Por Aurelio Contreras Moreno
Desde el gobierno veracruzano, lanzaron a toda la “caballería” en contra del candidato de la alianza PAN-PRD a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes Linares, tras la vinculación del menor de sus hijos, Omar Yunes Márquez, en el caso de los ya muy famosos “Panamá-Papers”.
En los medios veracruzanos se dio amplia difusión a la mención de Omar Yunes Márquez en la filtración de los documentos que dan cuenta de transacciones de millonarias sumas a paraísos fiscales con la intención de evadir impuestos, lavar dinero y hasta financiar guerras.
Varios actores políticos, desde el gobernador Javier Duarte a través de su cuenta oficial de Twitter -en una clara e ilegal intromisión en el proceso electoral- hasta el candidato de Morena Cuitláhuac García -quien cada vez más deja ver a qué intereses sirve-, aprovecharon el tema para tundir al padre de Omar Yunes, el candidato pan-perredista Yunes Linares, tachándolo de corrupto y exigiéndole explicaciones por la mención de su hijo en este caso.
Explicaciones que el mismo medio que publicó los señalamientos, la revista Proceso, dio en el cuerpo de la nota, al precisar que la operación achacada a Yunes Márquez, la apertura de una cuenta en Nueva Zelanda con la empresa offshore Mossack-Fonseca, nunca se concretó, por lo cual ni siquiera habría materia para abrir una investigación.
Pero además de para aprovechar el escándalo de los “Panamá-Papers” y hacer bulla electoral, la razón por la cual el duartismo y sus corifeos se lanzaron con todo en contra de Yunes Linares fue por la denuncia penal que interpuso el pasado domingo en contra del gobernador de Veracruz por presunto enriquecimiento ilícito a través de una red de prestanombres.
Y lo que más debió molestar al gobernador Duarte de Ochoa de esta denuncia fue la mención de su esposa Karime Macías Tubilla y de varios de sus familiares como integrantes de esa red, a través de la cual, supuestamente, los Duarte Macías se habrían hecho de una fortuna en bienes inmuebles que aparecen a nombre de terceros.
Uno de los secretos peor guardados del sexenio -pues nunca se molestaron siquiera en disimular- fue la manera como la familia Macías Tubilla tomó el control de varias áreas delicadas e incluso estratégicas de la administración estatal, lo cual, lo menos, sería materia para una acusación por nepotismo.
Pero fueron mucho más allá. Eventos como Cumbre Tajín fueron durante prácticamente todo el sexenio el “feudo” de familiares de Karime Macías, particularmente de su prima hermana Brenda Tubilla, quien hizo grandes negocios mientras alcanzó el dinero para hacerlos rentables.
La red de la familia Macías Tubilla se extendió a la Secretaría de Finanzas y Planeación, donde hasta hace poco Jorge Ramírez Tubilla, también primo de Karime Macías, era subsecretario de Ingresos, de donde salió para “preparar” el llamado “séptimo año”, la salida de Javier Duarte y su familia de Veracruz una vez que concluya el sexenio.
Otra prima de Karime Macías, Córsica Ramírez Tubilla, hasta la fecha es el poder tras el trono en Casa Veracruz y la habitante principal de la torre que se construyó en la residencia oficial, desde donde se operan las redes sociales no sólo del gobernador, sino de todo el gobierno veracruzano.
Si se jala la punta de esa madeja, se abrirá una verdadera caja de pandora. Por eso la furibunda respuesta.
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