Rosa Martha.
* Irma Fuentes me invitó a acompañarla a un día de trabajo, ese fue mi primer acercamiento a la profesión
* Y, en todo caso ¿cuándo dejas de ser periodista?
* La era digital está permitiendo a muchos compañeros periodistas a crear nuevas maneras para ejercer su oficio, eso me parece absolutamente bueno
* Viví de cerca el nacimiento del proyecto de la Radio indígena de La Voz de la Montaña, (en Guerrero) que me fascinó desde entonces
* En Tijuana se iniciaba la guerra de los narcos por sus territorios y cuando el gobierno declara la guerra al narcotráfico
Carlos Alberto Duayhe
Rosa Martha Carreras es una veterana periodista que mantiene intacto su joven pensamiento y corazón de precursora incansable de ideales desde su vida universitaria, allá por los intensos setentas. Si algo le caracteriza es su insistente y permanente actividad hacia una existencia propositiva y constructiva de la sociedad mexicana, por la que tanto ha luchado hacia los mejores horizontes. Es optimista y bien lo dice: somos un pueblo diverso y colorido, intenso, alegre y profundo, que sabemos vivir al día y damos la espalda a necedades, tan hartos que dejamos al abstencionismo decidir por nosotros.
Vamos con Rosa Martha:
El Periodismo y yo
-El periodismo a lo largo de 50 años -contando desde 1973 cuando ingresé a la carrera de comunicación en la UNAM- me dio una identidad, una razón de ser mientras ejercí el oficio de reportera y practiqué otras tareas dentro del medio, además de una manera de mirar la vida, pero es cierto que a diferencia de muchos otros compañeros mi entrega no fue completa porque a la vez estaba ocupada en mi vida personal. El oficio me permitió estar cerca de personajes del propio medio y de otros ámbitos. Este es un oficio intenso y apasionante, absorbente como pocos, más ingrato si se trata de dar seguridad a quienes lo ejercen, en muchos casos mal pagados.
-No estoy segura si puedo generalizar. En mi caso me dio herramientas para observar mi entorno y al mundo que me rodeaba, a veces también para entenderlo, asombrarme o reconocer que hay realidades inentendibles. Hace años que no ejerzo como periodista y sin embargo me sigo sintiendo e identificando como tal.
-Y, en todo caso, ¿cuándo dejas de ser periodista?
-Permanecer en un medio o encontrar un nuevo trabajo si rebasas cierta edad de los 56 en adelante, pero eso ocurre también en otros trabajos y en todo el país, digamos que es un mal endémico.
-Ahora que la era digital está permitiendo a muchos compañeros periodistas a crear nuevas maneras para ejercer su oficio y publicar sus trabajos, eso me parece absolutamente bueno.
-¿Cómo recuerdas el principio de tus actividades periodísticas?
-Primero me interesé en el periodismo porque me gustaba mucho la literatura y escribir, pero, al buscar una carrera que se relacionara con mis inclinaciones literarias la opción de filosofía y letras, según el parecer generalizado en mi entorno no era tan buena idea como para pensar en una actividad profesional bien remunerada, así que opté por el periodismo y por la carrera de comunicación colectiva que entonces estaba de moda porque empezaban los noticiarios en la televisión. Creo que en realidad estaba buscando algo que me hiciera sentirme más conectada con el mundo de afuera, porque el mío se reducía al ámbito familiar.
Froylán López Narváez e Irma Fuentes
-Un poco antes de entrar a la carrera de comunicación y periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM fui a una clase de Froylán López Narváez como oyente y también entonces, por una amistad común, la reportera del periódico Novedades de la fuente de Presidencia, Irma Fuentes, me invitó a acompañarla a un día de trabajo. Ese fue mi primer acercamiento a la profesión o mejor, al oficio de reportero.
-¿Quiénes han sido tus maestros y compañeros fundamentales?
-Creo que en cada medio y en cada trabajo encontré grandes compañeros. Como maestros los fundamentales fueron los de la carrera: Gustavo Sáinz, Hugo Gutiérrez Vega, Granados Chapa, Froylán López Narváez y varios chilenos cuyos nombres ya no retengo. Hay compañeros periodistas y reporteros a los que tengo en gran aprecio. Lo que me queda además de muchos amigos, a quienes igual no veo pero me comunico con ellos a través de las redes sociales, es un sinfín de experiencias de vida, recuerdos y anécdotas que atesoro.
-¿Qué experiencias profesionales recuerdas con más presencia?
El Universal
-Dos años después, al terminar el cuarto semestre de la carrera, sentía que no tenía ninguna habilidad desarrollada que me permitiera ganarme la vida si lo necesitaba, así que igual, por otra conexión de una vecina con una periodista, fui a dar al Sindicato de periodistas (no recuerdo el nombre completo) y junto a una amiga fuimos recibidas por el dirigente sindical a todas luces ya muy bebido, que nos mandó a entrevistarnos con el secretario del sindicato en El Universal. Mi amiga no soportó esa entrevista con un borracho y por supuesto no acudió a la cita en el periódico. Yo sí y al otro día entré de practicante como suplente de reporteros. Estuve de practicante tres meses sin recibir salario, apoyada por mi papá; el dirigente sindical en el periódico primero les dio suplencias a otras dos compañeras que entraron días después, y la razón era que ellas no tenían apoyo económico y yo sí, pero cuando se enteró el jefe de Información (Luis Sevillano) se indignó porque para entonces ya me habían publicado dos notas en primera plana y al menos dos notas diarias en información general. Las suplencias se trataban de cubrir al reportero de planta en las fuentes que le correspondía y según la orden de información del día. A los practicantes nos mandaban con un suplente y por la tarde redactábamos las notas que hubiéramos recolectado y si la nota era mejor que la del suplente pues publicaban la del practicante.
Ojos con h, hoja con h
-En los primeros días me hice famosa, eso lo supe después en voz de uno de los correctores de la mesa de redacción, porque escribía ojos con h (para mí aquello fue una sorpresa, ¿no se escribía así, si hoja va con h? Esa regla de ortografía no se me volvió a olvidar. Yo escribía entonces sólo con dos dedos de cada mano y aprendí a hacerlo rápido.
El consejo de Federico Gómez Pombo
-El consejo de reportero de Federico Gómez Pombo fue que primero escribiera todo lo que se me ocurría y fuera tachando con X los párrafos inservibles y que no me quedara pensando en qué escribir. Fue buen consejo.
Allí me quedé como suplente poco menos de un año, pero el ambiente era pesado entre chismes y la competencia soterrada encubierta de compañerismo y la presión diaria para entregar buenas notas o exclusivas a pesar de cubrir distintas fuentes todos los días y el horario de mañana y tarde, que no me permitía ir a la escuela.
A Radio Mil
-El caso es que alguien me dijo que en Radio Mil estaban buscando redactores y al otro día de la entrevista ya tenía nuevo trabajo, de 4 de la tarde a 12 de la noche. Regresé a la carrera y me gastaba buena parte de mi salario en los taxis de sitio para regresar a mi casa a esas altas horas de la noche. En el horario de la tarde de los noticiarios de Radio Mil había que escribir un adelanto cada hora y el noticiario de las 10 de la noche. Si aun no escribía suficientemente rápido allí aprendí a hacerlo, al igual que a resumir las notas en tan sólo dos párrafos. Además de revisar y elegir los cables de creo tres o cuatro agencias (las maquinas estaban rodeadas por paredes de cristales dentro del espacio de la redacción que también era una pecera, con un ruido de locos); Luego tenía que recibir y mandar a grabar las notas de los reporteros, en un turno de una sola persona. En fin, el aprendizaje fue muy bueno y estuve allí 6 meses. Lo insoportable era el jefe de triste memoria, un patán disfrazado de periodista, que llegaba gritando y golpeaba la pared de cristales para llamarte. Así que mejor regresé como estudiante de tiempo completo.
Comisión del Río Balsas
-Luego pasé al departamento de comunicación de la Comisión del Río Balsas, donde conocí y viví de cerca el nacimiento del proyecto de la Radio indígena de La Voz de la Montaña, que me fascinó desde entonces.
Canal Once
-De allí fui a Canal Once, una gran experiencia y mi acercamiento a la televisión en el noticiario Enlace, a donde acudí por mi compañero de clase, René Delgado, y por recomendación del maestro Froylán; dos semanas después entramos al equipo de Virgilio Caballero, que en su momento fue un parteaguas en la emisión de noticias en el país.
De la UAM- Xochimilco a la Montaña de Guerrero
-Luego me invitaron como docente de prensa en los Talleres de la UAM-Xochimilco y pues acepté para permanecer allí dos trimestres, en los módulos de prensa y radio, pero entonces los compañeros que habían creado el proyecto de la Voz de la Montaña en Tlapa de Comonfort, Guerrero, justo en la Montaña de Guerrero, poco después de la guerrilla de Lucio Cabañas y de su asesinato, me retaron a sumarme a esas tareas y claro que acepté y allá estuve por dos años.
Tres lustros en Notimex
-En la Agencia de Noticias Notimex estuve 15 años, en los que, a pesar que en materia laboral concluí, a lo largo de los años fue un muy mal matrimonio pero en el que permaneces porque al final prefieres lo ya conocido o la resistencia al cambio, aunque cada vez que llegaban nuevos funcionarios era como volver a empezar. El caso es que allí al principio me encargaba de hacer un análisis y perspectivas, que nunca había hecho y que me permitían leer y revisar ocho periódicos diarios que me dieron un gran contexto; de allí elaboraba una agenda anual que para mí fue uno de mis trabajos más valiosos porque daba elementos a las redacciones de la agencia para prever la información que debía cubrirse.
Notimex del Noroeste, el narco, la insensibilidad del DF
-Después me contrataron como coordinadora de la región noroeste de la agencia. por lo que me trasladé a Tijuana, la sede de esta oficina, que en lo personal y lo profesional implicó una gran experiencia, sobre todo porque eran los tiempos en que se iniciaba la guerra de los narcos por sus territorios y cuando el gobierno declara la guerra al narcotráfico. Esos fueron mis inicios en el periodismo y los medios de comunicación.
-Cuando estuve al frente de la oficina regional de Notimex del Noroeste, con sede en Tijuana, de 2004 al 2008, los asuntos del narcotráfico eran muy frecuentes. Desde la mesa nacional en México exigían de inmediato reportes sobre sucesos en los estados que correspondían a la regional (Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Sonora y Chihuahua) y, en ocasiones, los corresponsales se veían involucrados y presionados ante la insensibilidad de los jefes en el entonces DF cuando, por el centralismo aún vigente, la información local judicial la enviaban a México y los reporteros de la localidad no tenían acceso a los datos oficiales.
-Un corresponsal en una ocasión me explicaba que no podía mandar esa información porque la novia del narco involucrado era su vecina y era fácilmente localizable de dónde habían salido los datos por lo que él y su familia corrían peligro. Luego de gritos y amenazas de la redacción no enviamos lo que pedían y esperamos a la versión oficial para mandar la nota.
-En otra ocasión varios empresarios tijuanenses habían sido involucrados por las autoridades estadunidenses como colaboradores del narcotráfico y crimen organizado, desde oficinas centrales pidieron que cubriéramos esa noticia y buscáramos a los mencionados.
-En la redacción mis compañeros dijeron que buscar a los involucrados en persona era peligroso porque eran fácilmente identificables. Lo entendí y me hice cargo de la tarea y así a través de su secretaria logré contactar a uno de los empresarios y entrevistarlo por teléfono. Horas más tarde el entrevistado me llamó para preguntarme cuanto quería por no publicar la nota que ya habíamos enviado a México.
-Por fortuna antes cuando hablamos le había explicado que una vez que la información era enviada ya no podíamos hacer nada y que por los datos que me había dado su defensa podía usarlos a su favor ante las autoridades estadunidenses.
-Así que allí quedó la cuestión pero lo cierto es que los jefes de las mesas en México entendían poco o nada de las amenazas reales que vivían corresponsales y reporteros en los estados y su derecho a negarse a cubrir una información que pudiera ponerlos en riesgo.
-¿Tu carrera en la era digital?
-Hace tres años me invitaron al equipo de la Jornada Baja California, periódico digital, en el que participé como editora durante seis meses. Reconozco que no es mi ritmo ni seguir Las Mañaneras (que me correspondían) eran mi hit y acabó por aburrirme la crónica circular de la verborrea diaria, ni la receta del dijo, agregó, añadió y finalmente expuso. Aunque lo cierto es que el periodismo digital abrió y sigue abriendo opciones para el gremio que no teníamos, hay abusos, muchas copias y plagios pero el horizonte para los periodistas también se amplía.
-¿De las redes sociales?
-En lo personal agradezco la existencia del FB, de Instagran y What´s App, sobre todo durante la pandemia que nos permitió permanecer conectados con la familia y con los amigos de cerca y de lejos. Como periodista aprecio que me permiten estar comunicada con los compañeros de oficio, como los de Tijuana, Mexicali, San Diego, Madrid, y de la Ciudad de México.
-Tú eres una gran precursora de la mujer en los medios de comunicación.
-Pues creo que las mujeres en los medios se han destacado más en televisión y radio como Mary Carmen Cortés en asuntos financieros y económicos. En Notimex, por ejemplo, antes de su triste historia de huelga y desaparición por decreto, la mayor parte de sus filas eran reporteras y redactoras. Y también en los puestos de confianza y de mando había siempre mujeres, a pesar de jefes misóginos o machistas
-Finalmente Rosa Martha, el México actual.
-En la política es una verdadera tristeza, tal vez tengamos el gobierno y gobernantes que nos merecemos, puro impresentable. Y bueno. Desde hace años me he enfocado más en conocer las tendencias del conocimiento y crecimiento personal, a sus autores y asuntos de la metafísica. Así que imbuida por esos temas trato de buscar otras formas de estar, mirar y pensar. Por eso ignoro lo más que puedo la voz y las opiniones del actual presidente, huyo del enojo aunque si me indigna la hipocresía y la manipulación desde la tribuna mañanera; pero sigo las novedades y trato de mantenerme informada, gracias al grupo de excompañeros del noticiario Enlace de Canal Once, que nos manda las noticias del día. Mi opinión es que México es mucho más que sus mediocres gobernantes y funcionarios, que somos un pueblo diverso y colorido, intenso, alegre y profundo, que sabemos vivir al día y damos la espalda a necedades, tan hartos que dejamos al abstencionismo decidir por nosotros.
De tehuana.
Hasta aquí esta gran compañera, amiga, mujer que jamás deja de sorprender por su sensibilidad y su afecto infinito a quienes quiere y la quieren, su gran familia, sus amistades muchas por fortuna y quien en efecto ha luchado por los demás y ni se diga por ella misma. Incluso tiene una gran identificación con las letras, así que esperamos su novela lo más pronto posible. CAD