* José Esteban Rodríguez Dávila, líder del Consejo Estudiantil de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (CEUEH), y peligroso porro, ahora se dice agredido por los estudiantes del Instituto de Artes, que han iniciado un movimiento histórico en contra de la mafia encabezada por Gerardo Sosa; el temor de este personaje es tal que los amenaza con tener que ganarse la dirigencia de un Consejo que siempre ha estado al servicio de la “Sosa Nostra”, para agredir a los alumnos, situación que ya comienza a darse para tratar de desmembrar a una protesta justa y genuina en la Máxima Casa de Estudios del Estado
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
“Si quieren que les entregue en sus manitas la dirigencia del Consejo Estudiantil, están mal, muy mal… si lo quieren, tendrán qué ganárselo, como todos los demás en 20 años de historia”.
José Esteban Rodríguez Dávila, dirigente del Consejo Estudiantil de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (CEUEH), lanzó un reto difícil en extremo para los estudiantes en protesta del Instituto de Artes de la UAEH: para llegar a líder estudiantil se requieren méritos dentro de lo que se conoce como La Sosa Nostra, la corporación política/hamponil fundada por Gerardo Sosa Castelán, ahora en prisión domiciliaria acusado de lavado de dinero por 50 millones de dólares en Suiza.
Los “méritos” se ganan con trabajo algo peor que sucio: control mediante el terror en todas las actividades de la Universidad, obedecer órdenes que pueden ir desde actividades serviles a delitos graves, con la promesa anticipada de impunidad.
El “reto” fue lanzado por Rodríguez Dávila en un video insólito, donde los estudiantes en protesta en el Instituto de Artes resultan ser unos “hampones violentos” que agreden impunemente a unos profesionales -por decir algo- de la agresión y, de ser necesario, el crimen, todo impune desde el poder lo mismo académico que político.
Así funcionó La Sosa Nostra, por lo menos hasta que a fines de 2019 la fortuna política de Sosa Castelán dio un vuelco, fue acusado de lavado de dinero -entre otros delitos-, encarcelado en Almoloya y ahora goza de prisión domiciliaria gracias a los oficios del ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López, tal y como fue revelado en la “visita de campaña” a la UAEH, donde fue recibido por la plana mayor de la institución, encabezada por el rector Octavio Castillo.
Ese cambio de situación política ha puesto a esa corporación a la defensiva, pero con el problema de que, no acostumbrados a negociar, no supieron cómo manejar una protesta en el Instituto de Artes, el viejo método de la agresión porril contra el alumnado fue fallido y ahora sucede algo tragicómico: los golpeadores que por decenios sembraron el terror en la UAEH, ahora denuncian “violencia en su contra”.
Rodríguez Dávila se colocó en el del todo improbable sitio del agredido en un video difundido en redes sociales, donde acusa a los estudiantes de artes de esta forma: “Qué fácil refugiarse en el papel de alumnos cuando les conviene, pero no si atentas contra la vida (¿?) de la gente; eso pasa a segundo término: eres delincuente y punto”.
El jefe (formal) del jefe de la banda porril más famosa del rumbo, no se midió. Peor aún: Se tomó la libertad de un sarcasmo: “Durante la última semana he sido respetuoso (sic) con mis compañeros, pero es momento de compartirles la verdad, y reconozco el enorme talento de los compañeros del Instituto de Artes… han montado un teatro gigante a nuestro alrededor, previo al 19 de septiembre, cuando se anunció una marcha pacífica, pero que para nada fue pacífica”.
Enseguida el líder muestra unos videos explícitamente editados.
Rodríguez Dávila hace un señalamiento curioso: se pregunta escandalizado que los estudiantes, aparentemente, “iban preparados para la violencia”.
Dice con tono de espectador asustado: “¿Por qué acudir preparados? Porque esperaban que el conflicto sería violento”.
Le parece raro que, con el historial de decenios de la Sosa Nostra, los estudiantes se hayan presentado a protestar “preparados” para no posibles, sino seguras agresiones violentas de los porros de Sosa Castelán. Eso ha sido tradición a lo largo de los años, en los que el grupo político/hamponil privilegía el “diálogo” del garrote y las balas.
Pero como era necesario “explicar” la acción de sus porros, Rodríguez Dávila hace gala de dotes discursivas: “Aquí entro yo: en acto de solidaridad, arriesgamos nuestra integridad física (notar qué osados)… decidimos salvar a la maestra Paulín y hubo un enfrentamiento, pero no contra estudiantes, siempre en defensa propia… ellos siempre fueron los que agredieron primero… nos orillaron al conflicto (malvados, pues) para hacerse las víctimas… sí hubo golpes, pero de ambas partes (¡los desgraciados se defendieron!)… pero los identificamos con nombre y apellido, no son tan inocentes, pegan, esconden la mano y luego acusan”.
Hay quizá, algo diferente entre los porros de hace unos decenios en la UAEH: Antes realizaban sus hazañas a la vista del público, se jactaban de su brutalidad, y después se iban a festejar al bar de su preferencia.
Ahora se colocan la gorra del vengador anónimo, la camiseta del héroe que tan solo salva doncellas en peligro inminente.
Pero para el hidalguense común y corriente le resulta difícil olvidar el historial de los hampones de la UAEH. De cómo aterrorizaban para ganar “respeto” y jugosos gajes políticos. Gobernadores que abrían la bolsa para evitar “males mayores”. Pero la cosa cambió radicalmente…y se nota.
LIDIA SE LLEVÓ 135 MILLONES… Y AHÍ ESTÁ
El pasado cinco de octubre tuvo lugar la reunión de una comisión de estudiantes en protesta y el rector Octavio Castillo, acompañado de otros funcionarios universitarios.
Se notó la presencia de Lidia García Anaya, aún presidenta del Patronato Universitario. Sucede que esa funcionaria fue señalada, hace dos años, por un fraude de 135 millones de pesos. Una auditoría descubrió un no muy sofisticado trasiego de fondos: En la cláusula 58, inciso XVI del contrato laboral con académicos, se establece la entrega mensual de 11 millones 322 mil pesos para “artículos de consumo”, lo que en un año suma 135 millones 875 mil pesos. En los recibos de los afiliados no apareció tal rubro.
Pero esa auditoría no tuvo efectos legales de ninguna clase: Lidia García Anaya sigue como presidenta del Patronato Universitario, donde se manejan fondos gruesos.
Ahí estuvo ese cinco de octubre, donde en cierto momento, los estudiantes exigieron “disculpa pública” del rector Castillo por las agresiones de los porros de Rodríguez Dávila. El rector guardó silencio ante las repetidas demandas y los estudiantes abandonaron la mesa.
Pero rectoría emitió un boletín informativo donde se dijo que “la mesa de negociación se abrió con un clima de respeto mutuo, tolerancia y diálogo. Se aprobaron con votación unánime dos puntos que beneficiaron a la Comisión Estudiantil… se destaca en especial la programación de una sesión extraordinaria del Consejo Universitario para el 16 de octubre y la aceptación de una carta de no ´represalias ampliadas´ para garantizar un clima de paz y armonía”.
El asunto es que ya varios voceros del movimiento estudiantil denuncian amenazas e intimidaciones del Consejo Estudiantil del porro Rodríguez Dávila que con su beligerante actitud está echando gasolina al incendio.