CIUDAD DE MÉXICO, 5 de noviembre (AlmomentoMX).- La nueva titular de la Secretaría de la Función Pública, Areli Gómez, reconoció en una de sus primeras declaraciones que el Sistema Nacional Anticorrupción requiere que la Función Pública colabore con el Fiscal Anticorrupción que va a ser designado dentro de dos años, por lo que se comprometió a presentar denuncias penales en contra de los servidores públicos que incurran en irregularidades en el desempeño de su cargo.
En este sentido, después de que la líder del magisterio Elba Esther Gordillo se encuentra recluida en la cárcel, el líder del Sindicato Nacional de PEMEX, Carlos Romero Deschamps, sería uno de los funcionarios que serían denunciados por enriquecimiento ilícito.
Lo anterior se desprende de la denuncia presentada por la organización de petroleros disidentes agrupados en la “Asociación Petroleros Activos en Evolución por un México Mejor” ante la Subprocuraduría Especializada en Investigaciones de Delincuencia Organizada (SIEDO), dependencia de la PGR, donde aún despachaba la nueva titular de la SFP, en contra del líder del sindicato de trabajadores petroleros por siete delitos, entre ellos lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y defraudación fiscal.
La situación en contra del líder petrolero parece que va creciendo y el pasado domingo 30 de octubre, el líder de la Asociación petroleros Activos en Evolución por México, Miguel Arturo Flores Contreras, solicitó al PRI limpie de una vez por todas la casa y expulse de sus filas a Romero Deschamps, porque aseguró, ese liderazgo solo representa una vergüenza para el gremio petrolero y el partido.
Tal pareciera que la voz de la disidencia petrolera empieza hacer eco en el PRI, considerando que el pasado 8 de octubre el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa, se reunió en Tabasco con los trabajadores petroleros, pero se registró una ausencia que no pudo pasar desapercibida, la de Carlos Romero Deschamps.
Esto no habla más que de la fractura que se da al interior del PRI, entre el Presidente Enrique Peña Nieto y el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y sus alfiles como Manlio Fabio Beltrones, que se agudiza por la disputa de la candidatura del PRI a la presidencia en 2018.
No podemos obviar la relación del actual líder petrolero con el ex presidente Salinas. Durante la administración de Salinas fue una pieza fundamental para poder asestar el golpe mediático más importante del salinato, el llamado “quinazo” con el que destituyeron y encarcelaron al líder nato de los petroleros, Joaquín Hernández Galicia.
Desde entonces informal y formalmente ha mantenido el control del sindicato, bajo el cual en alianza con el salinismo se ha enriquecido y manipulado gran parte de la estructura de la principal empresa del Estado, PEMEX.
Carlos Romero Deschamps ha sido cinco veces legislador de representación proporcional, tres Diputado (1979-1982, 1991-1994 desde donde operó gran parte de la reforma salinista de PEMEX y 2000-2003) y dos veces Senador, la primera fue recompensado por Salinas y teniéndolo en una importante posición de 1994-2000 y la última lograda en 2012-2018.
Durante todo este tiempo que se ha mantenido como legislador y líder sindical, los traumas para PEMEX han sido muy graves, como el famoso Pemexgate, las acusaciones de enriquecimiento ilícito vistas por la fanfarronería de sus hijos que no disimulan la riqueza mal habida, con Ferraris en Miami o viajes hasta con la pericurista del perro de la hija en aviones privados.
Durante la administración de Enrique Peña Nieto, el anterior director de PEMEX, el salinista Emilio Lozoya Austín, hijo de quien había sido el secretario de Energía de Carlos Salinas y compañero del expresidente en la Universidad, Emilio Lozoya Talman, hizo intocable al líder petrolero.
Durante esos cuatro años que duró en el encargo, el líder petrolero nunca mostró alguna inquietud, inclusive ni cuando trascendieron grabaciones de los negocios que venía haciendo el director General con la empresa española OHL que impactaba directamente en el bienestar de los trabajadores de PEMEX.
Siendo insostenible Emilio Lozoya tuvo que salir por la puerta de atrás de PEMEX y a partir de ahí de nueva cuenta se retoma el tema de la corrupción del líder de los trabajadores de PEMEX.
Ahora, por una parte la PGR y la SFP en conjunto con las dependencias que interactuarán en el sistema nacional anticorrupción tendrán la difícil labor de configurar legal y procesalmente bien estructuradas las acusaciones que pesan contra Romero Deschamps.
Pero la tarea más difícil recaerá en el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa, que tendrá que instrumentar, en su caso, un posible desafuero en contra del hoy senador de la República y su expulsión de las filas del tricolor como lo hizo con el Gobernador con licencia de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa. La complicación para el líder priísta estará en las filas del salinismo, que le van a cobrar muy caro la decisión, y buscarán una escisión del PRI.
La anunciada restructura de PEMEX no podía pasar o ser creíble sosteniendo a un sindicato con un cuestionado líder, la pregunta es: ¿Será por las buenas o por las malas?
AM.MX/fm
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