Por: Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; el destino del Poder Judicial Federal y el de los estados está echado.
Pues bajo la sentencia populachera de una “encuesta” se condena a desaparecer a los ministros, magistrados y jueces como los tenemos aún y en su lugar sustituirlos por otros emanados de un proceso electoral eminentemente político.
Así entonces en un año estaremos presenciando un carnaval electorero en la que cientos de personajes estarán buscando el apoyo mayoritario nacional para formar parte de la Suprema Corte, así como de los tribunales unitarios y de circuito y de jueces de distrito. Y en unos meses más los magistrados y jueces de los poderes locales, lo que nos llevará a una vorágine electorera y a una parálisis judicial.
Esta elección que más parece subasta, estará salpicada de mucha superchería y demagogia por parte de los participantes, que además vendrán cobijados por las siglas ocultas del partido mayoritario y que domina el congreso y el ejecutivo y que con la simulación y fraude que los caracterizan empujarán las candidaturas deseadas bajo la etiqueta de incorruptibles, dejando al resto de incautos que compitan por los puestos como simples comparsas que legitiman el proceso.
Eso sin contar con la presencia y activismo del narcotráfico que también querrán su parte del apetitoso botín judicial que estará en juego.
Si los procesos electorales para designar diputados, senadores, alcaldes gobernadores, y presidente de la república están llenos de compromisos, promesas y propuestas envueltas en intereses, en algunos casos inconfesables, que promesas hará al electorado un aspirante a la Suprema Corte de Justicia de la Nación o el aspirante a un Tribunal Unitario o de Circuito o a un Juzgado de Distrito que sean atractivas y realizables?
A que intereses rendirán cuentas estos personajes ya elegidos?
A las mayorías que lo llevaron al puesto o a los justiciables?
En síntesis, un método de selección jurisdiccional de esta manera, sólo despierta dudas y temores. Y más cuando es producto del capricho y la cerrazón vengativa, que por mejorar el sistema judicial.
Suponer que un cambio tan radical, cambiara los enormes problemas que existen en la impartición de justicia, es como esperar que con un dedo se tape el sol.
Hoy tenemos ciertamente graves problemas en nuestro sistema judicial; sin embargo, pretender resolverlos mediante una elección, lejos de arreglarlos los hace más graves.
La corrupción y todos los vicios que con ella vienen, no solo son producto de los mecanismos de selección de jueces y magistrados, sino de esquemas procesales lentos y excesivos además de que se escatiman los recursos presupuestales a efecto de contar con más jueces y magistrados que resuelvan de manera pronta y expedita los asuntos y de esa manera acabar con prácticas profesionales de abogados que en uso desmedido de los mecanismos procesales convierten a los clientes justiciables en rehenes de sus intereses, alargando innecesariamente los procedimientos e impidiendo la aplicación de medidas alternas para la solución de controversias, pues de esa forma les producen pingües ganancias. Otro de los vicios arraigados en nuestro sistema.
México necesita una reforma judicial pero no una a la medida del poder Ejecutivo como la que propone López y avala Sheinbaum; sino una que beneficie directamente al Estado de Derecho y por ende a los justiciables de manera eficaz y que involucre, tanto a las fiscalías de la República como las de estados pues ahí radica en gran medida la ineficacia e impunidad en la impartición y administración de la justicia.
Lamentablemente esa reforma no se hará y sólo procederá la ruidosa y ruinosa que propone López. Por la que sin dudas se pagará un altísimo costo.
Ya veras estimado amigo.
Es el réquiem de nuestro sistema judicial.
Entre paréntesis; habida cuenta de que en campaña un candidato a lo que sea promete cosas, cosas que por supuesto el ciudadano necesita y comprende, que van desde agua potable y electricidad, hasta carreteras parques y hospitales, además de espacios deportivos y de recreación; para lo cual ese candidato recorre calles y colonias, ejidos y rancherías a fin de que se conozca su propuesta y con ello convencer a más electores.
Por lo tanto, que tipo de campaña hará un aspirante a juez, magistrado o ministro.
Que le dirá y ofrecerá a los electores de las ranchería y ejidos.
Que les dirá a los electores de las colonias populares. Que le dirá a los electores de los sectores menos favorecidos y que les dirá a los sectores pudientes y de clase media. Y a las élites empresariales y financieras y por supuesto a las oligarquías de la mafia del poder. Y sobre todo que compromisos hará en caso de ganar.
Porque una campaña se basa en promesas y compromisos.
A poco sólo aquellos que tengan que ver con la justicia ciega. Si como no.
En suma, se reunirá para buscar el voto con todo mundo o sólo lo hará con los privilegiados o con los conocedores del derecho?
He ahí la pregunta.
Y es que el tema de la justicia, si bien a todos atañe, muy pocos la entienden. Y es que hasta el léxico y terminología separan a los doctos de los legos.
Así entonces cómo acercarse a las grandes mayorías para obtener el favor, si la aridez del tema es en si mismo un surco muy ancho de entendimiento?
Bueno- y aquí está la trampa- acercándose mediante los partidos y sus mecanismos de participación y de promoción a sus bases, para que estas sean el vehículo mediante el cual se promueva el voto en favor de sus propuestas que simuladamente llevarán.
Y es que todo el procedimiento es una auténtica farsa, donde no aparecen los partidos, pero si participan y más cuando desde las cámaras de diputados y senadores también harán propuestas.
Y en ese sentido y ateniéndonos a los resultados de las elecciones de este año, pues el gran ganon será esa cosa llamada morena. Ni más ni menos.
Y todavía dudan del porque de la destrucción del poder judicial.
Y por cierto todos los simpatizantes y promotores de la renovación judicial en las urnas, son aquellos abogados que de alguna manera sueñan en ser favorecidos y entrar en el enjuague electorero.
Sin embargo, me temo que esos lugares ya están predestinados a una cofradía partidista de morena y sus adalides. Como de igual manera estuvieran todos los puestos ya etiquetados- con nombre y apellidos- que se jugaron en este mes de junio.
No hay que ser tan ingenuos.
No lo crees así estimado amigo.
PD si por casualidad pensaste estimado amigo que Sheinbaum representaba independencia y dignidad de género, me temo que te llevaste tremenda decepción.
Por el contrario, lo que hay es una perversa sumisión. Y que López si será el poder tras el trono y el temido maximato estará en su máxima expresión.
Sheinbaum ya renunció a los 35 millones de votos y su triunfo lo puso a los pies de López. Y con ello es una auténtica marioneta.
Nada más basta ver como se comporta y como acepta todo lo que López dice.
PD2 Sheinbaum a riesgo de un desastre financiero inconmensurable avala y promueve la más rabiosa y dañina reforma a nuestra Carta Magna y con la que empieza el principio del fin. Y que López prometió destruir al precio que fuera. Y que con denuedo se aplicará para no ofender a su hacedor.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político