“Vanity, definitely my favorite sin” Al Pacino.
El abogado del Diablo
Por Aurelio Contreras Moreno
En su carrera desbocada para arrebatar la candidatura priista a la gubernatura, el dirigente estatal tricolor Alberto Silva Ramos dio muestra fehaciente no sólo de que está muy “verde” para la encomienda para la que fue impuesto, sino de que su frivolidad lo pierde.
El favorito del gobernador Javier Duarte de Ochoa para sucederlo en el cargo fue exhibido como mentiroso y arribista, y hasta como misógino, todo lo cual tiene que ver más bien con sus principales debilidades: la vanidad y el protagonismo.
Presto para declarar sobre cualquier tema y para intentar provocar a sus adversarios con acciones que pretenden ser sarcásticas y terminan siendo muestras de infantilismo político –como regalar pan de muerto en una conferencia de prensa, en alusión a Acción Nacional–, Silva Ramos quedó enredado en la maraña de sus dichos, que lo muestran tal como es.
Por ejemplo, para buscar contrarrestar la información sobre la alianza entre PAN y PRD que está a un paso de concretarse para los comicios estatales del año entrante, el dirigente priista declaró que su partido también negociaba una con el Verde Ecologista, Encuentro Social, Nueva Alianza y el partido local Alternativa Veracruzana.
Más tardó en hacerlo Silva Ramos, que los dirigentes de dos de los partidos aludidos en pintar su raya. “Con el PRI ni a la esquina, bola de pillos, quieren seguir saqueando las arcas del estado”, dijo Gonzalo Guízar Valladares, dirigente estatal de Encuentro Social, quien todavía le atizó: “sería una incongruencia de nuestra parte y no lo vamos a hacer, para mí es un desprestigio que el dirigente (del PRI) diga que hemos dialogado. Eso es mentira, jamás sostendré un acercamiento con bandidos, eso no pasará”.
Menos agresivo, pero en la misma tónica, el delegado especial de Nueva Alianza en el estado de Veracruz, Lorenzo Moccia Sandoval, aseguró que no han tenido acercamiento alguno con la nueva dirigencia del PRI y, para mayor escarnio, no descartó que vayan en alianza, pero con el PAN y PRD. “La coalición no será necesariamente con el PRI, es con cualquiera de los partidos que tengan ideas de tipo liberal y sobre todo que tenga un trabajo y proyecto de beneficio a los veracruzanos, no estamos hablando de un color”, señaló.
Pero lo que mandó a la lona al poco experimentado aspirante a político fue una declaración en la que, pretendiendo ser gracioso, cometió un error garrafal, pues dijo que a las y los aspirantes priistas a las candidaturas del año entrante les solicitarán todo tipo de pruebas, “hasta la prueba de embarazo”, exclamó mientras soltaba una risotada.
La “bromita” le costó al presidente del Comité Directivo Estatal del PRI no solamente una condena unánime en medios de comunicación, sino que obligó a la dirigencia nacional de su partido a deslindarse de la declaración de su “líder” estatal.
En la cuenta oficial de Twitter @PRI_Nacional, publicó que “ni en Veracruz ni en ningún estado de la república, el PRI aplicará exámenes de embarazo a sus candidatas”.
El remate se lo dio directamente la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Carolina Monroy del Mazo, quien declaró que “me parece absolutamente vergonzoso; desde la sede del Congreso de la Unión, en mi investidura de secretaria general de nuestro instituto político, le exijo que ofrezca una disculpa pública a las mujeres veracruzanas y a las mujeres de México. Las mujeres, con expresiones de este tipo, nos sentimos agraviadas, amén de que tal práctica estaría violentando varias leyes, entre ellas la más importante: la Constitución Mexicana. Si Alberto Silva Ramos cree que es indispensable solicitar a las mujeres un certificado de no gravidez para poder participar en política, el PRI no es su lugar”.
Como le resulta imposible aceptar que erró, por la noche de este miércoles 4 de noviembre Alberto Silva envió un balbuceante comunicado en el que se justifica: “dije que seguramente se harían todas las pruebas de transparencia que le den certeza a los ciudadanos. Ante la insistencia reiteré que se harían todo tipo de pruebas, de ahí el malentendido. Se trató de un error al final de una larga conferencia que por supuesto, no refleja la postura de la militancia, de la dirigencia ni del presidente del PRI en Veracruz. He sido presidente municipal, secretario de despacho, vocero del gobierno, actualmente soy diputado federal y cuento con el criterio suficiente para no establecer una medida de tal torpeza y barbarie”, dijo, “sencillito y carismático” él.
Allá los priistas con ese dirigente. ¿Se lo imaginan en campaña?
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