En el último año el Gobierno federal, la Secretaría de Salud y la Cofepris han lanzado una serie de leyes prohibicionistas contra los vapeadores, cigarros electrónicos o calentadores de tabaco por presuntamente ser peligrosos para la salud de los ciudadanos.
Sin embargo, este punto de vista ha sido refutado una y otra vez por expertos, tal como ocurrió de forma reciente con un estudio solicitado por el gobierno de Reino Unido, en el que se demuestra su utilidad para combatir el uso de tabaco convencional.
El informe “Vapeo de nicotina en Inglaterra: una actualización de evidencia que incluye percepciones y riesgos para la salud”, publicado el 29 de septiembre por la Oficina para la Mejora de la Salud y las Disparidades (OHID), la unidad gubernamental dentro del Departamento Británico de Salud y Atención Social, señaló que vapear presenta riesgos significativamente menores que fumar y tiene una tasa de éxito ligeramente mejor que otros métodos para dejar de fumar.
Los investigadores indicaron que los productos sin humo tienen una tasa de éxito de 65 por ciento para los intentos de dejar de fumar, en comparación con menos del 59 por ciento para otros esfuerzos para dejar de fumar.
Asimismo, puntualizaron que “vapear representa una pequeña fracción de los riesgos de fumar”, con “una exposición significativamente menor a sustancias nocivas”, esto luego de medir los cambios biológicos asociados con el riesgo de cáncer, así como con las enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
De acuerdo con los científicos, este informe podrá impulsar el proyecto de prescripción del vapeo con receta como una herramienta para dejar de fumar bajo el Servicio Nacional de Salud, dado el impacto favorable en la salud a corto y mediano plazo y porque se han convertido en una alternativa popular a los cigarrillos.
En octubre de 2021, la agencia reguladora de medicamentos del país ya había actualizado la directriz que permite a los fabricantes de las alternativas al cigarro, solicitar la licencia de sus productos que contienen nicotina como medicamentos que ayudan a los fumadores a dejarlo.
“Cada año que los fumadores siguen fumando, les quitan unos tres meses de esperanza de vida”, afirmó Leonie Brose, investigadora del King’s College London y una de las autoras del informe.
Por su parte, el profesor de Psicología de la Salud y codirector del grupo de investigación sobre tabaco y alcohol del University College London, Lion Shahab, reconoció que si bien vapear conlleva algunos riesgos, estas preocupaciones se exageran teniendo como resultado “percepciones de riesgo falsas que pueden disuadir a quienes usan el producto más riesgoso (cigarros) de cambiar a productos de menor riesgo (cigarrillos electrónicos)”.
“Debemos asegurarnos de que los fumadores adultos obtengan el apoyo adecuado, que incluye la provisión de información precisa sobre el riesgo reducido de vapear y cómo puede ayudarlos a dejar de fumar, al tiempo que ofrece material educativo a los jóvenes que nunca habrían fumado para disuadirlos de comenzar a vapear, además de un mejor refuerzo de la edad de venta y restricciones publicitarias. Si se puede lograr este equilibrio, los cigarrillos electrónicos pueden desempeñar un papel importante en el Reino Unido”, dijo Shabab.
Mientras que el doctor Jamie Hartmann-Boyce, profesor asociado del Departamento de Ciencias de la Salud de Atención Primaria de Nuffield, Universidad de Oxford, comentó que las personas que pasaron de fumar a vapear deben estar tranquilas porque al hacerlo es probable que hayan mejorado su salud.
Pese a estos estudios y a que otros países como Estados Unidos, Nueva Zelanda o Japón, han reconocido que los productos sin humo representan menores daños para los fumadores adultos y los han incorporado como una herramienta en su política pública, México los prohíbe sin investigaciones fundamentadas lo que rezaga más al país en la reducción de daños asociados al consumo de tabaco.
Además, las leyes prohibicionistas contra estos dispositivos emitidas por las autoridades nacionales, le quitan a los consumidores adultos que continuarán fumando o que quieren dejar de fumar, la opción de elegir libremente alternativas al cigarro menos riesgosas para su salud, fomentan el mercado negro con productos sin control sanitario, aumenta el contrabando y estar a la mano de los menores de edad.
Expertos recomendaron implementar una regulación estricta a los vapeadores para obligar a la industria a destinarlos únicamente a fumadores adultos, reportar ingredientes y emisiones de las sustancias de sus líquidos, usar etiquetado con advertencias sobre sus riesgos, entre otros. Todo esto con el fin de preservar la integridad de grupos vulnerables como los menores de edad.