Claudia Rodríguez
Ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, salió a reconocer el triunfo irrevocable del republicano Donald Trump para sucederlo, y envió el mensaje de que es el momento de conciliar diferencias tras los resultados electorales. Que en una contienda siempre hay ganadores y perdedores pero que como hace 8 años, llegaba el momento de la transición pacífica.
Obama fue contundente en su llamado a la unidad nacional.
Está clarísimo que se advierte el peligro de la inconformidad de millones de habitantes en nuestro vecino país del norte tras el resultado ganador de Trump no sólo en la Presidencia, sino también con el control republicano del Congreso.
¿Qué va a pasar no es la pregunta? Qué está sucediendo es la preocupación.
Las “camisas de fuerza” que se impuso Donald Trump en su agresiva campaña, advierte que iniciarán cambios en las políticas propuestas: Obamacare, política antiinmigrante, el muro con México, los tratados comerciales, y la política exterior.
Ante esos muy posibles cambios, el gran ejemplo de acción inmediata es la de los grupos pro inmigrantes quienes pese al discurso conciliador del todavía comandante en jefe de las fuerzas armadas de Estados Unidos, ya advierten la seriedad con la que se deben tomar las amanezcas de expulsión de indocumentados, realizadas por Trump.
Otro de los puntos centrales que se decantó la misma noche del cierre de la votación, es la volatilidad de las monedas de las economías emergentes como el mismo México, en donde incluso la apuesta de quienes han permitido se deprecie nuestro peso hasta en un 70 por ciento en sólo cuatro años de su propia Administración, son los mismos que ahora dicen no pasará nada, ante las fuertes advertencias de que se nulificarán incluso tratados comerciales.
La conciliación de Estados Unidos tal vez llegue, pero la ruptura nacional que se avecina de dimensiones titánicas es la que ya está sucediendo en México. Resulta que ahora hay millones de mexicanos que advierten que “todos nos equivocamos” con el resultado de la elección estadounidense, incluso los medios de comunicación y hasta las casas encuestadoras pero que el único que acertó fue “el brillante” presidente de México y su equipo, de este claro, aplauden al que nunca abandonó al equipo de Peña Nieto; Luis Videgaray.
¿Será posible que no nos demos cuenta del garrote que crece aún más y de la ineptitud y conjunta rapacidad de quienes aún nos gobiernan aquí en México? La desvergüenza mayor es que salgan los priistas y su dirigente nacional ahora a adoctrinarlos, sobre el patriotismo de su jefe Peña.
Acta Divina… El Partido Revolucionario Institucional (PRI), reconoce al presidente Enrique Peña Nieto por su atinado diálogo con el candidato electo a la Presidencia de EEUU: Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del PRI.
Para advertir… No permitamos que se burlen más de nosotros.
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