A mi hermano Antonio. Por su entrega y pasión en su trabajo.
Sobre todo, por su sensibilidad ante la tragedia humana
El 10 de julio de 2007, cinco días después de que estallaran las primeras de un total de ocho cargas explosivas en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Celaya, Salamanca y Valle de Santiago, Guanajuato, así como en la casa de válvulas de los ductos de la paraestatal en la comunidad Presa de Bravo, municipio de Corregidora, Querétaro, el EPR se adjudicó los hechos cual “parte de una campaña de hostigamiento al gobierno de Felipe Calderón”.
¿Está hoy el EPR, también, tras los trágicos sucesos de este jueves 31 de enero? ¿Es, asimismo, el inicio de una escalada “de hostigamiento”, ahora en contra de la Administración de Enrique Peña Nieto?
Acudo al especialista en movimientos armados Jorge Lofredo y le pregunto al respecto. Me responde que, aunque “algunas informaciones señalan que el EPR se ha deslindado de cualquier responsabilidad por lo sucedido en la Torre de Pemex, tal no ha sido así.
“Aún no se ha conocido el posicionamiento de la organización al respecto, como tampoco de otras organizaciones clandestinas. De hecho, hasta el momento –la mañana del domingo 3 de febrero– ni siquiera alguna de ellas se ha expresado sobre el tema.”
Observador acucioso, el cofundador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (www.cedema.org), da seguimiento al tema no sólo a través de los comunicados que emiten los grupos guerrilleros, incluso la presencia de éstos en las redes sociales. Por tal, da aviso de que en una de ellas circuló en ellas un fotomontaje que iguala lo sucedido en la torre de Pemex con lo de las torres gemelas en 2001. Y que ello se dio a conocer el jueves pasado a través de Facebook, desde la cuenta “Gabriel Alberto Pdpr epr” (Gabriel Alberto es una presunta referencia a Gabriel Alberto Cruz Sánchez, uno de los dos eperristas desaparecidos en Oaxaca en mayo de 2007).
“Esa cuenta no la administra el grupo, sino que se trata de otras iniciativas que no tienen vínculo con el EPR. Pero fue en la red social donde apareció la imagen de ambas torres humeantes y con ello se creyó dar con un deslinde eperrista. Pero no es así. Imágenes y textos en ningún momento se atribuyen la palabra oficial del EPR.”
La imagen contiene un texto que habla de “engaño” como “pretexto para generar guerras”. Ambas fotografías contienen la frase de “Petróleo de Medio Oriente” – “Petróleo de México”. En el fondo, estas escuetas palabras no hacen otra cosa que sostener una teoría conspirativa, la hipótesis del autoatentado que justifique cualquier otra situación a futuro; en este caso, una guerra. Pero, dice Lofredo, “este argumento no lo sostuvo el EPR en sus comunicados de septiembre de 2001, sino que, más bien, en ningún momento mencionó sobre alguna responsabilidad en aquella ocasión y si culpó a la administración de Estados Unidos por su política imperialista. En resumidas cuentas, el ataque a las torres gemelas, según el EPR, ha sido una represalia por su política exterior. Queda evidente que este argumento es bastante diferente al que se sostiene ahora.”
“Por otra parte –agrega el autor de las reflexiones bajo el nombre Posdata— si este deslinde fuese real, sería la primera vez que el EPR, como así también alguna de las otras organizaciones clandestinas conocidas, se manifestaran en torno a un tema tan delicado a través de una red social. Pero si continuamos aún profundizando la cuestión y otorgando una mínima posibilidad que el deslinde fuese real, éste debería apoyarse en un comunicado formal posterior, cosa que hasta el momento no ha sucedido, aún cuando el EPR acaba de repartir (este mismo domingo 3) un nuevo número de su órgano partidario, El Insurgente, sin que allí mencione ni una palabra sobre el tema.
“¿El deslinde del EPR a través de un fotomontaje, junto a una serie de frases conspirativas, sin redundar en razones políticas y a través de una red social? Difícil de creer y menos aún de aceptar. Por otra parte, a diferencia de lo sucedido en los ductos en el año 2007, si bien ambos se tratan de Pemex, los objetivos son bien distintos. En aquella ocasión se produjo en sitios descampados, sin afectar directamente a la población, evitando puntualmente causar víctimas civiles o uniformadas y escogiendo un horario, la madrugada, para tal efecto.
“En el caso actual, todo ha sido al revés: un centro urbano, en el momento de mayor circulación de personas, lo cual no ahorraría en víctimas y los estaría eligiendo como blancos. Todo esto obligaría a considerar que la organización hubiera variado radicalmente su estrategia. Más aún: si fuese su responsabilidad, hoy no podría evitar que se le denomine como ‘organización terrorista. Y por supuesto que ello no es un objetivo del grupo armado.
“Por último, queda un dato que no es menor: ¿quién o quiénes serían capaz o capaces de reivindicar esta situación con la cantidad de muertes, heridos y trastornos que ha causado?; ¿qué ideología podría sustentar públicamente semejante acto? Lo que nos lleva a la cuestión final: si esto no fue un accidente o una tragedia ¿alguien lo reivindicará o nunca lo sabremos?
Índice Flamígero: El 16 de enero escribí aquí: “La guerrilla no parece ser prioritaria en la agenda política nacional.” Tajante, conocedor del tema, así lo afirma el investigador Jorge Lofredo, cofundador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (www.cedema.org), en su más reciente Posdata. Y agrega: “De hecho, de la reciente administración federal no se conoce ninguna iniciativa ni el lugar que ocupa este tema en la agenda presidencial. Tampoco la guerrilla accionó. Sin embargo, empiezan a conocerse distintos argumentos que procuran confundir antes que permitir establecer un escenario real sobre el tema”.
–clarito como ud dice don Paco, con tanto muerto, calladitos se ven mas bonitos. de ahi la importancia de q la investigacion sea de primer mundo, anq aqui seamos de quinta.