Por Aurelio Contreras Moreno
Entre los grandes campanazos de la elección en Veracruz está, sin lugar a dudas, la integración de lo que será la LXIV Legislatura del Estado, en la que por primera vez en la historia de la entidad, el PRI no sólo no tendrá mayoría, sino que será reducido como tercera fuerza.
A reserva de los datos que emanen del cómputo distrital a realizarse este miércoles, el Programa de Resultados Electorales Preliminares cerró con las siguientes cifras: la alianza PAN-PRD ganó claramente en 13 distritos; el Movimiento de Regeneración Nacional en siete; el Partido Revolucionario Institucional y sus aliados tienen seguros seis diputados de mayoría; Nueva Alianza (que en los hechos, en Veracruz, también es el PRI) uno. Y en tres distritos los resultados son tan cerrados, que no se puede dar por ganador a nadie todavía.
Esta nueva composición geopolítica del estado cambia por completo las reglas del juego en Veracruz. En primer lugar, el próximo gobernador no tendrá un Congreso a su servicio, degradado a oficialía de partes como el actual, pues ningún partido tendrá mayoría absoluta por sí solo. La pluralidad es el signo del mandato popular de este 5 de junio y de suyo, es una excelente noticia.
Aunque se alzaron con la victoria coaligados, en el próximo Congreso tanto PAN como PRD tendrán sus propias bancadas y se pondrá a prueba hasta dónde puede llegar la alianza que suscribieron y si pueden conciliar sus diferencias programáticas y sus intereses en pro del proyecto de gobierno que llevaron juntos al poder.
La sorpresa de la elección es Morena. Siete diputados de mayoría, con la posibilidad de que aumenten a ocho, más una buena cauda de plurinominales gracias a su alta votación, le darán una muy fuerte bancada que podrá jugar las veces del fiel de la balanza, máxime por sus posiciones irreductibles en ciertos temas.
El PRI y sus aliados por primera vez quedarán fuera de la jugada de los órganos directivos del Congreso del Estado, reducida severamente su fuerza electoral. Sin embargo, al perfilarse como la principal oposición al próximo gobierno podría sumar a sus posiciones ni más ni menos que a Morena, con tal de hacerle la vida pesada a la administración que encabezará Miguel Ángel Yunes Linares. Total, no sería la primera vez que se aliaran.
El escenario legislativo cambiará radicalmente en Veracruz. Veremos si esto resulta benéfico para el estado. Será necesario que la clase política estatal reaprenda a negociar y sobre todo, habrá que estar pendientes de lo que ocurra cuando se llame a cuentas a quienes desfalcaron al erario estatal y provocaron el desastre financiero y social en que vivimos los veracruzanos.
A ver si la impunidad no une a los supuestos enemigos.
Patadas de ahogado
Anunció Manlio Fabio Beltrones que el PRI analiza impugnar algunos de los resultados en las entidades donde perdieron la elección, entre éstas, Veracruz.
Sólo que quieran hacer algún acto de contrición o un mea culpa, porque al menos aquí, las porquerías fueron todas de su lado.
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