Veinticuatro años después se podría presentar un escenario muy similar al de la última elección presidencial del siglo pasado, un candidato ganador del primer debate entre presidenciables, que desaparece en medio del sospechosismo, -como ahora se dice- y otro, en este 2018 del mismo partido que para muchos fue el ganador del debate del domingo 22 de abril, que deja a un lado sus bravatas y como los toros heridos busca las tablas.
Hace cuatro elecciones Diego Fernández de Cevallos salió, esa noche. del Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad con los brazos en alto, había noqueado a sus dos adversarios, el priista Ernesto Zedillo y el perredista Cuauhtémoc Cárdenas, después vino la retirada para favorecer al abanderado del tricolor que había entrado de emergente por el asesinato de Luis Donaldo Colosio en Lomas Taurinas, una colonia de Tijuana, Baja California.
El penúltimo domingo del mes de abril que ayer llegó a su fin, Ricardo Anaya salió del Palacio de Minería, con una sonrisa de oreja a oreja, se sentía ganador, o al menos así se lo hicieron creer sus partidarios.
Sin embargo, lejos de aprovechar el éxito obtenido, el candidato del Frente Por México reculó hasta llegar a la declaración del viernes pasado de estar dispuesto a pactar con Peña Nieto, a quien antes había amenazado de meter a la cárcel, hoy esa amenaza quedó en el aire, esto después de la última publicación sobre la red de blanqueo de dinero que hizo el portal El Español, allá en España.
Anaya quiere pactar para llevar agua a su molino, pero los priistas no se ven dispuestos a jugársela con él, más bien piensan que el pacto sería para que se sume al candidato del PRI y sus aliados, en eso andan y en la oferta que le hacen es que entraría al gabinete en caso de que el oficialista gane las elecciones del primero de julio, lo que hasta ahora no se ve claro.
En el PRI quieren a Anaya para que junto a José Antonio Meade unan sus fuerzas para frenar a Andrés Manuel López Obrador, el puntero en todas las encuestas sobre intención del voto. La idea no es descabellada, porque en esta elección se juega algo más que la Presidencia de la República, la impunidad del grupo que gobierna desde el 2012, la que sólo José Antonio les puede garantizar.
Total una traición más, así se ha manejado desde que empezó a figurar en el PAN, primero como coordinador en San Lázaro y después como dirigente nacional del blanquiazul, otra traición porque con un pacto de esa naturaleza dejaría colgados de la brocha al PRD y al Movimiento Ciudadano que integran el llamado Frente por México.
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Me reportan vecinos de las colonias Alpes y las Águilas en el sur de la ciudad que la gasolinera ubicada en Calzada de las Águilas y Periférico propiedad de la empresa española Repsol provoca grandes congestionamientos porque no tiene capacidad para recibir a todos los autos cuyos propietarios acuden a esa estación a cargar su tanque. En horas pico se provoca un congestionamiento vial en la zona, ¿lo sabrán en la Secretaría de Movilidad del GCDMX? ¿O es tan influyente el propietario que no se meten con él?
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