CIUDAD DE MÉXICO, 16 de julio (AlmomentoMX).- Si bien en estos momentos estamos asimilando el revés que nos dio el electorado y nos encontramos concentrados en el proceso de ser una oposición responsable y propositiva ante el próximo gobierno, consideramos que antes de hablar de la renovación de la actual dirigencia nacional, nos debemos preparar para una Asamblea Nacional Extraordinaria, para que nuevamente los militantes sean candidatos en todos los niveles.
Así lo manifestó Tomas López González, presidente del Comité Nacional de Democracia Social AVE, A.C., la primera Organización Adherente del Partido Revolucionario Institucional de corte socialdemócrata.
Indico que “todo partido político tiene simpatizantes que comparten el ideario pero que no se comprometen en la ideología, documentos básicos y esencia partidista como lo harían los militantes, de ahí el fracaso electoral del 1 de julio. El nuevo Partido debe alcanzar personalidad política propia y no solo tener personalidad jurídica.”
El dirigente expreso que respetan las voces que piden un cambio de líder por los resultados obtenidos, pero “consideramos que la derrota no es de un solo hombre, por lo que Rene Juárez debe concluir el periodo estatutario como presidente interino, todos debemos ser corresponsables de esta derrota y no quitar al capitán y quemar las naves, sino avanzar en una renovación total.”
López González sostuvo que por ello “se debe revisar el actuar de los militantes durante la campaña y los que dicen ser miembros coyunturalmente, que ofrecían votos al Partido como antaño y no se dieron cuenta que la sociedad mexicana cambio. La simulación se hizo presente de nuevo. La militancia no asumió su responsabilidad como parte del Partido, al no dar a conocer el ideario y plataforma del Candidato por tanto no fue corresponsable de la existencia del PRI.”
El también Consejero Político Nacional de su Partido señalo que la disciplina malentendida “llevo al PRI a la debacle porque nadie estableció posición ante los grandes problemas en la agenda nacional, eso afecto y resta personalidad política a cualquier Partido, dicha personalidad es su patrimonio espiritual y cultural que le da referencia a su ser al interior y al exterior, que los diferencia de los demás partidos, a su existir, a su valer, a contribuir con la formación de la conciencia colectiva, a crear su propia energía, a permanecer dinámico, así como, a aportar satisfacción y realización para sus militantes y hacia la sociedad que nos mira.”
Igualmente impero la sumisión, ¡esta no eleva la autoestima! No se señalaron los errores que en toda campaña existen (y si se hicieron fueron ignorados), que eran superables, por tanto no existió un espíritu de lucha: sin motivación nada crece.
El cuadro partidista señalo que “nunca se entendió que la soberbia es mala consejera, por eso se llama equipo de campaña, donde todos participan y opinan, pero no fue así, lo que dio como resultado la desconexión con el electorado que no hizo suyas las propuestas que eran en su beneficio.”
Esa desconexión la oposición lo aprovecho, utilizando una estrategia de descalificación, que todo estaba mal y por ende nadie dio una respuesta contundente en la defensa partidista y del gobierno, de una forma ordenada y con estrategia, para generar una contra ofensiva inteligente, apunto.
Sentencio que “se exhibió falta de identidad, pertenencia y respeto al militante que quería participar, al no encontrar los canales adecuados para poder hacerlo, lo que generó una crisis de estructura y desencanto de la militancia en las colonias, barrios, pueblos, etc., son los que conocen de primera mano las necesidades más sentidas de la gente, el territorio tiene sus propios liderazgos regionales.”
Con todo lo anterior con esa autocritica demoledora, López González se pregunta ¿Qué hacer como propuesta que ayude a entender esta sacudida que dio la sociedad al PRI?
Responde que, “como parte de esa reflexión y renovación de nuestro Partido, debe revisarse desde la marca, que en el siglo XXI a las nuevas generaciones, la Revolución les parece algo superado (a ellos no les dice nada), un momento histórico importante en la vida de México, pero que ya no les resulta atractivo como oferta política.”
“Se vio muy claro que las nuevas generaciones vienen con un nuevo chip, los militantes del PRI deben cambiar su estructura mental para el quehacer político; utilizar las herramientas de la tecnología y ser más tolerantes.”
Así también en ese que hacer después de la derrota expreso que “se deben romper paradigmas para que realmente cambie de rostro el símbolo partidista y sea nuevamente atractivo para los electores que nos negaron ser sus representantes, donde para ellos, democracia y justicia social, solo es un slogan y no una realidad y lo peor “sus sueños no entraron en el quehacer político y social del Partido.”
Así también la ideología del Partido, pasar de manera plena del nacionalismo revolucionario a la socialdemocracia en la práctica y no solo en el papel, ya que en el Artículo 1 de los Estatutos esta que el PRI es socialdemócrata pero en los hechos no es así, por lo que se debe lograr y ser parte desde el momento en que “se inscribe en la corriente socialdemócrata de los partidos políticos contemporáneos.”
Finalmente señalo que “el nuevo Partido debe pensar en que las Organizaciones de la Sociedad Civil son un contrapeso al corporativismo que muchos se niegan a ver, por lo que el nuevo Partido debe trascender en ese sentido.
Se debe ver a la sociedad como aliados, no como contrincantes. Ya no se tiene militantes ni simpatizantes desde que nacen hasta que mueren, (“no hay simpatizantes de la cuna a la tumba”).
AM.MX/fm
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