La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Como buen conocedor del mercado, se convirtió en una necesidad
Cuando a mitad de los años dos mil, el empresario Ricardo Ahued, incursionó en la administración pública, nunca imaginó, quizá, que en poco más de tres lustros, se convertiría en uno de los personajes políticos más relevantes de la entidad.
Su tránsito por distintas administraciones, lo convierten en una excelente correa de trasmisión, tiene interlocución con todos los actores válidos del amplio espectro ideológico veracruzano, ora panistas, ora empresarios, ora iglesias, ora priistas y, por supuesto, con las corrientes que componen la 4T, tanto a nivel local como nacional.
Su fórmula es sencilla: trabajo, disciplina y seriedad, además, suele rodearse de expertos en las distintas áreas de gobierno, la ocurrencia no es lo suyo.
En este sentido, el munícipe se ha convertido en sinónimo de profesionalismo, por ello, cuando en 2021 se buscaba candidato para sortear las animadversiones por el pésimo desempeño de Hipólito Rodríguez, MORENA tuvo que recurrir al prestigio del mencionado para no perder la capital del estado y la estrategia funcionó.
Por ello, Roció Nahle, para sustentar su oferta de diálogo plural, anunció que Ricardo será su secretario de Gobierno, lo cual, en sentido práctico, le da contenido a su propuesta.
Así pues, desde ya, Ahued comenzará a ‘tejer sin decir y a amarrar sin sentir’.
Conocedor de la política como el arte de lo posible, el futuro ‘número dos’, sabe que la premisa básica de su encargo, consiste en hacerse sentir, no en la exhibición mediática.