Por Aurelio Contreras Moreno
La semana pasada, el empresario tuxpeño Francisco Colorado Cessa fue declarado culpable por segunda ocasión de lavar dinero para el cártel de los Zetas con la adquisición de caballos cuarto de milla.
Un jurado de la Corte Federal de Austin, Texas, lo volvió a encontrar responsable del delito de operaciones con dinero de procedencia ilícita, luego de que un Tribunal de Apelaciones revocara la primera sentencia, que con esta decisión se espera sea ratificada en sus términos originales: 20 años de prisión.
La condena para Pancho Colorado tuvo inmediatas repercusiones en Veracruz. En primer término, volvieron a salir a colación los vínculos del empresario con el ex gobernador veracruzano y actual cónsul de México en Barcelona, Fidel Herrera Beltrán, a cuya campaña para la gubernatura habría aportado, de acuerdo con reportes periodísticos, unos 12 millones de dólares entre 2003 y 2004, presuntamente provenientes del narcotráfico.
Tampoco hay que olvidar que en septiembre del año pasado, en una entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, Pancho Colorado aceptó haber apoyado también la campaña a la gubernatura de Javier Duarte de Ochoa, aunque después reculó y dijo que sólo lo hizo con su “confianza” y su “voto”.
Al aspirante panista a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares, también han querido vincularlo con Colorado, quien en la misma entrevista con Gómez Leyva declaró que éste le había pedido dinero a través de un personero para su campaña de 2010. “No le di nada”, afirmó el empresario preso en una cárcel texana.
Pero donde no existe duda de que hay una relación directa es con la familia del todavía dirigente estatal del PRI y favorito de Javier Duarte para sucederlo en la gubernatura, Alberto Silva Ramos.
El periódico Notiver publicó este domingo el acta constitutiva de la empresa ADT Petroservicios, propiedad de Francisco Colorado Cessa, con la cual obtuvo millonarios contratos con Pemex durante el gobierno de Felipe Calderón y que habría sido el medio para lavar dinero del cártel de los Zetas.
El administrador general de ADT Petroservicios es Francisco Silva Ramos. De acuerdo con el documento, el hermano de Alberto Silva Ramos tiene “el poder general para pleitos y cobranzas, actos de administración y dominio”.
¿Cuánto dinero de esa empresa habrá ido a parar a las campañas de Alberto Silva para la alcaldía y la diputación federal por Tuxpan? ¿Cuánto estará recibiendo para pagar a medios locales y nacionales para que lo den por seguro candidato del PRI a gobernador?
Seguimos entendiendo todo.
La culpa no es de la estaca
La semana pasada, el ex reportero de Proceso Ricardo Ravelo Galo envió una carta a la redacción de algunos de los medios que publican la columna Rúbrica, en la cual alude al texto de la entrega del pasado lunes 7 de diciembre, afirmando que se le había injuriado y acusado falsamente de haber sido financiado por el gobierno de Veracruz para editar su más reciente libro.
Como era de esperarse, los sicarios cibernéticos del gobernador Javier Duarte usaron dicha carta para atacar a quien esto escribe y a uno de los medios que publica la Rúbrica, el periódico Notiver, a través de su ridícula “estrategia” de circular mails masivos, esos sí, plagados de injurias, muestra fehaciente de la calidad moral y el desequilibrio emocional de quienes están al frente de la actual administración estatal.
Lo único que puedo decir al respecto, por alusiones directas, es que en la columna citada no mencioné nombre de periodista ni título de libro alguno. Si el señor Ricardo Ravelo se sintió aludido o se puso el saco sobre lo ahí expuesto, por algo será.
O como dijera el filósofo tabasqueño Francisco José Hernández Mandujano, mejor conocido como Chico Ché, solito, “el sapo salta y se ensarta”.
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