Las conferencias de prensa de los lunes del gobernador Javier Duarte de Ochoa se han convertido en una vía para el desahogo de la ira del mandatario por los señalamientos contra su desordenada administración. Son un espacio para lanzar exabruptos contra todo y contra todos, aunque para ello se dispone de infraestructura pública.
Esta vez le tocó a la Universidad Veracruzana. Cuestionado sobre los adeudos del Gobierno del Estado con la institución, Javier Duarte respondió, lleno de displicencia, con la soberbia que le es característica, que “si la pregunta es cuánto le debe el Gobierno del Estado a la Universidad Veracruzana, la respuesta es nada. No le debemos nada. Nosotros contribuimos de manera generosa y solidaria subsidiando a la Universidad Veracruzana”.
Esta respuesta fue en relación con la deuda por más de mil 500 millones de pesos que mantiene el gobierno estatal con la casa de estudios, y por lo cual apenas hace una semanas la propia rectora Sara Ladrón de Guevara pidió ayuda a los diputados federales veracruzanos.
En esa oportunidad, Sara Ladrón expuso a los todavía legisladores electos Cuitláhuac García, Miguel Ángel Yunes Linares, Erick Lagos Hernández y José Luis Sáenz la necesidad de que en el Presupuesto de Egresos de la Federación se apoyara a la Universidad con mayores recursos, pues la situación de la institución es crítica, y les refirió el monto del adeudo.
Incluso, luego de que Yunes Linares le “ganara el brinco” al revelar el monto de la deuda y la petición de la rectora, el “coordinador” de la bancada veracruzana del PRI en San Lázaro, Erick Lagos, emitió un tímido boletín en el que expresó que “el PRI apoyará para que todos los diputados veracruzanos, egresados o no de la UV, incluidas las diferentes fracciones que conforman la bancada veracruzana, logren conseguir recursos federales adicionales para la institución”, reconociendo con ello la mala situación financiera de la UV.
En su segundo informe de labores, presentado este lunes 7 de septiembre, Sara Ladrón precisó las cifras: hasta agosto pasado, el gobierno estatal le adeuda a la UV mil 625.2 millones de pesos del subsidio correspondiente al 2015, de los cuales, mil 381.4 millones corresponden al presupuesto ordinario y 243.8 al extraordinario. La Federación adeuda 433.4 millones de pesos.
Pero como al gobernador Duarte no le gusta que le cobren, y se debe haber enfurecido aún más porque la UV logró que desde mediados de año los recursos se los deposite directamente la Secretaría de Educación Pública, desconoció el adeudo y se aventó la puntada de declarar que prácticamente le hacen un favor a la Universidad Veracruzana al depositarle recursos. “Una cosa es subsidio y otra cosa es deuda”, exclamó.
Pero resulta que el Gobierno del Estado sí está obligado legalmente a transferirle recursos a la Universidad Veracruzana. No le hace ningún favor.
La Ley de Autonomía de la Universidad Veracruzana, aprobada por el Congreso del Estado el 28 de noviembre de 1996, en su exposición de motivos señala que “un compromiso fundamental del Gobierno del Estado es garantizar los recursos económicos necesarios para que la Universidad Veracruzana pueda llevar a cabo sus labores de manera eficiente, como hasta ahora lo ha hecho, en beneficio directo de la sociedad. Por tanto, la iniciativa considera las disposiciones y mecanismos convenientes para continuar apoyando la estructura económica de la Universidad”.
En el artículo 3 de la citada Ley de Autonomía, se dispone que “la Universidad Veracruzana contará con los recursos económicos necesarios para cumplir sus funciones y alcanzar los fines que le son propios, teniendo como base de sus ingresos los subsidios que aporten en forma concurrente el Gobierno Federal y el Gobierno del Estado de conformidad con las normas y convenios que rigen el financiamiento de la educación superior y las disposiciones presupuestales”.
Incluso, en un artículo transitorio aprobado por el Congreso local el 22 de junio de 2000, se determinó que “las aportaciones que otorguen en forma concurrente el Gobierno Federal y el Gobierno del Estado se determinarán en el convenio que al efecto se suscriba, en el que se precisará los rubros y montos de dichas aportaciones, con la participación de la Universidad”.
Así que no se trata de si Javier Duarte quiere. Es su obligación legal transferirle a la Universidad Veracruzana los recursos que le corresponden. Que su administración los haya desviado, es otra cosa.
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