un menor riesgo para los fumadores, por lo que es importante su regulación en México para avanzar en las políticas de reducción de daño en tabaco.
La Organización Mundial de Salud (OMS) estima que en el mundo hay alrededor de mil millones de fumadores y que para 2025 posiblemente esta cifra no se modifique pese a que fumar es adictivo y provoca enfermedades graves como cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Andrea Constantini, Jefa Regional de Relaciones Científicas para América Latina y Canadá, indicó que el principal daño de los cigarros proviene del humo y no de la nicotina, debido a que contiene alrededor de 100 componentes catalogados como potencialmente dañinos y son las causantes de las enfermedades y muertes de los fumadores, de acuerdo con la Food & Drug Administration (FDA) de Estados Unidos.
En ese contexto, explicó que al eliminarse la combustión en los productos libres de humo se reduce la exposición a sustancias nocivas y por esa razón, son la mejor alternativa para disminuir el daño en la salud de aquellos que no tienen planeado dejar de fumar y reducir el consumo de tabaco en la sociedad.
Incluso, autoridades reguladoras y sanitarias como la Public Health England, en Reino Unido, y la FDA consideran que estos productos pueden ayudar a la gente a dejar de fumar, minimizando el riesgo de daño; mientras que el Ministerio de Salud de Nueva Zelanda, ha concluido que todos los productos de combustión de tabaco calentado, pueden ser significativamente más seguros que los cigarros.
Por otro lado, Constantini detalló que el objetivo de las políticas de reducción de daño en tabaco es reducir los daños en la salud de la población y para esto es necesario un producto que represente el menor riesgo posible para los usuarios.
Además, la mayor cantidad de adultos fumadores que continuarían fumando, si no tienen otra alternativa, elijan cambiarse a este producto”.
Asimismo, consideró que la reducción del daño no es un enfoque exclusivo de la industria tabacalera, ya que la tecnología libre de humo es el equivalente en la industria del tabaco al automóvil eléctrico.
Uno de los principales productos de Philip Morris International completamente libres de humo es IQOS, un dispositivo que calienta el tabaco en lugar de quemarlo y está disponible en 71 países y cuenta con 20 millones de usuarios en el mundo, de los cuales el 70 por ciento ha dejado de fumar por completo.
De igual manera, la FDA reconoció que este producto puede beneficiar a la salud pública y en marzo de 2022, autorizó la comercialización de IQOS con base en extensas investigaciones en las que revelan que el uso del dispositivo reduce la exposición a químicos tóxicos del humo de cigarro.
Sin embargo, a pesar de los beneficios que ofrecen los productos libres de humo y que el Congreso se ha mostrado interesado en eliminar la prohibición y sustituirla por un marco regulatorio, hace unas semanas la Comisión de Hacienda del Senado, en la discusión de la Ley General de Impuesto de Importaciones y Exportaciones, resaltaron que la Secretaría de Salud ha pedido prohibir estos dispositivos.
Mientras que este martes el Senado aprobó con modificaciones la nueva Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación, para prohibir la importación y exportación de todas las alternativas al cigarro.
Esto fomenta la ilegalidad y la creación de mercados negros donde se venden productos sin supervición sanitaria o fiscal y pone en riesgo la salud de los consumidores, por lo que al no ser productos libres de riesgo, el acceso, comercialización, manufactura y promoción de los artículos alternativos al cigarro, es importante su regulación.
Por último, Andrea Constantini aseguró que la regulación también sirve para prevenir que los menores de edad accedan a estos productos, debido a que, ante la falta de regulación en el país, existen máquinas expendedoras de productos de vapeo que están a su alcance.
En contraste, en los países donde se han regulado los productos libres de humo, los jóvenes representan menos del uno por ciento de los consumidores diarios.